El intendente Héctor Gay hizo algunas declaraciones en La Brújula 24 sobre la situación local y la epidemia del Covid-19. Expresó que si no fuese por lo ocurrido en el HAM, la tasa de contagios sería menor de lo esperada y que es significativo que de 24 casos detectados en la ciudad ninguno tiene más de 60 años.
Pero no fue el único funcionario que hizo declaraciones, Maximiliano Núñez Fariña, el titular de Región Sanitiaria I expresó que la cuarentena dio resultado independientemente de lo ocurrido en el HAM, y que el gobierno nacional posee una mirada sanitarista y preventiva de la situación. Además añadió que hacer testeos a toda la gente no es la solución sino que se realizan a aquellos pacientes que se justifica hacerlo.
Las grandes coincidencias entre oficialismo y oposición no son solo por las cosas que ellos dicen sino por las que deciden omitir. Tanto Gay como Fariña minimizan y lo muestran como un caso aislado lo ocurrido en el HAM y no como un hecho que se repite a lo largo y ancho del país. Incluso el Ministerio de Salud el oficialmente reconoció que el personal de salud del país tiene el porcentaje de infectados por Covid-19 mas alto del mundo, con un 14% (374) sobre el total de infectados en la población (2669).
En Bahía Blanca específicamente tenemos 12 trabajadores de la salud contagiados sobre un total de 29 personas, es decir un 41%, y un hospital cerrado por quince días. Incluso, el presidente Alberto Fernández en una reunión por videoconferencia junto a los presidentes de los bloques de la Cámara de diputados reconoció que hay falta de insumos en los hospitales y, a la vez, deslizó parte de la responsabilidad a los trabajadores de salud ya que "Les gana a los médicos su vocación ayudar y nos termina metiendo en este tipo de problemas".
Fariña expresa que el gobierno nacional tiene una mirada sanitarista y preventiva y, acto seguido, dice que la mejor prevención no son los testeos masivos sino la cuarentena. Por el contrario, la semana pasada el doctor Carlos Deguer – titular de la Asociación Médica – con respecto a la situación del HAM declaró: “Se ha chequeado a todo el plantel de salud, todos negativos. Ahora se vuelve a hacer un chequeo a un círculo más amplio. Estos tiene que ver con el chequeo masivo como forma de detectar casos y cortar la cadena de contagios. El chequeo masivo no cura pero detecta fácilmente los pacientes asintomáticos y corta la cadena de contagio”.
Ya hace unos días el intendente Gay reconoció que tenemos las mismas camas que hace diez años. En concordancia con esta declaración, el secretario de Salud Municipal Pablo Acrogliano sostuvo que “se esperan alrededor de 600 casos en Bahía” y que "La capacidad de camas y de respiradores es relativa, porque la vida continúa y no solo hay coronavirus. Tenemos que cuidar a nuestros equipos de salud. Lo otro es el cuidado personal. Si de golpe aparecen 100 casos, ¿dónde los ponemos? En algún momento, si esto se dispara, vamos a tener que elegir como pasó en Italia.
Efectivamente la no realización de testeos masivos en todos los hospitales a los trabajadores de la salud está impidiendo tener una política de prevención para cortar la cadena de contagios y, además, para que los hospitales no colapsen, no solo por falta de camas, sino también por falta de personal de salud sanos. El secretario de Salud Acrogliano pone de manifiesto que si el sistema sanitario colapsa la única perspectiva es administrar quiénes accederán a la salud y quiénes no lo harán.
Y en este sentido cabe preguntarnos, ¿Qué pasa con aquellos trabajadores esenciales que están en la primera fila enfrentando al Covid-19 sin testeos masivos? ¿ Cómo piensan potenciar los hospitales de bahía y con qué presupuesto para no tener que elegir quién vive o quién muere? ¿Cómo se piensa una flexibilización de la cuarentena? Y particularmente ¿Qué pasará con los trabajadores de la salud que son los primeros en combatir la epidemia en los hospitales?
Muchos funcionarios tanto de Cambiemos como del Frente de Todos y medios de comunicación llaman héroes a los trabajadores de la salud cuando en realidad son trabajadores precarizados que se encuentran desprotegidos. Para cuidar a los que nos cuidan es necesario unificar el sistema de salud privado con el público bajo órbita estatal y reorganizarlo bajo el control de sus propios trabajadores. Esto permitiría que ellos puedan administrar los recursos de los distintos hospitales aprovechando los mejores aparatos, especialistas y especialidades de cada uno y que puedan evitar o reducir al máximo eventos como el del HAM, donde la lógica empresarial pone en riesgo la salud de trabajadores y pacientes. Además en los hospitales privados permitiría acceder a los números contables para que se sepa cuáles son sus ingresos para evitar recortes salariales e incumplimiento de protocolos por "falta de fondos".
Esta unificación pone a la salud como un derecho social esencial y no como una mercancía o un servicio diferenciado según se pueda pagar o no. Esta demanda debe estar acompañada por una reconversión de la producción de las principales empresas del polo petroquímico para aportar todos los suministros que sean necesarios y un impuesto de emergencia del 3% a los grandes monstruos mundiales como a Cargill o ADM para asegurar un salario mínimo de cuarentena de $30.000 para todos aquellos que lo necesiten. |