Este miércoles, respetando el protocolo sanitario, el Polo Obrero, CUBA/MTR y otras organizaciones de trabajadores desocupados, se movilizaron hasta el Obelisco en la Ciudad de Buenos Aires . En simultáneo, las organizaciones sociales y de desocupados se movilizaban en otras ciudades del país. En Resistencia (Chaco) y Villa Constitución (Santa Fe) hubo detenciones.
En el marco de la profundización de la crisis social por la cuarentena, decretada para frenar el avance del coronavirus, distintas organizaciones sociales y de trabajadores desocupados salieron este miércoles a reclamar lo indispensable ante una situación que se vuelve insoportable en los barrios más pobres: que lleguen los alimentos a los comedores, el agua y se provea de elementos básicos de higiene.
Las protestas se hicieron respetando el distanciamiento social y la protección con barbijos, como lo mostraron todas las imágenes de los canales de TV. Sin embargo los Gobiernos provinciales no dudaron en responder enviando fuerzas represivas para detener a quienes reclamaban. En el caso del Polo Obrero, esa organización sufrió 30 detenciones: 22 en la provincia de Santa Fe y 8 en Chaco.
Este tipo de respuesta represiva ante los reclamos más elementales se vio también en los últimos días en otros puntos del país. El lunes, en la ciudad de Jesús María (Córdoba), trabajadores municipales, que en su mayoría cobran salarios de miseria, protestaron por los recortes por decreto del intendente. Ante esta protesta, la Policía arremetió a ritmo de palazos y detenciones, incluyendo a integrantes de la comisión directiva del sindicato. Un grave hecho de avasallamiento a las libertades sindicales.
Algo en el mismo sentido ocurrió en Mendoza. En los barrios populares de la llamada Triple Frontera, el lunes último, los vecinos denunciaron el aumento exponencial de la militarización como contracara de la falta de ayuda real y soluciones a las necesidades materiales indispensables en esos barrios. Mostrando cartuchos policiales descargados, contaron como los disparos, persecuciones y hostigamientos ocurridos ese día, eran moneda corriente allí.
Es sabido que en los barrios más humildes, además de la falta de los servicios esenciales y el hacinamiento, se suma el hecho de que una gran parte de sus poblaciones viven del trabajo informal y las llamadas changas, lo que lleva sus habitantes a una verdadera encrucijada en el contexto actual de aislamiento obligatorio. Esta situación se vio reflejada en los reclamos de hoy cuando mujeres entrevistadas por los medios daban cuenta del aumento de gente que se ve obligada a recurrir a los comedores a partir del inicio de la cuarentena obligatoria. En ese sentido varias pancartas señalaban "Con hambre no hay cuarentena".
Estos hechos de los últimos días, ocurridos en varias ciudades del país, van dibujando un panorama en el que el ataque al conjunto de los trabajadores mediante rebajas salariales, suspensiones, despidos y cierres, se le suma una respuesta represiva por parte del Estado contra estos reclamos elementales. La combinación de ambas, sólo puede traer como resultado la consolidación de una situación de más penurias para las mayorías trabajadoras, mientras no se toca un centavo las ganancias y privilegios de un puñado de empresarios. |