Expertos pronostican que esta cifra podría escalar al 17% e incluso un 20% de desempleo, si se considera a las y los trabajadores suspendidos de sus trabajos gracias a la ley de protección del empleo, como desocupados. Mientras tanto, los empresarios aseguran sus ganancias, como el gerente de Entel, quien declaró que el proyecto para congelar el pago de cuentas sería “inconstitucional”. |
En 2009 el PIB cayó a un 1,6% producto de la crisis económica. En ese marco, el desempleo superó el 10%. Hoy, el banco central pronostica una contracción del 2% mientras el FMI espera que está sea del 4,5%. En este contexto, los expertos sentencian que sin duda, el desempleo sobrepasará el 10% gracias a la crisis sanitaria por el COVID-19 y la recesión económica mundial.
De acuerdo a los planteamientos realizados en el diario financiero, a partir de abril, la cifra de desocupados aumentara, logrando un peak hacia los meses de invierno, mayo, junio y julio. Mientras tanto, los empresarios buscan como rehuir de los costos de la crisis, como el gerente de Entel, Antonio Büchi, quien planteó que el proyecto de ley que congela el pago de cuentas sería “inconstitucional”.
Mientras, el Gobierno no toma medidas en favor del pueblo trabajador. Al contrario, falleció la primera trabajadora de la salud por contagio de COVID-19 gracias a la falta de insumos en los hospitales. Al mismo tiempo, Mañalich anunció descaradamente que ocultaron cifras de pacientes asintomáticos desde el inicio de la pandemia, arriesgando millones de vidas sin problemas.
En está situación, que aún no muestra su peor cara, se hace urgente plantear un plan de emergencia, que verdaderamente responda a la crisis, poniendo como primera jerarquía las vidas de las y los trabajadores. Ya que históricamente, y en este contexto no es la excepción, los empresarios salvan sus ganancias, mientras el pueblo pobre vive el hambre y la miseria.
Hay que enfrentar y detener estos planes del Gobierno. Y en ese camino, la CUT y organismos como el CONFECH están totalmente desaparecidos.
Sin embargo, trabajadores y trabajadoras que están enfrentando la situación, muestran formas de avanzar,
como las y los trabajadores de comida rápida y el retail, que denuncian por redes sociales, los miles de empleados suspendidos que imponen las enormes transnacionales. O las y los trabajadores de la industria, minería, ferrocarril y educación que junto a estudiantes, protestaron contra los despidos en Antofagasta. |