Por la crisis internacional provocada por el Covid-19 la aerolínea de bandera colombiana atraviesa un cese casi total de los vuelos comerciales desde hace 2 meses. Con ese argumento, este fin de semana solicitó apegarse al Código de Bancarrota de los Estados Unidos, poniendo en riesgo la fuente de trabajo de cientos o quizás miles de personas y sus familias.
La empresa manifiesta estar en números rojos y que su liquidez será utilizada para la reorganización al reactivarse los vuelos, aunque se comprometió a preservar los puestos de trabajo en Colombia y otros mercados, sin precisar cuáles sí y cuáles no.
Lo que se cuida de no informar Avianca, al igual que la mayoría de las empresas de aviación, es que desde hace décadas facturan miles de millones de dólares y que además la mayoría está ahora recibiendo subsidios y/o exenciones impositivas por parte de los Estados. Estos dos meses de inactividad no pueden ser excusa para ajustar a los trabajadores y sus familias.
Avianca tiene aproximadamente 21.000 empleos directos e indirectos en todo el continente americano en donde ejerce la mayor parte de sus operaciones.
Al comienzo de la expansión de la pandemia Avianca, al igual que el resto de las aerolíneas del mundo dieron prioridad a sus intereses dejando la salud y la seguridad de pasajeros y empleados de lado, ya que operaron vuelos sin importar cuál era el objetivo de viaje de sus pasajeros.
Algunos vuelos que se dirigían a centros turísticos de Latinoamérica como Lima, Cancún, Cusco, Medellín fueron operados sin ninguna advertencia a los pasajeros a pesar de saber que los espacios aéreos iban a ser cerrados por los distintos gobiernos, quienes también por preservar el negocio que significa el turismo no implementaron protocolos de salida o entrada y medidas de seguridad para empleados y pasajeros.
Esto provocó, además, que miles de pasajeros quedaran varados en diferentes partes del mundo y en el caso de Avianca, sin obtener respuesta alguna por parte de la aerolínea, que además obligaba a los trabajadores a recibir los reclamos de los pasajeros sin brindarles ningún tipo de información ni logística.
Hoy Avianca como el resto de las empresas aéreas, no han dado solución real a cientos de pasajeros que no volaron o tuvieron que pagar por otros que no tenían previstos, dejándolos sin reembolso y ahora con la noticia de su bancarrota.
La empresa colombiana es una de las más grandes de Latinoamérica y goza desde hace décadas de imponer abusivamente los precios que quiere en los boletos al no existir un ente que regule las tarifas.
Ante la declaración de Avianca que asegura estar en quiebra, los trabajadores deben exigir la apertura de los libros de contabilidad. Si esta situación no se esclarece, que el gobierno colombiano la nacionalice bajo control de sus trabajadores.
Avianca como el resto de empresas de este sector deben ser obligadas por los gobiernos a sostener el empleo de todos sus trabajadores, dándoles licencias de descanso con el sueldo del 100%, así como reembolsar el dinero que deben a los clientes.
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