En una semana donde el precio del petróleo tuvo bajas históricas (llegando el lunes a valores negativos), las patronales agrupadas en el Centro Azucarero Argentino (CAA) sostienen su pedido de aumento del 10% en promedio en el precio del bioetanol como parte de otras exigencias a los gobiernos; mientras atacan a los trabajadores con rebajas salariales como anunció Ledesma en su división de papel.
Al lector le puede parecer algo ilógico, pero no lo es para los empresarios. Recordemos que este producto (alcohol) derivado de la caña de azúcar se mezcla con naftas y lo regula la Secretaría de Energía de la Nación según la Ley N° 26.093.
El reclamo de los ingenios –que es compartido con los productores de etanol de maíz-, incluye la exigencia de un incremento en el corte de bioetanol de 12 a 15% por litro de combustible.
En 2019 el aumento del precio del bioetanol autorizado por el gobierno nacional fue del 34,5% (bio de caña) y del 53,2% (bio de maíz); mientras la inflación anual llegó al 53,8%. Si bien el año pasado el precio del bio derivado de caña de azúcar no compensó la inflación como en los años previos; en el caso del azúcar, el precio de la bolsa de 50kg pasó de $630 a $2.015 hasta la actualidad, un aumento del 219%.
De esta manera, el grupo Ledesma con una facturación cercana a los 20 mil millones de pesos en 2019, obtuvo ese año una ganancia operativa un 128% más alta respecto de 2018, ampliando así la fortuna de la familia Blaquier valuada en U$S 550 millones según la revista Forbes. Sin embargo, el reclamo patronal muestra su voracidad, aún bajo pandemia.
Oferta y demanda (sostenida por el Estado)
El propio administrador del grupo Ledesma, Federico Gatti, expuso con sencillez la “ley de la oferta y la demanda” para bienes que podríamos considerar complementarios según los manuales clásicos de economía. En declaraciones al diario El Tribuno, Gatti, sostuvo "cuando el precio del petróleo aumenta, el precio mundial del azúcar lo copia. Brasil cuando el precio de petróleo aumenta destina más caña de azúcar para hacer alcohol, para bajar sus costos de combustibles, es decir mezcla más alcohol en las naftas, entonces el precio del azúcar como es menos la producción, aumenta".
Y aclaró que "estamos ante un escenario complicado, porque el precio del alcohol está congelado en diciembre, las petroleras no están retirando, la Secretaria de Energía está adjudicando una novena parte, 10.000 m3 en lugar de los 90.000 m3, y eso motivará que cuando arranque la zafra en lugar de hacer alcohol se haga azúcar, se va a deprimir el mercado interno".
O sea, en la ecuación de negocios de Ledesma que toma la voz cantante de los ingenios del CAA la opción entre bioetanol (alcohol de 99 grados) y azúcar, puede tener un “mal escenario” en caso que no se actualice el precio del bioetanol y tengan que destinar más caña a la elaboración de azúcar, generando un sobreproducto que termine presionando a la baja del precio del azúcar.
En este sencillo ejemplo de producción de dos mercancías esenciales en pandemia, (una de uso medicinal otra alimenticia), queda al descubierto la absoluta irracionalidad de la economía capitalista que con tal de defender sus negocios, especulan con una suba de los precios en alcohol (e indirectamente) del azúcar. Aunque el padre de la economía política burguesa, Adam Smith, incluso reconociera que “ni el carnicero”, “ni el zapatero”, producían por benevolencia, es en estos momentos de crisis aguda en materia sanitaria, económica y social, donde la búsqueda del fin de lucro atenta en forma directa contra la vida de las mayorías.
Declarar el alcohol de utilidad pública
Es entonces que bajo este sistema social, millones quedan bajo la extorsión de un puñado de ingenios (Ledesma, El Tabacal y Los Balcanes) que producen el 60% del alcohol del país y guiados por el fin de lucro presionan para que el Estado le sostenga su negocio.
Una medida de emergencia ante esta actitud miserable de las grandes patronales azucareras, la constituye el proyecto que presentó el bloque de diputados del PTS en el Frente de Izquierda en la Legislatura de Jujuy que plantea la declaración de utilidad pública del alcohol mientras dure la pandemia y que el mismo sea controlado por los trabajadores y entregado a las Universidades nacionales o cooperativas como Madygraf que se encuentran produciendo alcohol en gel. Estos sectores muestran una actitud solidaria al contrario de aquellos que especulan con el desabastecimiento y la suba de precios que finalmente convalidó la Secretaria de Comercio Interior con su resolución de “precios máximos”. Necesitamos una salida realista ante la irracionalidad capitalista. |