La cuarentena como medida sanitaria dejó a la vista las grandes deficiencias estructurales del país y de la provincia. En Tucumán actualmente hay 186 villas. En la provincia un 47,30 % de su población vive en la pobreza, tiene una tasa de desocupación de alrededor del 9,70%, un 46,80% de la población tiene trabajo en condiciones informales y es la tercer provincia con menores ingresos del país.
Para el 2016 en la Argentina, de acuerdo a un informe realizado por la ONG Techo, alrededor de un 7% de la población del país, osea aproximadamente 3 millones de personas viven en condiciones precarias e informales. El 73% no cuenta con acceso formal a la red eléctrica; el 98% no tiene red cloacal y el 95% las familias no tienen acceso al agua corriente. Se contabilizó un total de 2.400 asentamiento informales. La mayor parte de estos, tienen entre 50 y 40 años de existencia y cerca de 740 nuevas villas aparecieron a partir de 2010, durante el primer mandato de Cristina Fernández y 2 años después del ’"crash"’ de octubre de 2008 en Nueva York y la crisis financiera que se desató luego.
Ahora bien, según el último censo Tucumán tenía un 13 % de hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI), es decir alrededor de 40.000 hogares. Este concepto abarca un amplio espectro de privaciones, pero para que podamos hacernos una idea, estamos hablamos de hacinamiento crítico, viviendas precarias en general, tipo rancho, piezas de inquilinos condiciones sanitarias deficientes como falta de retretes, aquellos que tienen jefes de hogar analfabetos o niños que no asisten a la escuela.
Si revisamos la situación más específica de las distintas localidades de la provincia tendremos que el 13 % de NBI inicial se vuelve desigual. Algunas localidades como Trancas, Burruyacu, Graneros, La Cocha son los departamentos con mayor cantidad de NBI alcanzando alrededor de un 20 % de los hogares, pero son localidades con poca densidad población. Mientras que otras ciudades del área meridional de la provincia y donde hay una alta concentración de clase obrera, ocupada en la industria de la cañera,del citrus, papeleras y textiles tienen un alto porcentaje y densidad de hogares con NBI como Cruz Alta de un 17% que con 100.000 habitantes y parte del área metropolitana de la capital tucumana, es uno de los distritos con condiciones de vida más duras; Chicligasta con un 16%, Famaillá con un 17%, Lules con un 18%, mientras que los porcentajes más bajos pero que no dejan de ser importantes están en Yerba Buena, uno de los 5 distritos del país con más concentración de riqueza, que ocupa el mismo lugar en crecimiento urbano y parte del Gran San Miguel; y San Miguel de Tucumán con alrededor del 9%, aunque parezca una cifra menor, este distrito que por ser la capital provincial y por tener una altísima densidad poblacional, estamos hablando de cientos de miles de personas.
Revisemos el concepto de Hacinamiento
Cuando se habla de hacinamiento, estamos hablando de la incidencia de diversos factores, como los materiales de la vivienda, su situación sanitaria, las condiciones donde se encuentra emplazado y la integración del territorio a los servicios básicos, a caminos, educación, equipamiento y sanitarios. Otro componente importante es el componente social, que comprende la densidad habitacional, es decir la relación entre el número de habitantes y el espacio disponible, cuando se sobrepasa cierto límite ya no hablamos de densidad, sino de hacinamiento y por último tenemos la tenencia del terreno.
El término hacinamiento, es un término un tanto ambiguo, podemos hablar de cantidad de personas por cuarto, de familias por vivienda y de viviendas por terreno.
También se usa para referirse a otro tipo de uso intensivo del espacio, como habitaciones de uso múltiple o la relaciones y aislamientos de las habitaciones. Por último, se lo usa para referirse a los metros cuadrados por persona.
En Tucumán y en Argentina cuando hablamos de hacinamiento nos referimos a una situación de precariedad habitacional, en el que se entrecruzan todos los factores detallados anteriormente en distintos niveles. Es decir que depende del desarrollo social.
Tucumán
En un mapa elaborado en 2015 por la Secretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública muestra el porcentaje de viviendas deficitarias en la provincia. Cuando hablamos de viviendas deficitarias, estamos hablando de viviendas precarias, como ranchos, casillas, lugares que no están habilitados para vivienda y casas de tipo B, es decir que tiene piso de tierra o ladrillo suelto u otro material; no tiene provisión de agua por cañería en la vivienda o no tiene inodoro con descarga de agua. Las zonas como San Miguel de Tucumán y Yerba Buena pueden alcanzar un promedio de un 12%, mientras en áreas del interior pueden oscilar entre el 19% (Lules, Monteros, Chicligasta, Río Chico, entre otros) puede ascender al 32% (Cruz Alta, Leales, entre otros) e incluso al 41% o 55% (como Simoca o Graneros).
Muchos de los barrios capitalinos donde se concentra las condiciones más críticas de hacinamiento, aparecieron como consecuencia del flujo poblacional del interior en busca de mejores condiciones laborales que llegaron luego del cierre de los ingenios a mediado de los 60, con un nuevo flujo en los años 90. Estamos hablando de villas que tienen entre 30 y 50 años.
La situación del barrio conocido como Costanera Norte, grafica la situación que sufren las villas en la provincia. Para el 2012 el hacinamiento alcanzaba al 50% de la población. Este barrio representa las características típicas de un barrio popular, las viviendas están distribuidas de forma irregular, concentrándose en laberintos que se encuentran conectados mediante pasadizos y callejones. Esto produce que no haya acceso de los colectivos, de ambulancias, ni de servicio de correo. La red de agua potable es deficiente, la red cloacal es deficiente, el alumbrado público, se limita a ciertas áreas centrales del barrio, tampoco hay servicio de recolección de residuos, por lo que los vecinos queman la basura a la vera del Río Salí.
En un lote o vivienda pueden vivir 2 o 3 generaciones. Los hijos y nietos de los residentes antiguos, al no tener acceso a una vivienda digna, construyen viviendas deficitarias dentro del mismo terreno. El 36% de los hogares sufre de algún tipo de déficit y el 34% reside en casillas y ranchos. Casi ningún terreno tiene titularidad de los terrenos que son considerados como tierras fiscales.
El contraste entre dos realidades: las villas y los countrys
La pandemia muestra una situación muy compleja y miseria de este sistema capitalista y la distancia que existe entre la clase obrera en condiciones precarias y las lujosas condiciones materiales de la burguesía tucumana.
Desde fines delos años 90 y principios del 2000 aparejado al crecimiento de las villas miserias también se produjo el crecimiento de los barrios privados. Estos barrios privados que se concentran sobretodo en la ciudad de Yerba buena, venden lotes que oscilan entre los 1200 m2 y los 2500 m2 y la venta de una casa está entre los 350.000 dólares y 1 millon de dolares. Además estos barrios privados tienen parques, reservas privadas, campos de golf, entre otras instalaciones. Si uno sale de estos lujosos countrys es muy probables que nos choquemos con las duras condiciones en las que viven la mayor parte de la población y que nos encontremos con una villa.
Si comparamos al country Jockey Club (Fig 1), en el que aproximadamente deben vivir 150 familias, con el barrio Costanera Norte (Fig 2), el Jockey tiene una superficie de alrededor de 1,5 km2, donde hay canchas de fútbol, lagos recreacionales, etc. Mientras que en la costanera viven aproximadamente 300 familias en algo más de 0,5 Km2.
A la vez el country Las Yungas (Fig 3) tiene alrededor de 2 km2 de extensión, para 300 familias, mientras que el barrio Juan Pablo II (Fig 4) tiene alrededor de 1,1 km2 y allí viven 500 familias.
Condiciones estructurales
La explosión de contagios de algunas enfermedades como el dengue, que pasaron de 300 casos el 20 de marzo a 2200 en 1 mes y medio de cuarentena, muestra que lo que enferma y posiblemente mate no sea la enfermedad misma, sino su asociación a la pobreza, a la falta de un plan serio de obras sanitarias, la construcción de alcantarillado, de obras cloacales y sobretodo un plan serio de construcción de viviendas y urbanización, así como un plan de inversiones en salud.
Las causas estructurales son parte de la emergencia en todo el mundo. Siguiendo esta frase podemos observar que la mayor parte de las notas que sacan los grandes diarios argentinos, no hacen otra cosa que hacer un recuento de los nuevos contagios, nada sobre los recuperados y mucho énfasis en los decesos. Muy poco relacionan las condiciones de salud, la calidad de vida o las condiciones habitacionales de millones de personas en nuestro país. Como es el caso actualmente de la Villa 31 en CABA, en donde los casos de Covid-19 han crecido de manera exponencial.
Por ahora el coronavirus no produjo muertes masivas en nuestra provincia. Lo que nadie puede negar es que es inevitable la crisis económica que muchos economistas vienen ya comparando con la recesión de los años 30, que indudablemente tendrá un duro impacto en los barrios populares, que empeoran las condiciones que venimos describiendo.
Por el no pago a la deuda y por un impuesto del 3% a las grandes fortunas
En el día de ayer el gobierno pagó 320 millones de dólares de deuda externa a los acreedores privados del FMI, cifra que alcanzaría para terminar por completo con más de las 70 mil personas que viven en casillas y ranchos. Con esa misma plata se podria pagar 750 mil salarios de cuarentena de 30 mil pesos, duplicar la jubilación mínima que cobran la mínima, 25 mil equipos de terapia intensiva o 3,2 millones de tests PCR, para detectar el coronavirus.
Desde el Frente de Izquierda Unidad se ha presentado un proyecto que implica un impuesto a las grandes fortunas del 3%, a los grandes patrimonios, a las grandes empresas, bancos y grandes terratenientes. Nos permitiría obtener entre 20 y 25 mil millones de dólares, que nos permitirá luchar contra los problemas estructurales de pobreza de la Argentina.
Este impuesto alcanzaría a las 15.000 personas más ricas del país. Propone que los fondos sean utilizados para hacer frente a la emergencia por el Coronavirus.
Los científicos pronostican que por el avance inescrupuloso de los intereses capitalistas, de las grandes empresas e industrias sobre los ecosistemas y la destrucción a gran escala del medio ambiente, se producirá la aparición de nuevas enfermedades infecciosas como la que estamos viendo en nuestra provincia (Dengue) y a nivel nacional e internacional el Covid-19. Pero entendemos que bajo la organización de los trabajadores podemos solucionar los problemas estructurales socioeconómicos que ningún gobierno estuvo dispuesto a solucionar. Para esto, es necesario afectar la ganancia capitalista. Que la crisis sanitaria y económica la paguen quienes la generaron!! |