Desde las secretarias de la Juventud del PTS en la Facultad de Filosofía y Humanidades y la Facultad de Artes impulsamos este primer relevamiento sobre las condiciones que viven estudiantes que trabajan. Las consecuencias de los ataques de los empresarios en el marco de la cuarentena, demuestra que no hay salida individual. Por eso ponemos todos nuestros recursos para visibilizar y aportar en la organización de la juventud trabajadora. ¡Queremos que nuestros Centros de Estudiantes sean una herramienta masiva de organización!
Hace unas semanas vimos como miles de jóvenes trabajadores de comida rápida se organizaron e impulsaron una campaña contra McDonalds, Burguer King y más firmas reclamando por el 100 por ciento de sus salarios.
#McEstafa y #LaPandemiaSonLosEmpresarios fueron tendencia en Twiter. Muches de elles estudian en la universidad, terciarios, incluso en colegios secundarios y comenzaron una organización que es un ejemplo.
Recorte salarial, “vacaciones adelantadas”, licencias sin goce de sueldo, despidos, incertidumbre, es la realidad de miles de pibes y pibas que trabajamos en bares, hoteles, Call Centers y comercios. “Quiero reclamar por lo que me corresponde, pero el sindicato esta con la empresa”, “trabajo en un bar en negro, nunca tuve representación sindical y me despidieron, ¿qué tengo que hacer?” comentarios como estos nos llegan de a cientos a La Izquierda Diario. Muches nos cuentan que estudian o estudiaban hasta que empezó la cuarentena, pero por las condiciones económicas tuvieron que dejar. Organizarnos, tomar el ejemplo de los y las trabajadoras de comidas rápidas, es el primer paso. Nuestros centros de estudiantes tienen que aportar a ese objetivo.
Mientras el mundo entra en una gran crisis económica, aún sin haberse resuelto la profunda crisis sanitaria, los jóvenes que trabajamos de manera precaria o en la informalidad vemos con preocupación estos anuncios porque somos los primeros en ser golpeados por sus consecuencias. Solo en Estados Unidos la desocupación golpeó a 22 millones de personas. Esto pasa al mismo tiempo que las empresas avanzan en nuevas modalidades de flexibilización, como la rotación de trabajadores entre las empresas sin ningún derecho laboral, el no pago de los salarios en caso de no trabajar y la exposición al contagio al no tener los insumos sanitarios. Las empresas quieren aprovechar la crisis sanitaria para imponer peores condiciones laborales a las ya existentes, pero esos mismos sectores de trabajadores se plantan a las empresas con huelgas como la de los empleados de Amazon, en Francia jóvenes trabajadores de Mc Donald’s toman su local para repartir comida a los sectores populares.
En Argentina no es distinto, la gran mayoría de los jóvenes trabajadores (un 60% entre los menores de 25 años) trabajan de manera no registrada y hay estimaciones que plantean que están en riesgo la mitad de los puestos de trabajo. El decreto de Alberto Fernández de prohibición de despidos no está evitando que miles queden en la calle o se rebajen salarios. En Córdoba hay mas de 340 mil puestos de trabajo en comercio y servicios que penden de un hilo y es el propio Gobierno provincial el que encabeza estos ataques con anuncios de recortes a trabajadores estatales y suspendiendo los programas PPP Y PIP, dejando sin sustento a miles de jóvenes. Con el aval del gobierno de Schiaretti y el Ministerio de Trabajo, empresas como McDonald’s no pagaron el salario completo de marzo ni presentimos, persiguen y amenazan a les pibes que se organizan y quieren pelear por sus derechos.
En las empresas de plataforma luego de un mes de cuarentena, firmas como Rappi o Globo entregaron un pequeño recipiente de alcohol en gel. Los guantes, barbijos y demás elementos obligatorios por el protocolo van a cuenta de los bolsillos de los y las trabajadoras que ganan menos de 100 pesos por cada entrega. Muchos y muchas de quienes trabajamos en estos lugares también estudiamos en la universidad.
Crisis y universidad
Esta realidad que sufren miles de jóvenes pareciera no existir para las autoridades y los centros de estudiantes de la Universidad. Por ejemplo, La Bisagra que conduce 6 centros de estudiantes, ni siquiera señala el problema ni mucho menos plantea herramientas y formas concretas para avanzar en la organización de los estudiantes que están pasando por esta situación. El año pasado señalábamos que la deserción en nuestra universidad es muy elevada y una de las razones es la imposibilidad de trabajar y estudiar. Sólo por poner el ejemplo de la Facultad de Filosofía y Humanidades, el 75 % de los estudiantes trabaja para mantener sus estudios y el 29 % tenía que dejar la carrera por un tiempo por razones laborales. El 71 % conocía a alguien que definitivamente la abandonó por este mismo motivo. Estos datos son previos a la crisis sanitaria y económica por lo que la situación debe haber empeorado de manera considerable.
Por supuesto que surgen otros problemas en el marco del aislamiento y las clases virtuales que preocupa a muchos y muchas estudiantes relacionado con dificultades académicas y de cursado, pero son miles quienes ni siquiera pueden seguir estudiando, pagando su alquiler o peor aún, sostener el alimento de todos los días. Los centros de estudiantes no pueden quedar al margen de esta realidad y sólo dar respuesta a quienes tienen los medios y recursos para seguir estudiando.
Por eso planteamos un modelo de centro de estudiantes que se ponga a la cabeza de la más amplia organización de la juventud trabajadora, empezando por los propios estudiantes en perspectiva de coordinación y unidad con la juventud precarizada de conjunto que no tiene dónde organizarse o es perseguida y señalada por sus gremios.
Proponemos pelear por demandas elementales como becas integrales para cada estudiante despedido o que no tiene recursos en esta situación, aportar en la pelea extendida en muchos lugares de trabajo para que se pague el 100 % los salarios, por un salario de cuarentena de $30000 para quienes no tienen cómo vivir en el marco de la cuarentena, sobre la base de un impuesto a las grandes fortunas. para que no sean las grandes mayorías las que paguemos una nueva crisis.
Desde la Juventud del PTS ponemos a disposición las secretarías conquistadas en los centros de estudiantes de la FFyH y de Artes, comenzando con un relevamiento de las condiciones laborales y las condiciones de vida de los y las estudiantes en el marco de la cuarentena, para aportar a la visibilización de esta problemática y para que sea la base para la organización de las y los jóvenes trabajadores en la UNC. ¿Estás pasando por situaciones como ésta, o tenés compañeros o compañeras de tu carrera que pasan por esto? Si es así te invitamos a completar este formulario, o a difundirlo entre tus compañeres de cursada.