Durante la mañana de este martes fue tendencia en Twitter Argentina el hashtag #PreciosSinControl, que surgió a raíz del índice de precios relevado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana.
Según el informe del Psepci, durante el último mes algunos alimentos básicos como el aceite, el azúcar las carnes y verduras tuvieron subas entre el 6 % y 8 % e incluso hay casos más sensibles como la leche que -según el relevamiento- aumentó hasta un 50 %.
La información corrió rápido por las redes sociales, ya que muestra una situación que afecta a millones de argentinos. Cabe recordar que según el propio ministro Daniel Arroyo, once millones de personas (un cuarto de la población) están pidiendo comida. Una realidad realmente indignante.
Desde que se decretó la cuarentena en el territorio nacional, los grandes empresarios decidieron que era una oportunidad: así comenzaron a despedir, suspender y recortar salarios.
El distanciamiento social obligatorio, pegó más fuerte aún en los sectores informales: 7 millones de trabajadores no registrados que vivían el día a día, se quedaron sin sus ya magros ingresos.
El covid-19 puso blanco sobre negro la extensa precariedad que asola a una gran parte de la población. Sobre esta situación, ya de por sí terrible, los "vivos" de siempre aprovecharon, además, para remarcar precios.
Las medidas que viene tomando el gobierno están más bien orientadas a la "contención" que a realmente impedir la sangría de pobreza.
Todas las medidas sociales mientras no discutan las exorbitantes ganancias empresariales y se propongan a verdaderamente a afectarlas para garantizar un sueldo de cuarentena, no podrán hacerle frente a la terrible situación que se vive.
Desde el Frente de Izquierda se viene proponiendo un impuesto a las grandes fortunas para garantizar un salario de cuarentena de 30.000 pesos, como una serie de medidas para que las crisis que se desató, no la paguen las y los trabajadores.
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