Las y los trabajadores cuestionan que esta empresa obtuviese permiso de funcionamiento durante la crisis por el coronavirus, ya que no es una “empresa productiva” como es requisito. A pesar de esta irregularidad y abuso, asistieron a trabajar en plena pandemia, arriesgando su salud y la de sus familias, dado que esta es su única fuente de ingresos. Afirman que no desfallecerán en exigir sus derechos y no descartan radicalizar sus medidas de protesta.
Así mismo, “tejedoras externas” (trabajadoras terciarizadas) se hicieron presentes para expresar su solidaridad con la lucha de los trabajadores, donde también manifestaron su preocupación por el cierre inesperado de la fábrica, puesto que también mantienen a sus familias con los trabajos que realizan para ALTIFIBERS. Son al menos 150 trabajadoras externas en esta situación.
A tiempo de hacer estas entrevistas, las "tejedoras externas", entregaban su solidaridad a los trabajadores en vigilia con refrescos y víveres para la olla común que realizan en torno a las carpas que instalaron en puertas de la fábrica.
Mientras el autoproclamado Gobierno de Áñez ofreció todo tipo de beneficios a los empresarios para afrontar la crisis por el COVID-19, las y los trabajadores quedan en la calle. Solo la lucha organizada de las y los trabajadores garantizará sus derechos.
Desde La Izquierda Diario Bolivia manifestamos nuestra total solidaridad y apoyo a las y los trabajadores de ALTIFIBERS que hoy permanecen por 3er día de vigilia en puertas de la empresa a la espera de que se solucionen sus demandas. También exigimos el pase a planta de las trabajadoras "tejedoras externas" terciarizadas.
Para que las y los trabajadores no carguen en sus hombros con esta crisis es urgente empezar a exigir la nacionalización de la empresa y su puesta bajo control y administración obrera colectiva.
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