El programa marco de Podemos, denominado “Programa para el Cambio”, que ahora deberá ser detallado por autonomías, ofrece 215 medidas estructuradas en cuatro bloques (Plan de rescate ciudadano; Empleo, innovación y nuevo modelo productivo; Gobernar para la gente e Instituciones para la democracia) desarrollados en sus largas 75 páginas.
Algunas de las medidas propuestas son precisas, mientras otras están muy poco detalladas. Muchas de ellas son medidas similares a las que presentan otros partidos como el PSOE o Ciudadanos, otras son de cosecha propia de la formación. Destacamos aquí las principales medidas.
Plan de Rescate Ciudadano: El documento recoge una serie de medidas económicas y sociales encuadradas en su llamado “Plan de Rescate Ciudadano” que, de manera análoga al plan de Syriza para combatir la crisis humanitaria griega, se centra en dos aspectos. Por un lado, una idea que ya fue planteada en las europeas: la recuperación del Impuesto al Patrimonio basándolo en el principio de equidad, con un mínimo exento (“a un patrimonio neto de 400.000 euros, frente a los 700.000 euros aplicables de manera general”) para la vivienda familiar en función de la renta, sin exenciones para segundas viviendas, y de aumento progresivo en función del valor del patrimonio.
Suministros básicos: por otro lado, el programa establece una serie de medidas que tiendan a garantizar luz, agua y otros suministros básicos para las personas con rentas más bajas o que carecen de recursos. Ya para las elecciones europeas Podemos planteaba la consideración del suministro de luz, agua y calefacción como un “derecho básico inalienable, que debe ser garantizado por parte de empresas públicas”. El dinero para afrontar estos gastos provendría de un fondo autonómico contra la pobreza energética”.
Deudas hipotecarias y dación en pago: El "rescate contra el sobreendeudamiento" de Podemos propone la "implantación del procedimiento judicial simplificado para la reestructuración y cancelación de deudas", en el que habrá una "fase de conciliación". Además, incluye la dación en pago "retroactiva" para todas las personas “con deudas hipotecarias vivas” que hayan entregado la vivienda, una medida que aparecía en el programa de las europeas.
Desahucios: Una de las “medidas estrella” es la llamada Ley 25 de Emergencia Social, que incluye el compromiso a “paralizar los desahucios que afecten a los deudores de buena fe que no hayan podido hacer frente a sus pagos por encontrarse en una situación de dificultad económica, para garantizar de esta manera el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución Española, así como el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.
Medidas anticorrupción: Podemos concreta otro de los “puntos estrella” de su discurso en una serie de medidas tales como el establecimiento de una Oficina Antifraude (un mecanismo similar al que existe en Cataluña), la implantación de un “buzón secreto” para que los funcionarios puedan denunciar la corrupción de forma segura, al mismo tiempo que recibirán “protección laboral” contra posibles represalias. También incluye la obligación a los cargos electos autonómicos de declarar bienes y gastos, así como la auditoría de la administración pública entre otras medidas.
“Evaluación” de la deuda: el documento propone una “evaluación” de la deuda de las administraciones públicas, así como de las “empresas con participación pública en capital, consorcios e institutos públicos”. Anteriormente Podemos hablaba de “auditoría”, concepto que hoy trasmuta en el aún más moderado “evaluación”. En caso de “colusión o mala fe”, el documento establece la posibilidad de la “reestructuración de la deuda en las instancias correspondientes y en virtud del Estado de derecho”.
Renta mínima: el programa presenta un Plan de Garantía de Renta, con el objetivo de "aproximar” las Rentas Mínimas de Inserción (RMI) de las Comunidades Autónomas al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) "de forma gradual y en virtud de las posibilidades". Esta propuesta abandona definitivamente una de las principales medidas que fueron defendidas en el programa de las elecciones europeas: la “renta básica universal” para todos los ciudadanos.
Participación e iniciativas populares: Podemos propone una ley de instrumentos normativos populares que articule figuras como las iniciativas legislativas populares (“garantizándose su tramitación parlamentaria”), las acciones legislativas populares, las iniciativas de oposición popular y las peticiones legislativas populares. Se instaurará un “escaño extra” para que los promotores puedan “defender las iniciativas legislativas populares”. También se promoverá la creación de Consejos Ciudadanos en diferentes ámbitos sectoriales y trasversales en todas las comunidades autónomas. Las decisiones estos Consejos Ciudadanos “deberán tomarse en cuenta”, pero no tendrán poder real de decisión.
Viviendas vacías y especulación: el programa establece que "pueda actuarse contra las entidades o personas que posean más de diez viviendas vacías" mediante un "servicio de inspección” que investigará “las posibles situaciones de especulación por parte de los grandes propietarios de viviendas vacías". En tal sentido, podrá haber una "sanción económica" para el propietario, que estará obligado a "la cesión obligatoria temporal de la vivienda para la gestión pública".
Aborto y violencia machista: Podemos asegura que la interrupción voluntaria del embarazo estará garantizada “por el sistema público de salud”. También anuncia que todas las mujeres tendrán acceso a “todos los métodos anticonceptivos”. Defiende que la reproducción asistida estará al alcance de cualquier mujer. En cuanto al flagelo de la violencia machista, junto con un plan genérico, el programa anuncia que promoverá la atención psicosocial para hombres condenados por violencia así como el “fomento de masculinidades no violentas”.
Inmigración y racismo: el programa se compromete a instar “al Gobierno central a cerrar los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) [dependientes del Ministerio del Interior] de las comunidades autónomas”, y asegura que rechazará “de manera categórica” la apertura de nuevos centros. A su vez, se compromete a “informar a los colegios de abogados de cada una de las deportaciones que se produzcan en cada comunidad autónoma para que los afectados puedan ser asistidos”. También hace referencia a las redadas racistas y asegura que “acatarán la condena impuesta a España por parte del Human Rights Committee (HRC) en 2009” que las declaró ilegales.
Moderación y renuncia a las medidas más radicales
El programa de Podemos contiene una serie de medidas justas ante la grave emergencia económica y social que vive la amplia mayoría de la clase trabajadora y la juventud en el Estado español.
Sin embargo, las medidas más radicales que la formación había expresado tras su surgimiento, plasmadas primero en el manifiesto “Mover Ficha” y luego moderadas y ampliadas en el programa para las elecciones europeas, ya no aparecen en el articulado programático.
Entre ellas, sobresalen la cuestión de la deuda y la renta básica universal, ambas transmutadas en propuestas más edulcoradas y por lo tanto menos disruptivas. Pero también la ausencia de medidas elementales de emergencia como la prohibición de los despidos, el aumento de salarios, la remunicipalización de los servicios públicos privatizados o la paralización lisa y llana de los desahucios, todas medidas apremiantes que reclama la mayoría de los trabajadores y sectores populares que sufren las consecuencias de la crisis capitalista.
La caída en las encuestas y la disputa del electorado de centro con el partido emergente de la derecha liberal, Ciudadanos, parece haber convencido a Pablo Iglesias de mantenerse en el “centro”, a pesar de haber amagado hace pocos días con radicalizar el discurso para no perder también a buena parte del electorado que vota a Podemos “por izquierda”.
Pero nada asegura que esta operación vaya a dar resultado. Más bien al contrario. La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su barómetro del mes de abril muestra un claro retroceso hasta el tercer lugar –detrás del PP y el PSOE – con el 16,5%, tras haber alcanzado en el anterior barómetro (enero) la segunda posición con un 23,9%.
La extrema moderación, ya no sólo del discurso sino del programa concreto de Podemos, puede llevar a la formación al peor de los mundos: no lograr disputarle la base a Ciudadanos ni evitarla recomposición del PSOE, mientras pierde votos de izquierda que ven a Podemos como un globo que se desinfla.
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