Imagen: escena del documental Línea 137.
Leé la entrevista a las protagonistas del documental Línea 137
En plena pandemia se estrenó el documental Línea 137, dirigido por Lucía Vassallo, con guión de Marta Dillon y música original de Juana Molina. Pone en la pantalla el trabajo invisible y silencioso de las trabajadoras y trabajadores del programa Las víctimas contra las violencias.
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El aislamiento social preventivo obligatorio agudizó muchas situaciones de violencia y hasta ahora el gobierno se esforzó por mostrarse activo frente a este problema social profundo, pero solo ofreció medidas limitadas e insuficientes, algo reconocido por las propias funcionarias. Es uno de los tantos problemas preexistentes que la cuarentena dejó en evidencia, a lo que se suma la falta de viviendas, subsidios y otras medidas que ayuden a las mujeres a salir de situaciones violentas y no se vean obligadas a elegir entre su vida o quedarse sin sustento económico.
Durante las últimas semanas, se hizo gran difusión de la línea 144, de atención y contención telefónica. Menos conocida es la línea 137, parte del programa creado en 2006. El programa es coordinado hasta hoy por Eva Giberti y funciona como parte del ministerio de Justicia.
El documental estará online en la plataforma CINE.AR hasta el viernes 24 de abril de forma gratuita. A partir del jueves 30, se podrá acceder pagando el valor de una entrada de cine en los Espacios INCAA ($ 30).
La primera línea y la última trinchera
La decisión de la directora y la guionista fue evitar la revictimización de las víctimas de violencia machista y, a la vez, poner en primer plano el trabajo invisible de trabajadoras sociales, psicólogas, operadores y operadoras. Las y los vemos en la pantalla, filmado en tiempo real, acompañando, ganando tiempo y acortando esperas que a veces se hacen demasiado largas. “Tengo el recibo de la vaca, sos mía, puedo hacer lo que quiero”, así le explica una mujer a una de las asistentes que la acompaña en Chaco cómo la trata su marido.
Después llegará la visita al centro de salud y las charlas donde aparecen las desnaturalizaciones siempre necesarias. Los recorridos le dan contornos concretos a muchos de los debates presentes en el movimiento feminista hace décadas, con más fuerza desde las manifestaciones masivas con la demanda Ni Una Menos.
Es interesante escuchar cómo las profesionales que intervienen describen los límites de la respuesta estatal, “Se pone en cuestión lo cotidiano, por ejemplo, la exclusión del hogar es un tema, muchas veces no soportamos los tiempos de la justicia. ¿Qué pasa cuando la mujer logra la exclusión del hogar del agresor pero queda en esa vivienda con toda la familia de él? Creo que esto nos tiene que llevar a pensar que el Estado debe tener otros recursos. Se deben repensar los mecanismos del Estado para hacer efectiva la ayuda, el después es también el principal problema, ahí hay muchas preguntas que quedan sin responder”. Así lo describe Liliana Parlatto, una de las psicólogas que vemos en acción en la Ciudad de Buenos Aires durante el documental, en una entrevista con revista Furias. Y muchas veces, son las y los profesionales quienes remueven un obstáculo burocrático o queman horas al teléfono para conseguir un recurso indispensable y escaso.
La precariedad de los contratos de quienes están en la primera línea también está presente en el documental. Lo cuenta Adrián Stefanelli, otros de los protagonistas que vemos atender teléfonos, evaluar situaciones e intervenir de forma directa, “yo empecé en violencia familiar y ahora con la fusión de equipos y la pérdida de la especificidad -federalización del programa-, estamos haciendo todos todo, eso marca también cómo fue precarizado nuestro trabajo”. La realidad de esta línea se repite en otras, como la 144 de alcance nacional pero sin intervención directa. La atención indispensable en esa línea también se apoya en el trabajo precario de mujeres con contratos precarios y salarios bajos.
Esto le contaba a La Izquierda Diario Verónica Misseri, delegada de la línea 144 sobre las diferentes formas de contratación, “por un lado, tenemos a todas las compañeras de la línea, que atienden las 24 horas la 144, tanto operadoras como coordinadoras de los turnos, están contratadas de manera tercerizada, a través de una empresa que es Provincia Net (convenio de 2016). Este convenio se renovó en la actual gestión, y lo primero que hicimos fue plantear lo mismo que veníamos planteando en la gestión anterior: queremos la estatización de la línea”. Una gran parte de la línea 144 está realizando sus tareas en el lugar de trabajo, en el marco de la designación como tarea esencial, por eso reiteran el reclamo de que se reconozca su trabajo en un marco de mayores riesgos.
Un aspecto interesante del documental es que en ningún momento se intenta romantizar las limitaciones con las que lidian quienes ponen el cuerpo todos los días. Al contrario, deja muchos interrogantes sobre las instituciones e invita a conocer a las personas en esa última trinchera, una contracara profundamente humana de respuestas estatales que suelen ser deshumanizadas, reñidas entre recortes presupuestarios y marketing. La urgencia no deja lugar a cálculos políticos, las medidas básicas para responder a la violencia machista no pueden ser una variable de ajuste, porque se juega, literalmente, la vida de muchas mujeres.
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