En medio de la pandemia y de manera completamente antidemocrática, el Consejo Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana aprobó –con 40 votos- el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota. Al respecto entrevistamos a Daniel Sandoval, académicos de la UAM.
1. ¿Cuál es tu opinión sobre el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota?
Creo que el PEER no ha sido diseñado para ser incluyente sino para cumplir formalmente con un trimestre lectivo en tiempos de crisis; incluso pensando que no tendrá consecuencias adversas para quienes cursen y no logren aprobar o bien para quienes no puedan o decidan no inscribirse, inclusive reconociendo las medidas como las becas en especie, no hay en el modelo del PEER ningún indicio de que atenderán las dudas de los estudiantes sobre aquellos en condiciones más adversas, que viven en hacinados, que viven en contextos de violencia intrafamiliar o de género, que deben trabajar (y con la crisis incluso más que antes) para mantener una familia o a sí mismos. Inclusive, en un trimestre de solamente nueve semanas, no atiende las necesidades psico-emocionales que impactarán a gran parte de la comunidad, recordando que la peor parte de la pandemia en México está proyectada justo antes del inicio del trimestre.
Por otro lado, tampoco se han considerado las condiciones de acceso a la tecnología de profesores definitivos de tiempo completo y medio tiempo, muchos de ellos pueden tener algunas dificultades que van más allá de la simple conectividad, como comprensión de las herramientas digitales, la manera adecuada de utilizarlas en un contexto educativo, etc. Esto impactará negativamente la calidad educativa en el siguiente trimestre. Tampoco hay consideración de la modificación emergente de las condiciones de trabajo, el trabajo vía remota puede ser inclusive más demandante que el trabajo docente presencial, el PEER debería prever estas modificaciones de las relaciones de trabajo.
Por último, no hay tampoco una comprensión de las condiciones de los profesores temporales, tampoco hay, hasta ahora, un mecanismo claro sobre cómo se realizarán las contrataciones y si los profesores que, antes de la suspensión de actividades, habían obtenido un dictamen de la comisión dictaminadora divisional respectiva, tendrán salario retroactivo. Si las contrataciones recién se retomarán apenas esta semana y no hay un mecanismo claro, puede ser que las contrataciones faltantes no se realicen sino iniciado el trimestre. Lo anterior, evidentemente hace que los profesores temporales tengan poco o ningún tiempo para preparar didácticamente sus UEAs, lo cual se agrava si pensamos que la modalidad remota implica necesariamente una modificación a la planeación didáctica que podían haber utilizado en la impartición de cursos anteriores.
2. ¿Académicos y estudiantes tienen condiciones para realizar el trimestre en línea?
Es difícil saberlo; por un lado, la encuesta sobre condiciones de conectividad realizada por las autoridades indica que, al menos un porcentaje considerable de estudiantes, o no tiene acceso a internet o no tiene un acceso óptimo a ella; lo cual significa que ese porcentaje de estudiantes está en riesgo o de no poder realizar el trimestre o de no realizarlo de manera adecuada. Por otro lado, las autoridades no han realizado un diagnóstico de las condiciones psico-emocionales y socio-económicas de los estudiantes para dar cuenta de condiciones distintas a la conectividad que pueden impedir que los estudiantes acudan al trimestre o lo hagan en condiciones precarias, los representantes estudiantiles en el Colegio Académico llevaron una encuesta que mostraba la afectación de la mayor parte de los estudiantes en estos rubros, pero, al menos hasta donde hay documentación oficial, no parece que esos datos y argumentos hayan sido considerados por las autoridades.
Por otro lado, en cuanto a los profesores, también resulta difícil saberlo. Por un lado, no hay una encuesta general a los profesores definitivos o temporales con contrato vigente sobre sus condiciones de conectividad (asumimos que los profesores definitivos tienen conectividad óptima, pero puede no ser el caso de los profesores temporales); en el caso de mi departamento (Estudios Institucionales) el jefe de departamento pregunto a través de un grupo de Whatsapp en el que están todos los profesores con contrato vigente (incluyendo temporales) y todos hemos respondido que tenemos conectividad, pero desconozco si eso se realizó en otras unidades y departamentos. Por otro lado, no han podido ser encuestados los profesores que no tienen contratos vigentes y que deberían cubrir las UEAs que no tienen profesor asignado todavía, evidentemente es algo que hay que considerar.
Como sucede con los estudiantes, aun cuando tengan capacidad física y las herramientas para tener conectividad, no conozco una encuesta a profesores que haya preguntado por sus condiciones psico-emocionale y socio-económicas; por ejemplo, si los profesores deben cuidar niños/as, si deben cuidar a alguien enfermo, si sufren violencia intrafamiliar, o si sus condiciones económicas son adecuadas para la docencia virtual (pregunta de especial relevancia para los profesores temporales con las categorías de contratación y tiempo de dedicación más bajo –titular tiempo parcial— cuyo ingreso principal puede provenir de actividades laborales hoy suspendidas).
3. ¿Qué pasará con los académicos temporales?
Es una pregunta que preocupa a la mayoría de los trabajadores de la universidad, especialmente a los afiliados al SITUAM; para comenzar, profesores temporales con dictamen ganador que no lograron terminar el trámite burocrático de contratación se quedaran sin su sueldo por estos dos meses de suspensión de labores, a partir de ahí habría que ver si, en esas condiciones, todavía quieren tomar el contrato o si han encontrado otro medio de subsistencia. De ahí mi proyección, a falta de una directriz clara por parte de las autoridades, es que pueden suceder tres cosas:
1. Que se formalicen los contratos a los profesores después de más de un mes (es probable que muchos ya no estén en condiciones de aceptar el contrato por haber encontrado otra actividad laboral), que estos profesores sean contratados cuando muy pronto una semana antes de comenzar el trimestre (con las implicaciones que eso puede tener en su planeación didáctica, ahora virtual).
2. Que las UEAs que no cuenten con profesores contratados a través del punto primero se saquen concurso curricular, quizá la próxima semana (27 de abril) o la siguiente (4 de mayo), lo cual implicaría, ante la falta de un mecanismo virtual de operación de las comisiones dictaminadoras divisionales, muy probablemente un retraso de una, dos o más semanas en la contratación de un profesor sin tiempo para preparar el curso en un trimestre de 9 semanas.
3. Que las clases que hasta hoy no tengan profesor contratado se bajen de la oferta trimestral ante la falta de profesores, lo cual agravaría la calidad, de por sí cuestionable, de un trimestre recortado en condiciones de emergencia sanitaria.
Como te digo son proyecciones ante la falta de información oficial, creo que las autoridades universitarias, particularmente rectoría, tienen la obligación de dar certidumbre a estos procesos ante una emergencia que afecta a todas las unidades, divisiones y departamentos de la universidad, respetando los derechos laborales y el contrato colectivo de trabajo.
4. Vimos que el change contra la aprobación del PEER tenía más de 800 firmas, mientras el Colegio académico lo aprobó con 40 votos, ¿qué piensas de la antidemocracia en la UAM?
Creo que hace tiempo que los trabajadores sindicalizados y los estudiantes han evidenciado que el Colegio Académico no es un órgano democrático, simplemente por su estructura formal, las autoridades cuentan con 21 miembros por oficio y que, como se observó en la última sesión claramente van con una postura homogénea y compartida; constituyen el sector con mayor representación en el Colegio, lo que se suma a sus ya importantes funciones de dirección universitaria y les da un poder concentrado.
Después de ellos siguen los representantes del personal académico con 15 representantes, igualmente se vio con claridad que venían con una postura alienada a la aprobación, sin discusión y sin dar entrada a las preocupaciones de los estudiantes. En todo caso, acá resulta muy importante que los académicos tengamos una mayor participación en los procesos de elección de los representantes y mantener una comunicación constante con ellos, hace falta que los académicos tengamos una vida colegiada real.
Los estudiantes cuentan con 15 representantes, normalmente la representación estudiantil es más proclive a una heterogeneidad en sus votaciones, como se percibió en la sesión del Colegio, a pesar de lo cual la mayoría de los estudiantes votaron en contra de aprobar al vapor el PEER y externaron sus dudas y cuestionamientos al respecto. El último sector, de trabajadores administrativos, tiene un representante por unidad, igualmente, tiende a ser un sector con voto heterogéneo, como también sucedió en esta sesión de colegio.
En todo caso, la sesión demostró un voto unificado y no abierto a la discusión de las autoridades y los representantes académicos, quienes no consideraron las preocupaciones de los estudiantes y aprobaron sin modificaciones importantes el PEER; como escribió Enrique Gallegos hace unos días, irónicamente aprobaron el PEER para beneficiar a los estudiantes, a pesar de que los mismos estudiantes pidieron que no se aprobará y se discutiera con mayor profundidad en otra sesión, demostraron que la voz de los estudiantes en el Colegio no tiene el peso suficiente para evitar medidas que consideren que los pueden afectar directamente. En una instancia colegiada en la cual dos de los tres sectores tiene una representatividad que no permite que su voz pueda tener un peso real en las decisiones, no puede considerarse democrática. En todo caso, quiero expresar mi reconocimiento a la preparación de la mayor parte de los representantes estudiantiles que lograron expresar con calidad y con claridad su postura y sus preocupaciones.
5. Por último, algún mensaje a los académicos y estudiantes
Creo que esta crisis sanitaria que agudiza una crisis universitaria y debe ser tomada como el punto de partida para reconstruir nuestra comunidad a partir de una mayor articulación entre académicos, estudiantes y trabajadores administrativos.
Al final la construcción de una comunidad es fundamental para la vida universitaria. Resulta hoy necesario que los tres sectores de la universidad discutamos la labor docente y de investigación, su sentido, su construcción y su relación con nuestra sociedad.
Para ello los estudiantes deben organizarse y exigir una educación universitaria de calidad, crítica, incluyente e integral; los académicos debemos organizarnos para exigir mejores condiciones laborales, especialmente para los trabajadores académicos más precarizados como los temporales, así como también para defender los derechos universitarios de los estudiantes y evitar que algunos sean excluidos de la educación universitaria.
Tenemos que lograr que la universidad se construya desde la comunidad y no unilateralmente desde los proyectos de las autoridades universitarias, tenemos que socializar/democratizar los medios de producción educativa, lo cual implica una reforma estructural de nuestra universidad y, en general, de la Universidad Pública. |