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30 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

SUPLEMENTO IDEAS DE IZQUIERDA MX
Contrapuntos sobre pandemia, crisis y perspectiva socialista
Pablo Oprinari | Ciudad de México / @POprinari
Massimo Modonesi

Reproducimos a continuación el debate entre Massimo Modonesi y Pablo Oprinari sobre la pandemia y la perspectiva socialista, trasmitido por la Izquierda Diario.

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¿Qué relación tienen la crisis económica y la crisis sanitaria? ¿Qué pasa con la lucha de clases en medio del coronavirus? Fueron las grandes interrogantes que abrieron el debate a cargo de Massimo Modonesi (académico de la FCPyS) y Pablo Oprinari (Coordinador de la revista Ideas de Izquierda México y dirigente del MTS), a través de la Izquierda Diario.

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El escenario de la pandemia ha generado profundas consecuencias en la economía mundial. Se trata de una crisis sin precedentes de acuerdo al FMI; la magnitud es comparable a 1930. El efecto de la contracción económica del PIB en -3% afectará principalmente a E.U., los países de la Unión Europea y economías dependientes como México.

En este contexto, las cifras del número de pobres crecerán en 200 millones de acuerdo a la CEPAL. A eso hay que sumar la población en extrema pobreza que llegará a 90 millones de personas, es decir, casi la mitad del total de la población del continente en 600 millones sin condiciones dignas de vida, agravadas por la pandemia.

La clase trabajadora también ha dado muestras de resistencia contra la clase capitalista que antepone sus ganancias a salvaguardar y garantizar la vida de millones de personas en el mundo: Como la huelga de trabajadores en Amazon en EE.UU. que estalló el 21 de abril de este año. También tenemos el llamado a Huelga General en Italia el 25 de marzo para detener las actividades productivas no esenciales.

Los trabajadores de la salud, en la primera línea de lucha contra la pandemia, también se ponen de pie en Reino Unido, Colombia, México, Perú, Argentina, Brasil, Italia, Grecia, Francia, Pakistán, Nigeria, Malawi, Zimbabue y Sudáfrica.

Con este escenario estamos por llegar al 1ro de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, que abre múltiples debates y merece un posicionamiento claro anticapitalista y socialista.

"Covid y crisis capitalista"

¿Qué relación hay entre crisis económica y crisis sanitaria? ¿Desde qué ángulo se puede entender las estrategias de las clases dominantes en esta crisis?

Massimo Modonesi (MM):

Es obvio que la crisis sanitaria pone en evidencia un límite del capitalismo, desnuda al capitalismo y provoca una crisis capitalista, pero hay que tener cuidado con eso porque hay que ver si la crisis capitalista se produce en su propia capacidad reproductiva o está siendo provocada por un factor externo. No para defender al capitalismo, es para analizar con claridad y también tener los argumentos adecuados, porque evidentemente el tema que sea una crisis sanitaria, que sea un virus, que no sea una típica crisis de reproducción del capital pone también a los capitalistas a los defensores del sistema en una posición un poco más cómoda para poder usar como pretexto la catástrofe, como si fuera una catástrofe ambiental, en este caso una crisis sanitaria.

Entonces yo creo que es muy importante atar bien los cabos, que sepamos los socialistas y los anticapitalistas, poner de relieve cómo no sólo hay un efecto sobre el capitalismo que demuestra no estar en condición de atender la crisis de esta naturaleza, sino que también el capitalismo crea esas condiciones para que se creen crisis de esta naturaleza.

Hay que atar el argumento que creo que será el argumento de todos los defensores del sistema, que hay consecuencias y la crisis económica es una de ellas y entonces, simplemente restablecer el capitalismo para recuperar el orden perdido y construir ese mito del capitalismo que fue trastocado por un agente externo y por lo tanto, lo deseable, es el retorno al mismo capitalismo que antes. Entonces yo creo que esa es una primera, cuestión. Sí mostrar como la crisis sanitaria se arraiga en el capitalismo y se ata, se reproduce a través de mecanismos que son propios de sociedades capitalistas. Es una tarea fundamental, verlo como una cuestión causal no sólo de consecuencias. No la causa obviamente biológica, causa de propagación, se habla de globalización, de medio ambiente, hay toda una serie de mecanismos que hicieron de esa crisis la pandemia que vivimos.

La segunda cuestión fundamental es que vamos a encontrarnos con una serie de propuestas conservadoras. Y habrá que saber y reconocerlas como tales, tanto las que pretenden un retorno al mismo capitalismo o las que quieran ajustar el capitalismo. Cuando se dijo sobre el neoliberalismo, el punto también es: ¿va a entrar en crisis el neoliberalismo o no? Sin duda, hasta la fecha, hay medidas que se están tomando y la forma en la que se pretende resolver la crisis sanitaria y la crisis económica son medidas que entran dentro del marco del neoliberalismo, a mí no me convence que una mayor intervención estatal modifique el patrón neoliberal de producción del capital. Me parece que es propio del neoliberalismo poder contener ciertas medidas paliativas, poder recurrir a cierta intervención estatal.

El punto es que el estado es un estado de clase que interviene en favor del capital, en favor de las clases dominantes aun cuando redistribuye o genera ciertos niveles de contención frente a ciertos momentos de desborde propio de reproducción del capital tanto hacia la oferta como a la demanda, tanto a los productores, sosteniendo a los capitalistas y tratando de evitar que la acumulación de contradicciones de conflicto se convierta en algo insostenible.

Es otro punto que quiero señalar, el retorno del estado que de por sí es un signo antineoliberal, no digo anticapitalista. Habrá que tener cuidado con un incremento de intervención estatal que no se salga de los parámetros del patrón neoliberal.

Pablo Oprinari (PO):

En primer lugar hay que considerar los distintos niveles de la responsabilidad capitalista en la crisis actual. Por una parte, distintos especialistas han dicho que la difusión de nuevos virus de la gripe es consecuencia de la expansión de las agrobusiness y de la ruptura del equilibrio ecológico, provocado por la voracidad capitalista.

Junto a eso es evidente que el neoliberalismo actuó bombardeando sistemáticamente los cimientos de conquistas entre ellas el desmantelamiento de la salud pública es una de sus consecuencias más duras lo cual está emergiendo en la crisis actual, en la saturación y en el colapso de los sistemas sanitarios como se ha visto Nueva York, en Roma, y por supuesto también en México y América Latina.

Ahora bien, partiendo de esto que quería plantear de inicio hay un aspecto evidentemente que tiene que ver, que es el que plantea Massimo, con que la crisis sanitaria abrió una crisis económica cuya dinámica va no solamente a la recesión sino, como plantean distintos analistas, se encamina a una depresión que puede ser igual o superior a la que se sucedió después del crack de 1929. Ya en las previsiones de la caída del PIB a nivel mundial para este año y el siguiente andan por el 8% y bueno ni hablemos de las previsiones para países centrales, países imperialistas como E.U., Estado Español como en Francia y en el caso de México es una caída de 6.6%.

Esto creo que es importante considerar, dialogando con lo que plantea Massimo, no cae del cielo, sino que profundiza y eleva a un nivel muy superior las tendencias que se venían desarrollando en el capitalismo internacional desde la crisis financiera del 2008, una crisis de la cual el capitalismo aunque evitó la clase dominante el crack con distintos mecanismos de rescate no logró recuperarse de forma sustantiva y desde entonces lo que venimos viendo es una tendencia al estancamiento que se estaba transformando previo a la crisis actual en una recesión y ahora como decía antes se encamina a un escenario de depresión.

Otro elemento, por la pregunta inicial que se plantea es lo que se está profundizando también son los roces y las disputas entre las potencias imperialistas, entre las mismas y distintas potencias regionales y también lo que veníamos viendo que era la emergencia de los nacionalismos. Hoy eso concretamente se ve por ejemplo en la disputa entre Estados Unidos y China, respecto a las discusiones sobre el origen del COVID, o por ejemplo en la guerra encarnizada que hay por el acceso a los insumos médicos. Si hay un elemento en el cual los gobiernos de todo el mundo tienen acuerdo efectivamente, es en la importancia del rescate multimillonario a las grandes empresas pero sacando eso, que es un elemento que comparten todos, lo que se pude decir es que el mundo que se viene, lo que vamos a ver y se va a profundizar seguramente son las guerras comerciales, la regionalización de la producción y el intercambio y otros fenómenos que ya se venían configurando, se venían incubando en esta dinámica del capitalismo internacional. Lo que hace la emergencia de la crisis sanitaria es acelerar los tiempos.

El otro elemento que yo quería plantear que me parece muy importante para las perspectivas de los socialistas es que la clase dominante está aprovechando la crisis para generar una nueva relación entre el capital y el trabajo, mucho más desfavorable para la clase trabajadora. Hoy ya se habla de que en este trimestre 195 millones de desempleados y lo que está impulsando la patronal es mayor precarización del empleo y rebajas salariales. La intención va más allá de la crisis misma busca sentar ejemplo y una configurar una nueva contrarrevolución laboral.

En un artículo publicado en Ideas de Izquierda escrito por Andre Acier plantea que en Estados Unidos y otros países hay una nueva modalidad de superexplotacion capitalista: intercambio de trabajadores entre empresas con rebajas salariales y sin ningún tipo de protección, que además es presentado como contención del desempleo por parte de los capitalistas. Y es así que se está cimentando el aumento en de la fortuna de los dueños de Amazon o de la familia Walton.

Esto en México, para introducir un elemento de lo que está pasando en el país también lo vemos. Lo que sucede por ejemplo con las licencias con reducción de salario es lo que está dando la clase capitalista en muchos lugares mientras decenas de miles de trabajadores de la industria maquiladora son obligados a trabajar sin condiciones mínimas de seguridad y con reducción de salario. Lo mismo en el sector de los servicios. Y como parte de esta misma ofensiva está la exigencia de la clase dominante y que es impulsada por muchos gobiernos a que se retomen las actividades no esenciales en condiciones en las que la pandemia aún no ha sido superada.

Este punto es importante tenerlo claro porque es el mundo que se vienen, en el sentido de que la clase dominante va a buscar con los gobiernos y también en complicidad con las direcciones sindicales con las cuales vienen participando de esto, imponer peores condiciones a los trabajadores.

La dinámica de crisis económica que estamos viendo está íntimamente vinculada a un profundo ataque de las condiciones del trabajo que es lo que quiere asentar y generar la clase capitalista.

"Conflicto de clase y resistencia obrera"

¿Cuáles son las perspectivas de la lucha de clases en las nuevas circunstancias?

MM:

Yo empezaría ligándome a lo que decía Pablo y un poco matizándolo no contrastándolo. Yo creo que sí clase dominante, pero yo creo que va a haber muchas contradicciones. No es tan evidente que vamos a estar ante una única reacción, es obvio que hay una intencionalidad también de aprovechar la crisis, no pagar los costos de la crisis e incluso aprovecharla. Es típica la elección racional de los capitalistas.

Yo creo que si la magnitud de estas crisis cimbran los equilibrios internos de los bloques políticos y de los bloques de poder, en este sentido yo sí percibo que hay tensiones al interior de las propias clases dominantes y sobre todo entre sectores más ligados a lo público, al aparato estatal, sectores privados, ahí yo siento que, cuando hablamos de luchas de clases, también va a haber al interior de las coaliciones y los bloques de las clases dominantes. Yo creo que tenemos que estar preparados también para ver distintas estrategias conservadoras, igualmente conservadoras, pero no con la misma configuración.

Yo creo que se va a dar un juego de una intervención estatal, una perspectiva que busque atemperar las tensiones sociales y que impulse cierta intervención paliativa, asistencial del estado o cierto retorno de lo público de ciertos sectores. Algo que sin duda no llegaría más allá de una revolución pasiva de una transformación, pero basada, no en la participación de las clases subalternas, no en una redistribución del poder, sino una gestión desde arriba, que puede ser una gestión poscrisis.

Ahí yo siento que el símil con la crisis de 1929 puede calzar de una gestión distinta de una hipótesis de modificación del patrón capitalista. No estoy seguro de que sea la que triunfe, pero hay algo que se puede gestarse ahí y un debate que se pude abrir al interior de ese universo.

Ahora creo que eso sólo se da, ahí la hipótesis con la crisis del 29 no calza es que se da sólo si hay un gran contrapeso. En términos de la lucha de clases, las luchas intra-burguesas pero de cara a la emergencia y al empuje de las clases subalternas, de la clase trabajadora. Eso yo creo que sí eso va a ver y yo creo que ya lo está habiendo y si lo había antes es obvio que se pude prever que habrá más magnitud. Cuantitativamente la presión va a ser mayor. Pero habrá suficiente proyecto y una subjetividad política suficiente para introducir una cuña en esas contradicciones y para influenciar ese desenlace, eso es lo que yo siento que es más problemático.

Entonces dado por hecho que va a haber pugnas y proyectos conservadores de distinto tipo y que va a haber una conflictualidad desde abajo que se va a producir casi de forma reactiva, en forma defensiva yo me pregunto, ahí soy menos optimista, si puedo prever el conflicto, incluso la crisis orgánica de hegemonía se va a producir al nivel de la conducción, de la dirección, tanto incluso con esas contradicciones que señalaba Pablo, hasta regionales, distintos nacionalismos, pero en última instancia lo que habrá que preguntarnos es qué capacidad de llevar la correlación de fuerzas en el terreno de la lucha de clases hacía un terreno más político-estratégico con un proyecto socialista, con una intencionalidad anticapitalista.

En la crisis del 29 preexistía esa acumulación de fuerzas que no era sólo cuantitativa de luchas, sino que también tenía una politicidad y una condensación ideológica fuerte que permitió una incidencia. Yo creo que ahí es donde podemos tener un problema de una crisis que, si bien desate una gran conflictualidad, ésta no pueda rendir frutos políticos porque no hubo una acumulación de fuerzas suficientes, de los años previos, para decirlo gramscianamente, una guerra de posiciones que permita después una incidencia real. Y podemos encontrar una hipótesis y hay que ver qué lugar ocupa la izquierda anticapitalista en todo eso en que, sectores de la clase trabajadora se encuentren confundidos y atados entre las pugnas internas de las clases dominantes y que haya propuestas progresistas con ciertas dosificaciones de la intervención estatal en favor del capital, hipótesis de revoluciones pasivas y conservadoras hasta de corte nacionalista con este referente ideológico para movilizar, como mito movilizador de la nación y en ese sentido, lucha de clases no garantiza acumulación de fuerza de clase.

PO:

Dialogando con lo que plantea Massimo respecto a la configuración que se pude dar en el terreno de la clase dominante y los representantes políticos de la misma, yo creo que efectivamente sin duda puede haber distintas brechas en ese sentido en una situación de crisis tan profunda como la actual, eso se pude exacerbar. Por ejemplo, sin ir más lejos en el caso de México, tenemos en determinados momentos de las últimas semanas hubo discusión y debate entre el gobierno de la 4T y sectores de la patronal, exigencias por parte de la dirección de la COPARMEX y otras confederaciones patronales de que se tome deuda pública para rescatar a las empresas y frente a eso el gobierno de López Obrador lanzó una serie de medidas asistencialistas y de créditos para los pequeños empresarios que en su momento fue criticado por sectores de la patronal. Sin duda es un elemento para tener en cuenta desde el punto de vista político y para dar una discusión desde el marxismo y desde la perspectiva de los socialistas a las políticas de las patronales de precarizar y despedir, tanto como a las respuestas que el gobierno está dando, paliativas y que no resuelven la situación terrible en la cual están millones de trabajadores y por otra parte hacia la patronal que ha sido llamarlos a no despedir pero mirar para el costado cuando en México se están dando miles de despidos e industrias no esenciales siguen laborando.

Sobre esa base, hay que dar cuenta de eso, pero no solamente desde el punto de vista de análisis sino de la política que debemos tener. Ninguna de las distintas alternativas que se ponen en juego representa una respuesta favorable a la situación que atraviesan millones de trabajadores a nivel internacional.

Por el hilo de la pregunta yo creo que ya estamos viendo muestras de esa resistencia en el panorama internacional. Hay distintos sectores y niveles en donde se está dando. Por una parte, empezaron a surgir resistencias en los llamados sectores esenciales en distintos países, un ejemplo de eso son los trabajadores de la salud, se manifiestan no solamente en México y en E.U. sino en otros países y que son sectores además, en particular por los sectores de salud, que cuentan con un gran prestigio social en este momento precisamente porque están en la primera línea contra la pandemia en momentos en que la política sanitaria de los países capitalistas ha sido desastrosa.

Por otra parte, están los procesos de resistencia que estamos viendo entre otros sectores de la clase obrera, donde destaca en particular los trabajadores precarizados. Están jugando un rol esencial, tiene menos oportunidad de hacer teletrabajo y, por ejemplo, los repartidores, los trabajadores de supermercados, los trabajadores del transporte, así como también en industrias que aunque no son esenciales, los obligan a laborar.

Son los sectores que están acumulando gran odio social y por tanto también importantes procesos, aunque sean insipientes, de reagrupamiento, de organización y de lucha entre los trabajadores de la comida rápida y de comercio electrónico en E.U. y en otros países de Europa y América Latina donde exigen cuestiones tan elementales como son las licencias remuneradas y equipos de protección. Y también estos procesos lo vemos en el norte del país donde en particular las huelgas y los paros salvajes que han protagonizado los trabajadores de la industria maquiladora.

Por último, es importante destacar un tercer aspecto que son los procesos y experiencias de lucha desde el inicio de la crisis en sectores en mejores condiciones laborales y de organización: como por ejemplo, los trabajadores en Italia que hicieron la huelga general parcial del 25 de marzo, los procesos de resistencia que surgen en los aeronáuticos en Francia en Air Bus donde llegaron a exigir la reconversión de la industria o las manifestaciones que se han dado en distintas plantas automotrices en el Estado Español o en Estados Unidos.

Y esto es importante considerarlo no porque en sí mismo exprese radicalización generalizada sino porque se da todavía cuando la cuarentena mantiene a gran parte de la clase trabajadora recluida y se da también en sectores que podríamos considerar posiciones estratégicas de la clase obrera y que en este momento se expresan como tales porque son sectores esenciales de la economía.

Hay otro elemento en lo que planteaba Massimo de la reflexión entre lucha de clases y la acumulación previa que hay que tomar en cuenta. Es el hecho de que la clase trabajadora de distintos países protagonizó importantes procesos re revueltas y rebeliones como en el caso de Chile o de Francia. Evidentemente eso no resuelve en sí de cómo entra la clase trabajadora en este momento, pero son importantes como experiencias que pueden ponerse en juego en una nueva oleada de lucha de clases.

Salvando las diferencias que hay en México de lo que se expresó en Chile o en Francia, los sectores que hoy están protagonizando protestas son los mismos sectores que hace un año hicieron una gran oleada de huelgas en Matamoros o que hace un par de años en Ciudad Juárez protagonizaron los paros de la fábrica Lear.

Yo lo que quiero plantear es que los socialistas tenemos que medir cómo está la subjetividad de la clase trabajadora y cómo entra en este momento, pero como sabemos aunque no hay una relación entre crisis capitalista y desarrollo de procesos de la lucha de clases y de procesos revolucionarios hay que considerar que en una situación como la actual donde se desarrolla la crisis, donde hay una polarización que se empieza a expresar como decía Massimo en el terreno político incluso en las alturas y donde hay experiencias tanto previas como otras que se empiezan a hacer, nosotros tenemos que ver en la lógica de la situación, las posibilidades a que se desarrollen no solamente procesos de lucha sino también procesos de corte revolucionario.

"Debates sobre la perspectiva socialista"

¿Cuál es el lugar del neoliberalismo en la actualidad y cuál es la posibilidad que ven del desarrollo de una perspectiva socialista?

MM:

Hoy en día nadie se dice neoliberal. Más allá de la denominación, porque incluso es una denominación crítica que nace de lo anti-neoliberalismo, la cuestión es que —Pablo también lo comentaba antes—, qué tantos demonios van a andar sueltos de la acumulación y la ganancia, no sólo quién paga la crisis sino quién aprovecha la crisis; la oportunidad para un reacomodo de las relaciones de fuerza. En ese sentido yo sí creo que hay que tener cuidado, porque además un tema que no tocamos es el autoritarismo, porque de repente desborde desde abajo puede producir una acción, un intento de reconducción hegemónica en clave de consenso o de endurecimiento en clave represiva. Habrá que ver país por país que situaciones se van encontrando y cuál será la tendencia general.

Entonces no es evidente que el neoliberalismo entre en crisis, puede ser defendida a capa y espada como confrontación y puede ser defendido a través de una serie de medidas compensatorias. En ese sentido habría que ver si no hay un retorno de la socialdemocracia que es un actor un poco desaparecido de la escena, teóricamente con el triunfo del neoliberalismo, incluso en clave nacionalista.

Respecto de la perspectiva socialista no soy optimista, lo que sí creo es que hay una oportunidad y en ella habrá que medir no sólo la fuerza existente sino qué acumulación de fuerzas se pueden dar. Entonces esa oportunidad y la lucha inevitable que se va a producir, es una oportunidad inevitable para que las izquierdas anticapitalistas recuperen un lugar que han perdido y ahí si hay que tener muy claro que, sobre todo el socialismo revolucionario, no se ha recuperado de la derrota histórica que hemos vivido desde hace 30 o 40 años, depende de donde nos situemos.

Esa reconstrucción de esa perspectiva de esa naturaleza, que por lo tanto es crítica de la socialdemocracia, no es cualquier socialismo, es un reconstrucción lenta y progresiva que, incluso se tendrá que medir en términos de su capacidad tanto de criticar hasta las medidas compensatorias habituales, soluciones progresistas socialdemócratas y al mismo tiempo encontrar su lugar y participar de las luchas de forma activa, sin ser sectario y al mismo tiempo sin conceder.

Eso es una tarea complicadísima. Todos los que lo han vivido saben que es una tarea tan complicada como es complicado politizar las luchas de masas. Cuando se mencionaban Chile y Francia, yo siento que sí hay luchas que se politizaron, pero si hacemos la lucha que no se politizaron es una lucha mucho mayor. Lo digo no para ser pesimistas sino como un realismo de la dificultad de la tarea.

La oportunidad es crucial y es estratégica. Hay que tomarla y yo creo que la izquierda socialista tiene la oportunidad de avanzar, pero esa avanzada no puede ser rápida y contundente y que no me imagino una irrupción de las masas con una radicalización que los lleve rápidamente a tomar posiciones. Entonces habrá que ver cómo participar y contribuir a esa radicalización sin esperar volvernos hegemónicos en el corto plazo, porque esos procesos no son tan repentinos. Incluso en los países donde hubo revoluciones había acumulaciones de fuerzas largas y duraderas, es la historia del movimiento obrero y socialista a lo largo de décadas.

Hay que hacer cuentas con las dificultades que hemos vivido en los últimos años y con el carácter reducido de esas corrientes al interior de las mismas corrientes de izquierda. No quiere decir bajar los brazos sino al contrario redoblar los esfuerzos.

PO:

Creo que el panorama para la clase trabajadora muy complejo y muy difícil donde se combina la crisis sanitaria con la crisis económica y un ataque por parte de los capitalistas. Esto efectivamente hace muy importante discutir cuáles son las tareas que tenemos por delante los socialistas para el desarrollo de una subjetividad revolucionaria en el seno del movimiento obrero.

Está vinculado a eso, el carácter convulsivo del momento actual es lo que hace que muchos intelectuales de la burguesía, como recientemente salió por parte de un columnista de Blumber que es un medio absolutamente imperialista, alertaba de que en esta situación surja insurrecciones, levantamientos y revoluciones. Evidentemente, desde el punto de vista del pensamiento burgués de fortalecer, en el sentido de lo que decía Massimo, los mecanismos de control social y de represión por parte del estado, porque cualquier acción del movimiento de masas va a generar distintos tipos de respuesta por parte de la burguesía, desde los desvíos o intentos de contención hasta las respuestas mucho más reaccionarias.

Creo que no decir que está en crisis el pensamiento neoliberal, es un elemento que surge de la dinámica misma de la crisis económica, se calló cualquier visión triunfalista desde el punto de vista económico y además tiene un gran problema por delante los distintos ideólogos que sostienen perspectivas reformistas. Desde los neorreformismos al estilo de Podemos, que hoy es parte del gobierno del Estado Español hasta los gobiernos burgueses que tienen una retórica progresista como el de AMLO.

Si uno piensa las políticas de contención y de planes sociales de AMLO, tiene por delante un panorama complejo que es la crisis económica que hoy va a acotar los recursos disponibles. Lo cual no quiere decir que no puedan mantenerse actuando en el seno del movimiento de masas y tratando de reciclarse de distintas formas, van a seguir haciendo política y actuando, pero hay una situación internacional que pone límites en ese sentido a la credibilidad o los pilares de esos proyectos políticos.

Ahora bien, es muy importante la reflexión sobre las perspectivas. El marxismo parte de que las crisis no generan automáticamente ni revolución ni mucho menos revoluciones triunfantes. Por la perspectiva de los socialistas yo quería plantear algunas cuestiones.

En primer lugar, la realidad actual está poniendo sobre la mesa la necesidad de medidas enérgicas, hace unos años cuando los marxistas lo planteábamos nos consideraban utopistas. Por ejemplo, hoy la prohibición de los despidos, y que toda empresa que cierre, despida o rebaje el salario, sea expropiada y puesta bajo control de los trabajadores, no es sólo una frase o un lema sino es una cuestión de vida o muerte para los trabajadores, por ejemplo, para los trabajadores del norte del país.

O la nacionalización de los sistemas de salud, que implica también la expropiación de los hospitales y laboratorios privados, una demanda para enfrentar el brote pandémico. Hoy son medidas que se ponen a discusión para evitar la catástrofe medidas que antes no estaban puestas porque no había esta crisis.

La tarea que tenemos no es fácil, como decía Massimo, y por eso es importante la organización política, porque para que la clase trabajadora, retomando el legado de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Gramsci y de tantos revolucionarios del siglo XX, necesitamos construir una alternativa política porque se trata de enfrentar y de aspirar a triunfar sobre los capitalistas y sus partidos. Para eso hace falta una estrategia y una conducción revolucionaria. Por eso es uy importante tomar partido y militar políticamente, porque además, en este contexto donde millones de trabajadores y jóvenes están viviendo esta crisis en carne propia, pueden sacar conclusiones muy avanzadas respecto a qué salidas necesitamos y en ese camino la acción de los revolucionarios, el acercamiento, la fusión con los mismos y plantear un programa que dé respuesta, puede permitir que rujan y se desarrollen organizaciones revolucionarias superiores con las que hoy contamos e impulsamos en distintas partes del mundo.

Se actualiza la necesidad y la vigencia de una perspectiva anticapitalista, socialista y revolucionaria, lo que implica acabar con este sistema de explotación y miseria, que es necesario luchar, construir y conquistar gobiernos de los trabajadores y sus aliados, por lo que se trata es de reorganizar la sociedad sin explotadores y explotados.

Los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los intelectuales tenemos que estar conscientes del momento que se viene y frente a eso es importante organizarnos porque es la única forma de resolver de forma positiva para las masas a nivel internacional esa disyuntiva que planteaba la marxista revolucionaria Rosa Luxemburgo hace muchos años tiempo: socialismo o barbarie.

 
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