Como bien sabemos los estudiantes de derecho, en nuestras facultades es muy común el trabajo en estudios jurídicos; nos lo ofrecen como el “trabajo ideal”: trabajo de medio tiempo y los abogados "nos dan experiencia" sobre ejercer la profesión. Pero, ¿cuál es la realidad de estos trabajos?
Detrás del discurso de más experiencia para tu desarrollo académico, al mejor estilo de “pasantes”, se justifican los sueldos de miseria los cuales con mucha suerte pueden llegar a ser de 6 mil pesos mensuales por 4 horas diarias, alegando en las entrevistas que ellos pagan con conocimiento, por eso los sueldos bajos.
Muchas de las firmas de abogados que acostumbran a contratar estudiantes o a los abogados recién recibidos, recaudan mensualmente grandes cifras de dinero, ya sea por las consultas que llegan diariamente (las cuales no han cesado por la cuarentena), por sus clientes que muchas veces son bancos o grandes empresas, así como también por los juicios que llevan adelante.
Algunos estudios jurídicos trabajan para grandes bancos encargándose de la cobranza a morosos, teniendo así a estudiantes trabajando con la mentira de la experiencia y con la realidad de un call center con sueldos miserables.
También es una realidad que con el paso del tiempo, aquellos que trabajan en estudios no solo realizan el trabajo para el cual fueron contratado, sino también muchos otros que responden a las necesidades momentáneas del estudio o del abogado directamente, como prepararle un café o hacerle trámites personales que nada tienen que ver con la profesión.
Despidos y salarios no pagos
Con la cuarentena, como sucede en muchos otros sectores, esta precarización sale a la luz y cobra mayor magnitud.
Sofía, por ejemeplo, nos cuenta:
"Ya hace casi un año comencé a trabajar de secretaria en el estudio jurídico. En ese tiempo me tuvieron haciendo varias actividades: desde fotocopias, legajos y limpieza. Me pagan por hora, iba 4 horas por día incluido los sábados. Prometieron ponerme en blanco cosa que no pasó, yo seguí trabajando porque necesitaba para mis apuntes y demás.
Cuando comenzó lo de la cuarentena me dijeron que no iban a poder pagarme nada por el hecho de que no iban a trabajar y no estaban teniendo entrada de dinero, y me despidieron. Decidí no hacer nada porque capaz me volvían a llamar. Pero tampoco se preocuparon, dejaron sin trabajo a la otra chica que trabajaba por la tarde también".
Además, las empresas, ante la feria judicial se justifican para no dar respuesta, y en consecuencia, nuestros sueldos son los que se ven afectados, como nos cuenta Agustina:
"Desde el 19 de marzo no laburo, no puedo hacer home office porque tampoco hay tribunales y para las instancias prejudiciales y administrativas no podemos hacer nada.
Cobré el mes de marzo pero el salario de abril no lo tengo completamente garantizado, por lo menos hasta ahora. Por supuesto estoy en negro y la respuesta ante la consulta sobre qué iba a pasar fue "vamos a ir viendo".
Teletrabajo, ¿una mejor opción?
El lunes, el Colegio de Abogados de Córdoba presentará un pedido para que la justicia sea declarada como servicio esencial para que vuelva a su funcionamiento y reforzar las herramientas para que funcione virtualmente, esto habilitaría el famoso "teletrabajo". Pero lejos de ser una modalidad más cómoda y simple, la realidad es que se presentan múltiples dificultades a la hora de hacerlo para las y los trabajadores.
Alguna de ellas como la falta de buen internet, la falta de computadoras que soporten el trabajo a realizar, que hace que las horas de trabajo se extiendan en algunos casos a más del doble. Y esas horas no son reconocidas.
Estas dificultades no son tomadas en cuenta por la empresa a la hora de exigir objetivos diarios a cumplir.
Ejemplo de esto es lo que nos cuenta Micaela, de 22 años, que actualmente sigue trabajando con modalidad de "teletrabajo":
"Trabajo en negro en un estudio jurídico desde casa. Estoy trabajando cerca de 8 horas por días porque nos pusieron metas para todos los días, que según ellos en cuatro horas lo hacés, así que me están pagando 4 horas diarias cuando a veces estoy revisando expedientes 10 horas seguidas".
También Carlos nos comenta su situación:
"Trabajo en un estudio jurídico hace 1 un año. Me pagan 8 mil pesos mensuales por 6 horas diarias.
Desde que se decretó la cuarentena trabajo desde casa, mi jefe me dijo que iba a poder trabajar menos horas y con más comodidad y que solo cumpliera objetivos diarios (los cuales aumentaron).
Para realizar mi trabajo desde la empresa no me ofrecieron las herramientas adecuadas, entonces lo hago con una netbook, bastante deteriorada y su funcionamiento lejos está de ser el necesario para las tareas que realizo. El wifi también es otro de los problemas por lo mal que anda.
Estas dificultades me llevan a superar las 6 horas llegando a trabajar casi el doble de horas. En una ocasión estuve trabajando hasta las 7 de la mañana para lograr terminar el objetivo.
Cuando le planteé esto a mi encargado me dijo que lo lamentaba, pero que me centrara en cumplir los objetivos diarios por que eran necesarios y que de última aprovechara el fin de semana para ponerme al día.
Es así como cada vez más me encuentro trabajando horas prácticamente gratis, porque no me las reconocen. Y la respuesta de mis jefes es nula. Total, a ellos les conviene, sus empleados trabajan y le rinden mucho más, y ellos siguen pagando los mismos sueldos".
Está situación tiene puntos en común con lo que viven muchos otros estudiantes o jóvenes, trabajan para empresas (algunas de las cuales tienen grandes ganancias) que mantienen trabajadores en la informalidad con condiciones y sueldos cada vez peores. Además, en el marco de la situación de la pandemia y el aislamiento social obligatorio no dudan en despedir, cesar pagos y hacer trabajar en cualquier situación a sus empleados y empleadas con tal de salvar sus ganancias.
Es por esto que como venimos reclamando desde el Frente de Izquierda con nuestro compañero Nicolás del Caño, es importante que haya salarios de cuarentena de 30.000 pesos en base a un impuesto del 3% a las grandes fortunas, para que todos estos sectores informales, que están compuestos en su gran mayoría por jóvenes, no quedemos a la deriva y sin respuesta alguna.
Como pudimos ver en estas semanas, ya se estuvieron expresando además denuncias de diferentes sectores (call centers, McDonald’s, Burger King, sectores del comercio, bares, etc.) que también vienen organizándose para exigir al Gobierno y a las patronales los derechos que les corresponden.
Queremos que La Izquierda Diario sirva para reflejar estás situaciones de las cuales ningún otro medio habla. Contáctate. |