Desde la noche de este jueves, cuerpos de seguridad del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (CONAS), de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ingresaron al barrio José Félix Ribas luego de una semana de que inició lo que se da en llamar la guerra entre las bandas del "Wilexis" y otros grupos por “el poder en el territorio”, de acuerdo a las informaciones oficiales. Aunque los motivos irían más bien en el sentido del control social político-militar en las barriadas populares por parte del Gobierno.
Cedeño, era jugador de baloncesto, un prospecto de Cocodrilos de Caracas, y fue asesinado este viernes 8 de mayo durante el operativo en Petare, en el cual, según la versión del Gobierno, buscaban a líderes delincuenciales, entre ellos, Wilexis, quien “ha escenificado junto al Gusano, una serie de enfrentamientos en José Félix Ribas”, sector de Petare, municipio Sucre del estado Miranda.
La versión que se maneja sobre el asesinato del deportista es que los efectivos de seguridad del Estado, entraron a la casa del jugador, donde residía con su madre, la cual fue fuertemente golpeada. De acuerdo a distintos medios, vecinos del joven deportista cuentan que a Brian Cedeño lo sacaron a la fuerza de su casa. A pesar que la gente y sus allegados gritaron a los funcionarios que era sano y buena persona le dispararon.
Keymer Ávila, abogado y profesor de criminología declaró a través de las redes sociales sobre el caso Brian Cedeño que: “Ya los muertos a manos de las fuerzas de seguridad comienzan a tener rostro: Brian Cedeño, referencia deportiva de su comunidad es uno de los 12 fallecidos del día de hoy [viernes] en Petare”.
La muerte del deportista Brian Cedeño fue rechazada por el organismo de derechos humanos Provea (Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos), quien calificó estos hechos como “ejecuciones extrajudiciales” realizada por cuerpos de seguridad.
“Presuntas ejecuciones extrajudiciales realizadas por cuerpos armados del Estado en Petare, entre ellos la del deportista Brian Cedeño, compromete a toda la cadena de mando de dicho operativo desarrollado con altos niveles de letalidad”, señaló Provea, aludiendo al artículo 43 de la Constitución que establece que el “derecho a la vida es inviolable”.
Como afirmara Keymer Ávila, con respecto a estos operativos en los barrios, en una entrevista realizada por La Izquierda Diario en febrero del año pasado, “La mayoría de los operativos ocurren durante la noche o primeras horas de la madrugada, la lógica es la toma militar de los barrios como si se tratase de un territorio enemigo donde la FAES actúa como un ejército de ocupación y generalmente ‘cazan’ a sus objetivos. Como te expliqué su entrenamiento y formas de proceder son esencialmente militares, no es una lógica de seguridad ciudadana en la que se debe prevenir o detener en el marco de la legalidad a un delincuente, no, en su caso ellos entienden que tienen que llegar a “dar de baja” a “elementos” que no son personas sino enemigos.”
Es que, desde el Gobierno, con el argumento de combatir a la delincuencia, y como parte del control social se ha observado cómo a partir de 2015, el Gobierno despliega una política brutalmente represiva en los sectores populares, primero con operativos de la “Operación de Liberación del Pueblo” (OLP) y más tarde con la creación de cuerpos específicos como las FAES (2016), que realizan allanamientos de hogares, robo de pertenencias y ejecuciones extrajudiciales en las zonas populares, implantando estados de sitios y terror entre la gente de los barrios.
Las ejecuciones en los barrios populares, una práctica de vieja data en los cuerpos represivos en el país, se han extendido de manera tenebrosa en los últimos años. Tan reciente como la semana pasada, otro caso de ejecución fue denunciado en Barcelona (Anzoátegui), donde un joven obrero, a quien la policía sacó a la fuerza de su casa, fue asesinado delante de su padre.
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