Bajo el pretexto de que se violaba el Aislamiento Social Obligatorio, se reprimió una protesta de los trabajadores municipales de Jesús María. El saldo fue que pasaran la noche en la comisaria 41 empleados, entre ellos algunos miembros de la comisión directiva del sindicato local. La protesta es parte de un largo conflicto que lleva la gestión municipal contra sus propios trabajadores. Con la excusa de la cuarentena y la emergencia económica se profundizaron los ataques contra los trabajadores.
Los trabajadores denuncian que fueron maltratados incluso dentro de la comisaria, y que realizaban su protesta respetando todas las medidas de seguridad. Son las mismas medidas que cumplen todos los días, poniendo en riesgo su salud. Contaron con el apoyo de la comunidad de Jesús María y de otros trabajadores de la zona.
Los empleados reclamaban contra los recortes que sufrieron sus ya magros sueldos. La mayoría de ellos cobraron entre 6 y 15 mil pesos, una verdadera miseria. El mismo municipio se había comprometido en la última negociación salarial a pagar lo acordado sin realizar recortes, pero mediante un decreto, amparado en el poder que le dio el Concejo Deliberante a través de la Emergencia económica, el intendente retrocedió de estos aumentos. Estos recortes se aplicaron, en su mayoría, sobre trabajadores que se encuentran en áreas operativas y están cumpliendo tareas esenciales durante esta cuarentena. Tal cómo patrón de estancia que es, para el intendente Picat, los empleados municipales tienen que acatar sus órdenes, trabajar callados la boca y aceptar, sin posibilidad de respuesta, el salario que se le ocurra al Intendente.
Lo paradójico de la situación es que el propio Picat, dirigente del radicalismo y ex presidente de la Sociedad Rural local, a fines de la semana pasada, llamaba a que se apoyen los reclamos de los comerciantes “como se hizo en el 2008”. Parece que para el intendente hay reclamos legítimos y otros que no.
En un comunicado del Sindicato, aparte de destacar que su trabajo es parte de las “tareas esenciales que protegen la salubridad de los vecinos de la ciudad.” Los trabajadores denuncian la complicidad del gobierno provincial que, a través de la guardia de infantería policial detuvo, golpeo y persiguió a los tiros a los trabajadores por varias cuadras y denuncian el secuestro de motos y vehículos.
A principios de la cuarentena, desde La Izquierda Diario, repudiábamos que se use la excusa del Coronavirus para aumentar el poder de la policía. Detrás de esto se encuentran medidas de represión a los trabajadores como se dio en Jesús María y en su momento en el frigorífico Penta. El gobierno provincial, que orgullosamente señala que lleva más de 20 mil detenidos en los últimos 45 días, intenta de este modo disciplinar a los trabajadores, la excusa de la cuarentena le vino como anillo al dedo. Recordemos que el gobierno provincial entro en serias dificultades económicas y todo presume que avanzara en descuentos a la mayoría de sus empleados. Recordemos que este mes comienzan los recortes en los empleados y jubilados provinciales que cobran más de 110 mil pesos. Para el gobernador peronista Schiaretti, y el intendente radical Picat, no hubo grietas ni diferencias.
Al cierre de esta nota estaban siendo liberados la mayoría de los trabajadores, desde el PTS y el Frente de Izquierda, exigimos la liberación de la totalidad de los empleados, asi como que no se les inicien causas ni se tomen represalias. También nos sumamos a la exigencia a que el municipio de respuesta favorable a los reclamos de los trabajadores. |