El caso se confirmó el día viernes y se trata de un trabajador de SENASA que cumple tareas en el frigorífico, y vive en Florencio Varela. La patronal se apresuró a anunciar que retomaría las actividades el lunes, pero los trabajadores contestaron con un paro total de la planta ante la preocupación y la falta de elementos de bioseguridad.
El Federal es un importante frigorífico ubicado en Quilmes Oeste, en un barrio precario y densamente poblado del distrito, esos barrios que los gobiernos de todos los colores políticos han postergado durante décadas, sin garantizar condiciones de salubridad y vivienda digna, cloacas, asfalto, donde familias enteras viven en el hacinamiento y la pobreza. Si el virus se expande en estos barrios, con tantas carencias y problemas estructurales, la situación se transformaría en un gran sufrimiento para la población, y el peligro de que esto suceda está íntimamente ligado a la irresponsabilidad de los empresarios y el Estado.
Genaro Marrone, dueño del frigorífico, piensa primero en sus ganancias, y quiere retomar la actividad de forma irresponsable, avalado por el secretario de salud del Municipio de Quilmes, Jonatan Konfino, y el representante del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Miguel Funes que visitaron el lugar luego de la confirmación del caso. Son los trabajadores los únicos interesados en preservar la salud tanto de ellos, como de sus familias y la población en general y por ello deben tener derecho a opinar y decidir los pasos a seguir frente a una situación como la que se presentó en este establecimiento.
El paro realizado por los trabajadores es una alarma, al igual que los reclamos por el escándalo de los contagios en hospitales y clínicas. Todo tiene un denominador común: la desidia de las empresas y el Estado, que anteponen sus especulaciones políticas y sus ganancias a la salud de la población.
Frente esta desidia son los mismos trabajadores, trabajadoras y vecinos los que pueden hacerle frente a la situación. Las Comisiones de Seguridad e Higiene, son la herramienta que está surgiendo en muchos lugares de trabajo para reclamar lo necesario frente a la pandemia y para cuidar a la población de la irresponsabilidad capitalista.
Es así como actuaron, por ejemplo los trabajadores y trabajadoras aeronáuticos, donde se creó una Comisión de Seguridad e Higiene democrática, en la cual se organizan junto a profesionales de la salud y abogados solidarios, para luchar por testeo masivos, elementos de seguridad, licencias pagas para quienes se encuentren dentro de la población de riesgo, entre otros reclamos para preservar su vida, la de los pasajeros y la del conjunto de la comunidad. Los sindicatos deben tomar este ejemplo y ponerse a la cabeza de unificar las luchas por la salud, contra los despidos y los recortes salariales.
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