Se encontraba prestando servicios en el puerto de Cargill de la ciudad de Puerto San Martín, realizando tareas en las barcazas. Desde la empresa informan que fue aislado a partir del 14 de abril, pero trabajadores denuncian que tuvo que seguir ingresando hasta el viernes 17.
A medida que trascurren los días, los empresarios sacan de la cuarentena a los trabajadores para que vuelvan a sus puestos de trabajo, exponiéndolos al contagio para aumentar sus ganancias.
Frente a la confirmación del caso positivo la empresa no puede seguir exponiendo a los trabajadores. Es necesario que de forma inmediata se otorgue licencias pagas a todo el personal que trabaja en las instalaciones para poder realizar testeos a todos y evitar el contagio masivo.
No se puede volver a trabajar en estas condiciones. Ni la empresa ni el sindicato han garantizado la salud de los trabajadores. Para evitar nuevos contagios es necesario que los trabajadores impulsen la elección de delegados para conformar un comité de Seguridad e Higiene obrero independiente que garantice que antes de volver a trabajar se cumplan los protocolos de bioseguridad en los puertos, en el ingreso de camiones y en todo sector donde pueda haber circulación del coronavirus. Que tenga también la función de controlar la entrega de todos los elementos de seguridad, asesorados por médicos y especialistas que capaciten a todo el personal para llevar adelante estas tarea.
El sindicato tiene que garantizar que los trabajadores puedan cuidarse del contagio, peleando para que se formen estas Comisiones de Seguridad e Higiene. Si los empresarios se niegan a respetar el derecho a la salud de los trabajadores, hay que paralizar las aceiteras hasta garantizar las condiciones de salubridad.
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