Ante la parálisis de la economía provocada por la pandemia, el Banco de México busca apuntalar los mercados cambiarios y de renta fija. Para esto, apuesta a inyectar liquidez en el sistema bancario, en especial para pequeños y medianos empresarios.
Se trata de medidas inéditas, entre las que destacan la inyección de 750.000 millones de pesos, unos 30.000 millones de dólares al cambio de hoy, que equivalen a un 3.3% del PIB.
Con apertura de créditos intentan sostener a las empresas afectadas por la suspensión de actividades no esenciales establecida por el gobierno como medida de mitigación ante el covid-19.
Esto en el marco de que el gobierno de López Obrador hasta el momento no ha anunciado medidas fiscales que beneficien al sector privado, una cuestión que le reclaman los empresarios nucleados en distintas cámaras patronales, como la Cámara de la Industria de la Transformación (Canacintra) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Entre el paquete de medidas de Banxico, resalta el establecimiento de un mecanismo de liquidez para los bancos y proveer créditos a partir de un apoyo de 250.000 millones de pesos -alrededor de 10.000 millones de dólares- a bancos de desarrollo y comerciales que atiendan a pequeñas y medianas empresas.
De la mano de esto, el banco central volvió a reducir la tasa de referencia -la cual dicta la tasa de interés bancaria- en 50 puntos, que ahora se estableció en 6%.
Las autoridades de Banxico dan este paso poco después de que tres agencias redujeron la calificación de la deuda del país y de la de Petróleos Mexicanos (Pemex), y en el caso de este último sus bonos ya son considerados “basura”. Ambas medidas van en consonancia con la política de la Reserva Federal estadounidense.
Sin embargo, ante la magnitud de la crisis, los analistas consideran que estas medidas no alcanzarán, porque no es seguro que las empresas contraten créditos en un entorno de incertidumbre como el actual.
Mientras tanto, la parálisis económica que impuso la pandemia evidenció que son los trabajadores quienes mantienen en marcha el mundo. Y los empresarios, grandes y pequeños y los organismos financieros buscan descargar la crisis sobre los hombros de las mayorías, con despidos, recortes salariales y beneficios fiscales que les otorgue el Estado.
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