Primero fue Andrés Chadwick, el repudiado ex ministro y hoy "consejero" de Piñera, diciendo que por motivos sanitarios había que pensar en un “plan b” frente al plebiscito. Lo secundó rápidamente el Ministro del Interior Gonzalo Blumel en menos de 24 horas, reafirmando que habría que abrirse a la posibilidad de “ver otra forma” de abordar el proceso constituyente.
Y finalmente fue el mismo Piñera en una entrevista para CNN en español donde sostuvo que se podría correr nuevamente la fecha del plebiscito, pero ya no por motivos sanitarios, sino que sostuvo que “la recesión económica va a ser tan grande, que la fecha del plebiscito quizás se va a volver a discutir.”
Este es un intento descarado de parte del gobierno, una maniobra autoritaria para seguir aferrándose con uñas y dientes a la defensa de la Constitución de Pinochet. No quieren que se cambie ni una coma de la vieja constitución del dictador. Esto, mientras insisten en un “retorno seguro” para una “nueva normalidad”, con militares en las calles, con toque de queda, con suspensiones laborales, con peores salarios, despidos, y ahora, quizás, sin siquiera poder ir a votar.
Denunciamos todo intento del gobierno criminal de postergar o suprimir el plebiscito y mantener la militarización. Hoy queda nuevamente demostrado que con este gobierno y con este régimen, no conquistaremos nuestras demandas ni tampoco resolveremos los problemas económicos y sociales planteados por la crisis.
Sin embargo¿, esta maniobra anti-democrática generó una diversidad de respuestas, con tensiones al interior del propio Chile Vamos, entre la “derecha social” y la derecha neoliberal dura, expresadas en las declaraciones de la diputada RN Ximena Ossandón, quien sostuvo que “Acá nuevamente está la mano del segundo piso y de Cristián Larroulet (...) yo he visto cómo la Moneda giró en esto, estaba muy pro plebiscito y ahora no quiere el plebiscito (…) Hay un sector de derecha más extremo que nunca ha querido el plebiscito”.
Por otro lado, desde la oposición generó rechazo de la Democracia Cristiana hasta el Frente Amplio, incluyendo al Partido Comunista. Sin embargo, la Concertación durante más de 30 años mantuvo y profundizó lo esencial de la herencia de la dictadura, el saqueo empresarial, sus leyes laborales pinochetistas, las privatizaciones, la represión, etc. Fue la vieja Concertación junto a sectores del Frente Amplio quienes estuvieron en la "cocina" junto a la derecha de RN y la UDI para marcar un proceso constituyente totalmente trucho, donde no estaba la opción de una Asamblea Constituyente. Por parte de la Concertacion buscan cambiar la constitución pero para no tocar toda la herencia de la dictadura, mientras el FA fue parte de la "cocina" del acuerdo por la paz y el Partido Comunista ha tomado el plebiscito y el "Apruebo" como si eso fuera a echar abajo esta herencia de la dictadura, cuando no será así.
Nosotros hemos cuestionado el plebiscito nacido de la "cocina parlamentaria" porque no incluye la opción de una Asamblea Constituyente realmente soberana, que es lo que el pueblo exigió en las calles. Sólo luchando y con los métodos de la clase trabajadora, conquistaremos una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, donde ningún poder esté por encima de ella y podamos discutir y resolver todos nuestros problemas y demandas.
Mientras la derecha no quiere cambiar ni una coma a su vieja constitución, la "oposición" busca una trampa para sacarnos de las calles y hacer cambios menores, pues el proceso constituyente basado en la impunidad, con Piñera en el gobierno, que tendrá posibilidad de veto por parte de una minoría de un tercio, que estará limitada por otros poderes de este régimen heredado de la dictadura militar, que tiene reglas prefijadas antidemocráticamente como el hecho de que no se pueden tocar los tratados internacionales y de libre comercio, no resolverá nuestras aspiraciones ni terminará con estas malditas herencias.
¡Contra el intento reaccionario de Piñera, Asamblea Constituyente libre y soberana!
El gobierno lo que está intentando es aumentar los grados de autoritarismo, apoyándose en el control social y de las calles a través de los militares y el toque de queda, mientras descarga los costos de la crisis económica, sanitaria y social sobre los hombros de los trabajadores, y ahora tantea el terreno para aplazar antidemocráticamente el plebiscito.
Rechazamos tajantemente las medidas represivas del gobierno y la presencia de militares en la calle, los mismos militares que asesinaron durante la rebelión, y ahora estas declaraciones de intenciones totalmente antidemocráticas.
Por eso, a la vez que acompañamos a millones que ven en el apruebo una salida, marcaremos nulo en la segunda papeleta, porque planteamos que debe ser el pueblo el que decida realmente, y para eso, justamente es necesaria una Asamblea Constituyente sin vetos ni restricciones, que pueda discutir y poner en cuestión todo, que no tenga instituciones del régimen encima de ella. Esa es precisamente la salida que millones plantearon en las calles desde el 18 de octubre.
Esto, en el marco de luchar para enfrentar los ataques del gobierno y los empresarios, y por una salida de fondo a la crisis que sólo puede venir de la lucha decidida de la clase trabajadora y el pueblo.
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