Dentro de las donaciones más comentadas se encuentra la de Carlos Cazzeli que entregó 500 escudos faciales al hospital y las mascarillas KN95 de la Fundación Luksic, que del millón que entregó al colegio médico, 111 cajas con estos insumos fueron asignadas a este hospital.
Durante estos días, las mascarillas se han estado distribuyendo en varios servicios. Los directivos han estado presionados por la dura situación que atraviesa el hospital que debe hacerse cargo de una zona de la región metropolitana y especialmente una populosa comuna como Puente Alto, que ha tenido múltiples brotes por la pobreza, el hacinamiento y la obligación de seguir trabajando para las ganancias de los empresarios de sectores no esenciales; ahora la pérdida de miles de puestos de trabajo complicaría la situación aún más.
En el complejo de salud se han confirmado hasta el momento 37 funcionarios contagiados de covid19. De este conteo hacen una dudosa trazabilidad de cada caso pues indican que de los 37 casos 15 se contagiaron dentro y la mayoría (22) fuera del hospital. Ejemplo de esta polémica fue el supuesto caso de las matronas contagiadas en un culto, la realidad, como bien denuncian varios gremios y federaciones de salud, es que son las condiciones de trabajo del personal las que promueven el contagio. Este bullado caso en noticieros y matinales fue solo un show mediático que intentó desviar el centro del problema, pues en un comunicado de las matronas del recinto desmienten el contagio externo y la asistencia de alguna de ellas a cualquier culto, y además señalan:
"(...)nuestro director Dr. Gonzalo Menchaca expuso que diariamente atendemos a todas nuestras usuarias como probables portadoras de COVID-19, utilizando de manera permanente elementos de protección como mascarilla, antiparras, escudo facial, pechera plástica, guantes, mascarillas y hasta botas. Queremos aclarar que esto es completamente falso, dado que en ningún momento se nos ha instruido tomar tales medidas con todas las usuarias, sino que solo con pacientes con caso de sospecha o certeza de COVID-19(…) Por lo demás, dichos elementos son escasos y están resguardados bajo llave. El resto de nuestras usuarias se atiende con precauciones estándar”.
Nos preguntamos ¿dónde están los insumos? Y es que sin protocolos claros, quiebres de stock de otros elementos como las pecheras o delantales, el Estado descansa y se desentiende gracias a este tipo de asistencias privadas, sin embargo, el colapso es inminente y los y las trabajadoras de la salud tienen la urgencia de proteger sus vidas y la de sus pacientes. La urgencia es tal que en una encuesta nacional del Colegio Médico, más de un 65% de integrantes de equipos de salud señala que no cuenta con los insumos necesarios de protección frente a la pandemia.
Se ocultan cifras y faltan catastros reales de los insumos de protección. Hay un silencio cómplice de autoridades como el director del hospital, en relación a transparentar y poner a disposición los EPP existentes, al igual que sucede en el hospital Barros Luco, dónde la donación de 21500 mascarillas del Colegio Médico está bajo cuatro llaves mientras las y los funcionarios exponen su vida.
Es fundamental que el control de los insumos y los Epp estén en manos de funcionarios y profesionales de la salud, distribuidos y fiscalizados por cuerpos de delegados electos democráticamente en los servicios. No faltan insumos, sobran especuladores y lo que no hay se puede fabricar, para eso la reconversión de algunas fábricas, talleres o industrias es una salida viable para escapar de la fila al matadero en la cual tienen formados a las y los trabajadores de la salud y la primera línea ante la pandemia. ¡Suelten los insumos! |