La Municipalidad de Monte informó oficialmente que durante la tarde del sábado se dio aviso a la Policía de tres personas que estaban corriendo carreras en moto sobre la Ruta Nacional 3, a la altura del Barrio San Bernardo. Según esa versión oficial, rápidamente se procedió a dar con el paradero de los motociclistas.
Pasadas unas horas, siempre según el comunicado del Municipio, se aprehendió a uno de ellos en inmediaciones del Barrio 140 y fue secuestrada la moto en la que circulaba junto a un acompañante, quien fue sancionado por incumplimiento de la cuarentena. Las otras dos personas, dijeron, siguen siendo buscadas.
Pero detrás de las versiones oficiales hay otra historia, mucho más turbia. Según pudo reconstruir este medio, una familia que vive a la vera de la Ruta 3 había denunciado (ante la Central de Monitoreo local y a la Comisaría) que durante las noches, en plena cuarentena, era común que se realizaran picadas de motos. Finalmente decidieron publicar en redes sociales un video en el que se veía (esta vez de tarde) una de esas carreras informales.
Según pudo saber la propia familia denunciante, los efectivos afectados al control de la ruta, quienes por alguna razón habrían permitido la realización de las picadas, recibieron algún tipo de sanción o apercibimiento interno.
Horas después, ciberpatrullaje mediante, los mismos efectivos protagonizarían un grave hecho de abuso de poder y violencia policial, de los muchos que la Bonaerense viene ejecutando desde que la cuarentena los habilitó a manejarse con mayor impunidad que la habitual. El hecho fue relatado con detalle en la tarde del domingo por miembros de la propia familia atacada. Se reproducen los párrafos preservando las identidades, por obvias razones.
“En el día de hoy, fuimos partícipes de una locura. Ayer subimos un video en el cual se veía cómo tres motos corrían picada pasadas las 17:00 hs. Nunca nombramos a ninguna institución. Pero hoy, nos persiguieron desde el centro, y a la altura del Lance, donde NO había gente, nos tiraron el patrullero arriba, y se bajaron con las armas en la mano a querer apretarnos. Su excusa fue: ‘¿les gusta subir videitos? Ahora por publicar se quedan sin moto’. Se quejaron de que les elevaron un sumario por nuestra culpa.”
La misma usuaria de Facebook se pregunta en el posteo “¿esto es joda? ¿No hay libertad de expresión? ¿No se puede subir ni decir nada? ¿Ellos son los que deben cuidarnos? ¿Qué hubiera pasado si era de noche? ¿Nos cagaban a tiros? Siento impotencia y mucha bronca. El abuso de poder y el miedo que imponen ya no da para más”.
La Bonaerense de siempre
Los hechos se produjeron justo a horas de que se cumpliera un nuevo mes (el onceavo) de la Masacre de San Miguel del Monte. Un hecho que continúa impune pese a que, por la enorme presión social y movilización de familiares y amigos de las y los cuatro jóvenes asesinados, tiene a una decena de efectivos de la misma fuerza policial detenidos con prisión preventiva.
Enterada del hecho protagonizado por la Policía este domingo, Yanina Zarzoso, mamá de Camila López (una de las víctimas de la masacre del año pasado) subió un comentario en sus redes sociales: “A ver cómo explican esto... A casi once meses de que la Policía mató a mi hija y sus amigos, estas cosas siguen pasando. ¿Será que el personal de la Policía en cuarentena se siente más impune que nunca? ¿Será que esto pasó siempre y reinaba el silencio? ¿Será que tuvo que morir Camila, Danilo, Gonzalo y Aníbal para que abramos los ojos? ¿Será que vuelve el cuentito de las ‘manzanas podridas’? ¿Será que se sienten importantes por tener un arma y creen que pueden usarla a su antojo?”
La madre de Camila agregó: “les juro que quiero convencerme de que no todos son iguales, de que como en cada profesión hay gente ‘buena’ y gente ‘mala’, lo intento a pesar de mi dolor, porque no quiero caer en eso de generalizar, pasé por varias etapas en relación a mi postura sobre este tema, pero esto me hace pensar mucho, y pienso que el hecho de decidir ser policía, y portar un arma, ya dice mucho. ¿Para qué están hechas las armas? ¿Les enseñan a usarlas? ¿Aprenden cuándo se las puede utilizar y cuándo no?”.
“Sé que muchos van a criticar mi forma de pensar, pero déjenme decirles que eso hace rato dejó de importarme, porque a mi hija, a mí chiquita, a mi amor, LA MATÓ LA POLICÍA. No es la primera vez que escucho esto de que sacan el arma haciéndose los superhéroes, o vaya uno a saber qué les pasa por la cabeza en ese acto. No, no es la primera vez. Hace un tiempito atrás a la vuelta de mi casa hicieron lo mismo, se bajaron con sus armas apuntando a personas que estaban en un almacén, ¿Saben por qué?, por el simple hecho de ‘creerlos sospechosos’. Disculpen las molestias, pero estoy cansada, MUY CANSADA! Y además, no tengo miedo. Por mi hija, y por los demás, YO NO ME CALLO!”, finalizó Zarzoso.
Avalados por Alberto Fernández
Precisamente este domingo el presidente de la Nación saludó acríticamente a todas las fuerzas represivas del Estado. “En el Día Nacional del Policía, saludo y agradezco inmensamente a los y las agentes que están en las calles cuidándonos a todos y a todas desde que comenzó la cuarentena obligatoria. Su trabajo y compromiso son fundamentales para que podamos ganarle al coronavirus”, sentenció.
Como se dijo este domingo en La Izquierda Diario, desde el 20 de marzo las fuerzas de seguridad, nacionales y provinciales, entendieron que podían ejercer mucho más libremente su “derecho” a reprimir. Por eso desde el comienzo de la cuarentena tanto el Gobierno nacional como las gobernaciones provinciales dispusieron que las fuerzas represivas patrullen las calles del país para coercionar a la población y reprimirla hasta que se cumpla la cuarentena.
Las consecuencias están a la vista. Hace un mes que los uniformados de todas la provincias comenzaron a actuar con más impunidad. Los actos represivos se multiplican. Y Monte, con los tristes antecedentes que tiene, no iba a ser la excepción.
Colaboración Carolina Daglio |