La decisión de Bolsonaro fue publicada en una edición extraordinaria del Diario Oficial y devuelve a Alexandre Ramagem, amigo de la familia del mandatario, a su anterior puesto como jefe de los servicios secretos.
Ramagem iba a reemplazar como director de la Policía Federal a Mauricio Valeixo, quien fue destituido por Bolsonaro, decisión que ocasionó la renuncia de Sergio Moro al ministerio de Justicia, causando una crisis política en el Gobierno
No obstante, el ultraderechista presidente brasileño desistió de nombrar a quien fuera su exjefe de seguridad durante la campaña presidencial y no apelará la decisión del la Corte Suprema de Justicia.
La máxima corte del país suspendió este miércoles el nombramiento de Ramagem un día después de que Bolsonaro lo hubiera anunciado en el cargo.
La decisión fue del magistrado Alexander de Moraes que respondió a un pedido en el que se cuestionaba que un amigo personal de la familia del mandatario llegara a dirigir la Policía Federal. En Brasil esa fuerza es la que se encarga de las investigaciones judiciales, y una de ellas relaciona a la familia Bolsonaro con Fabricio Quiróz, un personaje investigado por malversación de fondos, lavado de dinero y ligazón con las bandas paramilitares acusadas por el asesinato de la concejala de izquierda Marielle Franco.
Ramagem, era un hombre de confianza del "clan Bolsonaro" -formado por el mandatario y tres de sus hijos: el senador Flavio, el diputado federal Eduardo y el concejal de Río de Janeiro Carlos- es la persona con la que el líder ultraderechista esperaba tener la comunicación que no consiguió con su antecesor, algo que Bolsonaro ha reconocido públicamente.
En su decisión, De Moraes indicó "incumplimiento de los principios constitucionales de impersonalidad, moralidad e interés público" y dijo que, "en un sistema republicano, no hay poder absoluto o ilimitado, porque eso sería la negación del Estado de derecho".
"Si, por un lado, en el ejercicio de sus funciones, el Presidente de la República tiene garantizado el juicio de conveniencia y la oportunidad de elegir aquellos que cree que son las mejores opciones para el interés público (...), por otro lado, el jefe del Poder Ejecutivo debe respetar las hipótesis legales y moralmente admisibles ", argumentó.
El magistrado señaló que la medida era apropiada porque la Policía Federal no era un "órgano de inteligencia de la Presidencia de la República" y ejerce "funciones de policía judicial del Estado, incluso en varias investigaciones secretas".
Este fallo judicial parece inscribirse dentro de las internas que existen en los bloques políticos brasileños y que enfrentan a Bolsonaro con los gobernadores, el presidente de la cámara de Diputados y el aparato judicial, mientras que los militares juegan un rol de árbitros entre unos y otros.
De hecho el juez Alexandre de Moraes, quien ahora impugna al elegido de Bolsonaro, había sido cruzado hace muy poco por André Mendonça, el flamante ministro de Justicia elegido por el presidente tras la renuncia de Moro.
Hace una semana Mendonça apeló ante la Corte Suprema la decisión del juez Moraes por darle relativa autonomía a las provincias y municipios para la conducción de las cuarentenas frente a la pandemia de covid-19. Esa pelea representaba la disputa entre los gobernadores -dirigidos por los gobernadores João Dória de San Pablo y Wilson Witzel de Rio de Janeiro- y el presidente negacionista. Es decir Mendonça intervino para favorecer la prevalencia de las decisiones federales (Bolsonaro) sobre las regionales en lo relacionado a la cuarentena.
Cada uno de estos movimientos responde a las fricciones entre los distintos bloques políticos y no hacen más que mostrar la magnitud de la crisis política que atraviesa el gigante sudamericano, y dejando sobre la mesa todo tipo de opciones, incluyendo la posibilidad del apartamiento de Bolsonaro del poder, lo que abre muchos interrogantes y debates sobre el escenario futuro del país.
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