Ya pasado más de un mes del inicio de la cuarentena, la crisis económica y social empieza a mostrar la verdadera cara de los Estados a lo largo del mundo, con salvatajes millonarios a las empresas y bancos y cuidando una vez más, como en cada crisis, los bolsillos de los capitalistas.
Es que si se observa la foto, la pandemia supone un freno económico que divide entre perdedores y ganadores de esta crisis. Siendo las mayorías populares las grandes perdedoras.
Como siempre en el capitalismo, privatización de las ganancias, socialización de las pérdidas.
En su comunicado, la 26 de Junio plantea que son los empresarios quienes deben entregar sus bienes al servicio de las mayorías populares. Es necesario detenerse en este debate, ya que despierta inquietud.
Creer que ellos, los capitalistas, vayan a entregar alguna parte aunque sea pequeña de sus bienes en favor de las mayorías de manera voluntaria es, cuanto menos, ingenuo hacía una clase social que sólo se preocupa por acrecentar sus riquezas.
El debate es quiénes serán los ganadores y perdedores de esta pandemia y la crisis profunda en la que estamos.
Todo lo que se consiga arrancar a los grandes bancos y empresarios será con la lucha y organización desde abajo. Hoy no se ve que el plan del gobierno incluya afectar las ganancias de quienes hoy son los dueños del país. Ni tampoco lo será.
Hay que recordar, que desde la izquierda se planteó la necesidad de la centralización por parte del Estado del sistema de salud público y privado. Lo que el gobierno desestimo rápidamente ante la presión de las empresas de salud privada.
Es la misma situación frente al recorte del 70% del salario de las y los trabajadores petroleres. Dichas empresas son mimadas por el gobierno, poniendo un precio fijo al barril de petroleo y aún así recortan los salarios de sus trabajadores.
Mientras las carencias se agravan, los empresarios movidos por la sed de ganancias, quieren imponer sus propias reglas y vienen impulsando una “reforma laboral” en los hechos, con la complicidad de los grandes sindicatos.
El propio DNU de “prohibición de los despidos” habilita las suspensiones con rebajas salariales, sin contar que deja afuera a todas y todos los trabajadores precarios e informales.
Podemos ver la verdadera actitud de "ayudar" al pueblo por parte de los empresarios ya desde ahora.
Mientras despiden, suspenden y rebajan salarios a su gusto, piden al Estado que se encargue de dar palos y gases a quienes reclaman contra la desidia que ellos mismos generaron, como a lxs obrerxs de Penta, reprimidos por la policia bonaerense a cargo de Sergio Berni.
No es de extrañar que esto no figure en el comunicado de la 26 de Junio, parte de La Mella, que sostiene que la policía está para cuidarnos, como se plantea en este debate.
Organizarse contra la precarización de la vida
Mientras hoy vemos como la precarización de la vida de las y los jóvenes se transforma en desidia y los despidos se cuentan por miles de trabajadores formales e informales, muchos además de trabajadores, son estudiantes. La 26 de Junio reproduce en su comunicado los dichos de Alberto Fernández, planteando que "la economía se recupera, la salud no". Pero lo que omiten citar es que prefiere “10% más de pobres que 100.000 muertos”.
No hay que traer mucha luz para ver que tras esos dichos, se esconde un intento de que las y los jóvenes se resignen a la pobreza a la que nos empuja cada vez más este sistema. Aunque quieran hacer creer que son las únicas opciones no hay que elegir entre morir o ser pobre. Pero hay otra salida.
Es la tarea del Centro organizar a las y los estudiantes para defender sus intereses, y eso también es pelear contra la precarización que sufren miles de jóvenes estudiantes-trabajadores.
Y es que esto también llega a las aulas. Muchos estudiantes no cuentan con computadoras, viven hacinados, sus padres o ellxs están desocupados y precarizados, les recortan el salario y no saben cómo llegar a fin de mes, ni cómo sostener a sus familias en el marco de una cuarentena que ya quedó claro que es para pocxs, ya que muchxs viven del día a día y tienen que salir a ganarse el pan.
El viejo cuento del "sálvese quien pueda"
Con todo esto ¿Cómo se sostiene la “normalidad” de las cursadas? Es imposible seguir con normalidad mientras miles de estudiantes dejan las cursadas.
Entonces… ¿qué podemos hacer las y los estudiantes?
Es necesario en este contexto organizarnos contra los despidos y suspensiones. La crisis la tienen que pagar quienes la generaron, quienes hoy están pensando sólo en aumentar su patrimonio mientras dejan a millones en la calle, es decir, los grandes bancos y empresarios. Hay que cuestionar quiénes son los dueños del país, si los trabajadores que hacen funcionar todo, o los parásitos que viven de la explotación y opresión.
Por otra parte, nos parece que todas las autoridades de las facultades tendrían que estar haciendo un relevo de la situación de los estudiantes, diciendo los números reales de la deserción de cada facultad como en Humanidades donde el relevo dio que 2000 estudiantes dejaron de cursar.
¡Con deserción, no hay normalidad!
Es por eso que te invitamos a sumarte a la Red de Estudiantes de Trabajo Social porque en esta situación sólo organizadxs y coordinando podemos hacerle frente a la desidia de los empresarios, y poner la Universidad al servicio de las y los trabajadores y el pueblo. |