Los virus no son nuevos en la historia de la humanidad. Sin embargo, hoy representan un escenario catastrófico al convertirse el coronavirus en una epidemia global con sistemas de salud precarios, más las enfermedades que estacionalmente azotan América Latina como el dengue y el sarampión.
Desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en un mercado de la ciudad de Wuhuan, la realidad mundial cambió radicalmente. Entre diciembre y mayo, la letalidad del virus cobró proporciones devastadoras por la situación sanitaria de los sistemas de salud pública en ruina, las políticas de los gobiernos dubitativas para hacer frente a la pandemia y priorizar las ganancias, la lógica de la economía sobre la vida de millones y, otras epidemias como el sarampión y el dengue, han generado un escenario devastador para América Latina.
Previo al primer brote de coronavirus a finales del 2019, en América Latina, desde mediados del año, se presentaron las notificaciones de casos confirmados de Sarampión.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la región, entre enero y octubre de 2019 había confirmado 11.487 casos, incluidas 15 defunciones, en 14 países. Entonces, Estados Unidos con 1250 casos y Brasil con 9 304, concentraban el mayor número.
Coronavirus y sarampión en América Latina
Una rápida revisión sobre los informes de actualización epidemiológica de Sarampión de la OPS señala que un mes antes, en septiembre de 2019, había la mitad de casos confirmados y la tercera parte de muertes, 6.541 y 5 defunciones.
Pese a que las alamas epidemiológicas de la OPS ya habían sido emitidas, no hubo cambios en la política de los gobiernos ¿suena a lo que vivimos con el coronavirus?
“En 2019, hasta mediados de noviembre, se habían notificado ya más de 413 mil casos en todo el mundo, junto con 250 mil casos adicionales en la República Democrática del Congo (según la información de su sistema nacional); la cifra total de casos es, pues, tres veces superior a la registrada en 2018 en estas fechas” (OPS).
140 mil personas murieron en 2018 a causa del sarampión en 2018. Más de 300 muertes por día en el mundo a causa del sarampión, sobre todo niños y una expansión en 2019 tres veces mayor al año anterior, pese a que es una enfermedad prevenible por vacunación.
Actualmente, Argentina, Brasil y México son los países con brotes más importantes en América Latina. Bajo este escenario, expertos señalan la confusión de síntomas causados por diferentes virus.
En esta “jungla de virus” en América Latina, hay países semicoloniales como Colombia, Haití y Bolivia que se suman con casos de difteria; fiebre hemorrágica por arenavirus en Bolivia; malaria en países centroamericanos y las islas del Caribe sobre todo; fiebre amarilla en 6 países de la región. Nada más claro que contrastar los discursos de los gobiernos con la realidad misma.
Frente a la situación en América Latina, con brotes de contagios por diversos virus, hoy se suma la letalidad de la pandemia del Covid-19, que cobra las proporciones actuales, porque los gobiernos siempre voltearon la cara frente a las enfermedades y muertes de los que viven día a día vidas precarias: niñxs, mujeres, adultos mayores, hombres.
Desnudada la cara de los gobiernos y los empresarios por garantizar las ganancias a costa de las vidas de millones, la organización obrera y popular es clave para centralizar los recursos de los sectores de salud y poner a funcionar la economía bajo control obrero. |