Desde el 11 de abril Estados Unidos pasó a ser el país con más personas afectadas por el Covid-19, debido a que las medidas anunciadas por el gobierno de Trump no han sido las adecuadas, además estas fueron anunciadas e implementadas de manera tardía. El sistema de salud de aquel país está basado en seguros privados lo que complica la identificación de cualquier patología y que trabajadores y trabajadoras de la salud tengan acceso limitado a insumos de protección.
Como consecuencia de todo lo anterior, hasta la fecha, se confirman 927.150 casos confirmados y 52.400 muertos. Además de las graves consecuencias económicas, ya que la tasa de desempleo en abril se aproxima al 20%, con un total de 26 millones de desempleados, acercándose cada vez más a la tasa de desempleo que dejó “ la gran depresión” con un 25%.
Otro dato no menor es que se ha detectado un aumento de 4,4 millones de solicitudes de subsidio de desempleo durante la última semana, por lo cual, la empresa financiera JP Morgan reporta que “los niveles de presentación de reclamos siguen siendo masivos” y que “si bien el flujo se incrementa de nuevas pérdidas de empleo a nivel semanal puede haber disminuido un poco últimamente, como era de esperar, todavía parece que el mercado laboral está en una situación mucho peor ahora que antes de la propagación de Covid-19”. Chris Rupkey, Chief Financial Economist de MUFG, complementa el reporte anterior concluyendo que “lo peor aún no ha llegado para la economía estadounidense”.
Sin embargo, aumenta el debate sobre la reapertura de varios lugares de empleo. De hecho, estados como Alaska, Texas, Carolina del Sur y entre otros, cuyos gobernadores ya tomaron la iniciativa para la reapertura de los empleos pese a las advertencias de profesionales especializados.
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