Ayer se dio a conocer un audio en el cual, el intendente por el Frente de Todos en Recreo, Luis Polti, amenaza a con despedir a una enfermera por haberle “faltado el respeto” al exigirle “dos barbijos”. Maria Nieto fue suspendida sin goce de haberes por el suceso.
El reclamo se produce en medio de la pandemia por coronavirus, y como vemos, son los médicos, las enfermeras y enfermeros quienes están en la primera línea, no solo intentando garantizar la atención, sino también denunciando la escasez de insumos en todos los hospitales. Con extrema prepotencia, el intendente le ordena callarse y escuchar, porque ella es "solo una empleada", y que en todo caso, si no tiene barbijos y "no quiere trabajar, que no lo haga".
En declaraciones posteriores a la viralización del audio, Polti aseguró que no había ejercido abuso de poder y que la medida sancionatoria era por haberle faltado el respeto a un funcionario público (sic!), y que fue víctima de "violencia de género" (!?) por parte de la enfermera.
Lejos de tratarse de “exabruptos” de un funcionario, estas amenazas se repiten en otras provincias. En Tucumán, la Ministra de Salud Pública, Rossana Chahla, amenazó a los trabajadores que vienen reclamando insumos médicos y aseguró que "se ponen en la vereda de enfrente".
Esta es la respuesta de los funcionarios a la exigencia de miles de trabajadores que tienen que hacerle frente a la pandemia con lo poco que tienen. La falta de insumos de bioseguridad y la completa ausencia de testeos para el personal de la salud, es un problema que recorre a hospitales de todo el país y que reconoció hasta el propio Alberto Fernández en su último discurso.
Este suceso no merece más que repudio, a la vez que el más amplio apoyo para los trabajadores de la salud, que exigen las garantías necesarias para poder trabajar en forma segura. | 
