Este martes fueron detenidos el subprefecto Gastón Abila, subjefe de la Guardia de Seguridad Armada, y el prefecto mayor Gabriel Darío Bergonzi, subdirector de Administración, ambos del Servicio Penitenciario Bonaerense cumpliendo funciones en la Unidad 23 de Florencio Varela. Ambos están acusados de encubrimiento por deshacerse de pruebas respecto al crimen del joven detenido Federico Rey, ocurrido la semana pasada.
Mientras tanto está prófuga la Alcaide Mayor Eliana Heidenreich, jefa del Grupo de Asistencia y Seguimiento (GAYS), acusada del delito de "homicidio calificado por haber sido cometido por un miembro del Servicio Penitenciario mediante el empleo de arma de fuego".
Haciendo caer la mentira oficial, la autopsia determinó que Federico Rey (de 23 años) murió como consecuencia de una bala de plomo disparada por personal penitenciario.
Las detenciones se produjeron tras los allanamientos realizados en La Plata y Santa Teresita, ordenados por la Fiscalía 9.
La defensa de la Alcaide acusada de disparar había solicitado un pedido de eximición de prisión, que le fue denegado. Por el momento continúa prófuga. Heidenreich es jefa del GAYS, se domicilia en La Plata y es empleada del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense desde 2012 (gobernación Scioli) según registros previsionales.
Desde que ocurrieron los hechos hay un manto de silencio por parte del actual ministro Julio Alak, como también de las autoridades del Gobierno bonaerense respecto a este crimen de Estado.
La situación en las cárceles del país con el hacinamiento, la falta de alimentos y atención médica y la situación procesal de miles de detenidos hacen de esta combinación una olla a presión que terminó por estallar.
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