Que la apariencia de neutralidad entre las clases que busca demostrar el Estado, a través de el mismo, se hace menos aparente cuando sus altos funcionarios, pululan entre las grandes empresas y el Estado.
Si los altos funcionarios de la Concertación iban a las grandes empresas como asesores externos, la derecha rompe toda apariencia y va directo a su administración y organización, como también de su misma propiedad. Distinto al trato con las y los trabajadores donde sus dirigentes por ley, no pueden asumir poderes públicos.
Un buen ejemplo es este de hoy, donde a petición del mismo Horst Paulmann, tercera fortuna del país, incluyo entre sus nuevos directores de Cencosud al ex-ministro de Hacienda de Piñera, Felipe Larraín, el que fue "renunciado" junto con otros ministros tras la revuelta de octubre, pero donde también podemos encontrar otros casos, como el ex Ministro del Interior del primer gobierno de Piñera, Rodrigo Hinzpeter, hoy gerente general del grupo Quiñenco, propiedad de la familia Luksic. Y no olvidando por supuesto al mismo Piñera, el quinto empresario mas rico del país. |