www.laizquierdadiario.com / Ver online / Para suscribirte por correo hace click acá
La Izquierda Diario
27 de abril de 2020 Twitter Faceboock

OPINIÓN
Apuntes de la hija de una trabajadora doméstica
Lucía Belén Córdoba

Esta es la historia de una familia trabajadora que es la de muchas, la historia de muchas/os de nuestras viejas/os que se rompen el lomo para poder darnos un futuro mejor que el que "les tocó". Una historia que no nos pueden robar y que tampoco pueden evitar que la tomemos en nuestras manos para cambiar todo de raíz, porque este sistema no va más.

Link: https://www.laizquierdadiario.com/Apuntes-de-la-hija-de-una-trabajadora-domestica

Mi mamá nació en Junio de 1962 en Cunco, Región de la Araucanía, Chile. Con mis abuelos vivían en el campo y con los años la familia se fue agrandando. Con sus hermanos estudiaron la primaria en Melipeuco, hacían 33 km a caballo, carreta o caminando y la secundaria la hicieron en Cunco. Ella recuerda que desde los 14 años "ayudaba" a mi abuelo en el campo. Nunca se vió como un trabajo. Y así lo hicieron la mayoría de sus hermanos.

En 1985 decidieron venir a Argentina porque la situación no daba más, estaban pasando muchos problemas económicos bajo el régimen del dictador Pinochet. LLegaron a nuestro país el 25 de Febrero. Desde el comienzo se tuvo que poner a trabajar, de manera no registrada, limpiando hogares. Era para ayudar a sus padres y al resto de sus hermanos que terminaron el colegio en Argentina. Como mujer fue el trabajo que encontró para poder hacer unos pesos.

En esos primeros años en Argentina conoció a mi viejo y se casaron en 1990. En el ’93 nací yo y el ’96 mi hermano. Ese mismo año mi papá falleció y mi mamá se tuvo que hacer cargo de ambos como mujer, mujer trabajadora y, ahora, "madre soltera".

Todo esto implicó que de chicos nuestro cuidado tuviese que ser repartido con otra mujer de mi familia, mi abuela. De más grandes, por supuesto, pudimos prescindir de esta necesidad.

Ya sabemos cómo siempre los cuidados del hogar recaen sobre las mujeres de la familia, ¿no? Ella trabajo toda su vida, para darle a sus hijos una posibilidad mejor. Eso es lo que ella me dijo siempre.

Hoy, en esta situación de excepcionalidad, mi mamá se encontraba en casa por la cuarentena. En uno de sus trabajos está registrada hace pocos años y, por amabilidad de su empleadora, no por exigencia de ningún gobierno, le pagan aunque no esté asistiendo. La mayoría de las trabajadoras domésticas no corren la misma suerte; 7 de cada 10 trabajan de manera informal y en esta cuarentena no están percibiendo un peso.

Otro de sus patrones tuvo el tupé de decirle que no la llamaba para trabajar porque creyó que tenía "más de 60" y por lo tanto era población de riesgo. Pero no, mi mamá no llegó a los 60, y menos que menos, los pasó. Lo que pasa es que lo que este patrón ve, y no reconoce, no son años de vida, sino años de ser parte de la clase trabajadora. Y esa vitalidad que toda su vida mi mamá tuvo para buscarnos una vida mejor es la que, a mis ojos, la hace una joven eterna.

Pero la realidad es que fue imposible para mi mamá disfrutar su juventud plenamente. Es esa juventud la que nos quieren seguir arrebatando los capitalistas a miles de jóvenes, con trabajos ultraprecarizados y condiciones infrahumanas que nos rompen el cuerpo y nos queman la cabeza. La eterna búsqueda de la clase trabajadora para que sus hijes no tengan la misma mala suerte que elles hoy se ve más que nunca limitada. Un gran porcentaje de sus hijes no llega siquiera a la universidad y, si llega, muchas veces ven caer sus sueños por trabajos que no los dejan vivir. Muches de elles son les precarizades de los locales de comidas rápidas, de restaurantes, de Rappi, Glovo ,Pedidos ya, del Call Center. No podemos resignarnos a que nos sigan robando nuestra juventud mientras los empresarios llenan sus bolsillos con ganancias millonarias.

No debemos resignarnos a la miseria que nos guarda este sistema capitalista. No queremos seguir entregando nuestras vidas para hacerlos más asquerosamente ricos. Es por eso que yo, como muches otres jóvenes precarizades, decido organizarme en un partido de y para les trabajadorxs, que nos defienda y luche junto a nosotres, porque no confiamos en los partidos de la burguesía que solo administran la miseria y, si les conviene, empeoran aún más nuestras condiciones de vida. Nos organizamos para que la riqueza de disfrutar la vida, a nuestras madres, nuestros padres, nuestros/as abuelas/os, la riqueza de nuestra juventud y vitalidad sea plenamente nuestra.

 
Izquierda Diario
Seguinos en las redes
/ izquierdadiario
@izquierdadiario
Suscribite por Whatsapp
/(011) 2340 9864
[email protected]
www.laizquierdadiario.com / Para suscribirte por correo, hace click acá