En Líbano se han detectado 677 casos y 21 muertes por causa del coronavirus.
Han estado en un cierre parcial desde el 15 de marzo con toque de queda nocturno. Cerraron sus aeropuertos y fronteras terrestres.
La semana pasada hubo movilizaciones en las calles en varias regiones -desde sus coches- para exigir la ayuda del gobierno a medida que empeora la crisis sanitaria y económica por la pandemia.
El martes salieron en automóviles moviendo banderas libanesas, escuchando a todo volumen canciones revolucionarias, recorrieron los principales centros que durante 6 meses han estado en levantamiento.
Al igual que hemos visto en México, decenas de miles han perdido sus empleos, o les han reducido el salario, la pobreza también aumenta. En todo el mundo los gobiernos y los empresarios buscan que cualquier pague la crisis con tal de no ser ellos.
El salir a las calles en sus coches no ha sido la única medida que han utilizado para manifestarse. Han chocado autos contra bancos, hasta un hombre sirio se prendió fuego por el empeoramiento de las condiciones de vida.
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Las protestas se levantan alrededor del mundo. Las terribles condiciones que ha abierto la explotación capitalista se ven doblemente reflejadas en estos tiempos de pandemia. Hoy la consigna de que “la clase obrera es una y sin fronteras”, la organización y movilización de los trabajadores y demás sectores oprimidos, con independencia de los capitalistas, es urgente.
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