A 12 años del desalojo de Mafissa uno de los trabajadores que fue protagonista de esta gran lucha, plantea una salida de como la fábrica podría ser puesta a producir insumos para enfrentar la pandemia del coronavirus.
Fue lo que muchos nos pudimos responder luego de atravesar por la gran lucha de Mafissa, esos días interminables en las tomas y esas noches frías pero llenas de enseñanzas, anécdotas y organización, con un sueño colectivo que circulaba en las rondas de mate y que viajaba desde Neuquen con el ejemplo de Zanón... nuestra fábrica Mafissa sin patrones.
Recordar la persecución y los achaques del poder político de turno en complicidad con los empresarios que cerraban filas con el sindicato de la A.O.T ( Asociación Obrera Textil) a muchos nos hacían sentir en lo individual muy chiquitos ante semejante aparato de opresión.
Pero al mirar hacia los costados y ver a tus compañeros y a esa heroica comisión de mujeres que con su organización se cargaron la fabrica en sus espaldas e hicieron que sus voces sean escuchadas en todos los rincones de la ciudad, nos hacían sentir a muchos que en unidad no había oponentes. Que solo debíamos ir hacia adelante levantando nuestras banderas.
En el camino aprendimos sobre la marcha, para muchos de nosotros no solo fue el primer laburo, también lo fue el hablar en asambleas multitudinarias, el contar nuestra situación en otras fabricas, pedir ayuda a la Multisectorial, ir a las primeras marchas como las de Julio López, visitar las facultades y pasar aula por aula fomentando el tan necesario fondo de lucha que pagaba las ollas de cada dia en la puerta de la fabrica..
Decidir patear el tablero ante lo que se daba por correcto y establecido desde que tenemos uso de razón, y que heredamos de generación en generación a fuerza de derrotas y represión, el entender y procesar en tan poco tiempo lo que a muchos les lleva toda una vida y aun así no lo logran, que “la única lucha que se pierde es la que se abandona”.
Recuerdo llegar enojado a casa porque muchos compañeros -producto del desgaste- dejaban de ir a la toma, y ahí entraba el rol central de las familias en la lucha que en mi caso eran mi vieja y mis otros dos héroes, mis hermanos, que con su apoyo hacían que solo me de un baño y vuelva a mi fabrica con más ganas y fuerzas.
“Arriba argentina”, escribía el viejo Curi saludando eufóricamente al ultimo golpe empresario-civico-militar. al compás de que en la planta hacia desaparecer compañeros, impulsado por las mismas instituciones que hoy recorren y hostigan a los nuestros en los barrios, con el discurso rancio de que hoy son distintos y nos vienen a ayudar y asistirnos en pandemia.
Hoy tenemos más de 30 mil razones para decirles que la salida no es con los milicos en las calles, sino que la única y verdadera solución está en nuestra clase, está en que cada fabrica que despida o suspenda sea puesta a producir por sus trabajadores, en gravar las grandes riquezas, en pagar salarios dignos a los trabajadores de la salud y no solo aplaudirlos.
Y hoy, está en nuestro barrio de Olmos, en poner a funcionar Mafissa bajo la gestión de sus trabajadores de ayer y hoy volcando la producción en función de combatir este virus que castiga doblemente a nuestra clase.
Poner en marcha este laboratorio con capacidad de producir el alcohol en gel tan negado por el gobierno, de tan solo imaginar la gran cantidad de barbijos, camisolines y demás insumos necesarios que podríamos elaborar con semejante monstruo que en su pleno funcionamiento abastecía al 85% del mercado interno en el país.
Esto nos demuestra que la lucha debe continuar y nuevamente con nuestras armas volver a doblarle el brazo a esa burguesía temerosa ¿ Qué pasará cuando el proletariado ya no tenga para comer?, demos la respuesta que tanto anhelan y en Olmos empecemos por Mafissa que sin el clan Curi funciona, pero no así sin sus trabajadores...