Que la precarización laboral es moneda corriente en distintas dependencias del Estado, y sobre todo en los municipios del conurbano bonaerense, no es noticia nueva. Sin embargo, en José C. Paz, la situación de las y los trabajadores temporarios del área de salud del municipio ha llegado a niveles extremos. Además de no ser provistos de los equipos de protección personal para evitar la exposición al virus, perciben salarios básicos de $1500. Asimismo, aún no han cobrado los $5000 de estímulo que había decretado el presidente. Desde la municipalidad han alegado que ese dinero fue donado a la construcción de la facultad de medicina del distrito sin dar muestra de ello.
En diálogo con La Izquierda Diario, las y los trabajadores han manifestado que ante el mínimo intento de organización para poder denunciar esta situación, recibieron represalias de parte del intendente Mario Ishii. Por haber firmado una carta con exigencias hacia el municipio, la trabajadora que encabezó la iniciativa fue despedida.
De las sumas que completan el salario total, el municipio jamás ha podido explicar de dónde proviene el ítem de “horas extras” dado que las y los trabajadores la cobran cuando realizan jornadas normales sin horas extras. A su vez, en los descuentos figura un ítem llamado “Contribución - Fondo partidario” que el municipio tampoco aclara hacia donde se destina. De esta manera, si al mísero salario básico de $1500 les sumamos los agregados, la remuneración total de las y los trabajadores no alcanza ni a media canasta básica. Algunos ejemplo son los siguientes:
- Licenciado en enfermería: $16000
- Enfermero profesional $14000
- Auxiliar de enfermería $12000
- Personal administrativo $9000
- Personal de limpieza $8500
Ante toda esta situación, el sindicato se ha ausentado completamente y deja vía libre para que el intendente Mario Ishii continúe con la super explotación y persecución laboral.
Un sistema de salud desfinanciado en un distrito con condiciones sanitarias deplorables
El sistema de salud del distrito gobernado por un barón del conurbano como Mario Ishii lleva años sufriendo un vaciamiento sistemático. El cierre de centros de atención primaria es una de las tantas muestras de ello. En las pocas salitas de primeros auxilios que quedan y también en los hospitales, se ven los faltantes de insumos, personal, e infraestructura.
Hace pocos días, el intendente intentó intervenir el Hospital Mercante para que pase a manos del Municipio, sin embargo gracias a la organización de sus trabajadores se logró frenar este avance. Lo que hay detrás de este traspaso frustrado es un intento de aliviar el presupuesto que destina la Provincia de Buenos Aires de la mano de Axel Kicillof a la salud, para que el Hospital se las tenga que arreglar con los magros fondos municipales (Ishii sólo destina 29 pesos diarios por persona del presupuesto del municipio).
Según datos del último Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda (2010), José C. Paz, que lleva años gobernado por el peronismo local, es uno de cuatros partidos del Gran Buenos Aires que tiene menor porcentaje de población con cobertura de obra social o seguro privado (52,24%) junto a las localidades de Merlo, Moreno y Florencio Varela.
El mismo censo también muestra otras cifras preocupantes sobre la situación socio sanitaria de José C. Paz: casi un 6% de la población vive en situación de hacinamiento crítico (más de 3 personas por cuarto), sólo un 17,3% de la población accede a servicio de agua de red y sólo un 6% tiene conexión a cloacas.
Claramente José C. Paz es uno de los distritos más olvidados del conurbano bonaerense de parte del Estado, a pesar del discurso de la casta política que vive totalmente alejada de las necesidades del pueblo trabajador y que intentan velar esta situación. Hace unas semanas, el presidente Alberto Fernández elogió al intendente por “el esfuerzo” para gobernar el distrito.
Organizar la solidaridad para enfrentar la crisis
Las y los trabajadores de la salud, aquellos que están en la primera línea de combate frente a la pandemia, tiene que saber que no están solos. La solidaridad se expresa a lo ancho y a lo largo del país con distintas iniciativas, incluyendo a la Zona Norte del Gran Buenos AIres.
La gestión obrera Madygraf ha reconvertido su producción para fabricar elementos de prevención e higiene como mascarillas para el personal de salud y sanitizantes. A su vez, estudiantes y graduados de la Universidad Nacional de José C. Paz como la de General Sarmiento han organizado Comités de Emergencia y Seguridad desde donde han juntado donaciones para repartirlas en los centros de salud de la zona, escuelas y comedores junto a los docentes de la agrupación La Marrón.
La organización de las salitas de los barrios para mantenerlas funcionando, el comité de Seguridad e Higiene que pusieron en pie los trabajadores del Hospital Mercante para defender sus condiciones de trabajo y exigir los elementos básicos de higiene son otros ejemplos de la importancia de estrechar lazos entre los trabajadores, los estudiantes y la comunidad en general para defender la salud pública. Desde ya que no alcanza sólo con juntar donaciones. Organizar la solidaridad significa fortalecer una alianza para exigirle al Estado que priorice la inversión en salud y suspenda los pagos de la deuda, pasen a planta todos sus trabajadores con salarios iguales a una canasta familiar, y centralice el sistema declarando de utilidad pública todos los recursos. |