Por segundo día consecutivo los nuevos contagios estuvieron por encima de los 2600 en solo 24 horas. Ya suman un total de 37.000. Nuevamente la gran mayoría de nuevos casos se concentran en la región Metropolitana. La capacidad hospitalaria está llegando al límite en varias regiones, mientras que disminuye la disponibilidad de respiradores.
Lejos de “aplanarse la curva”, por segundo día consecutivo los casos de contagio en Chile rompieron récord, marcando 2659 casos nuevos en la últimas 24 horas y totalizando 37.040 casos a la fecha.
A su vez, los fallecidos llegaron a 368, marcando este jueves un pico con 22 muertes en las últimas 24 horas, de las cuales 18 se concentran en la región Metropolitana.
Pero lo más preocupante fueron los datos de la ocupación hospitalaria, que sigue aumentando, llegando a un 78% de ocupación a nivel nacional, marcando los puntos más críticos en la Región de La Araucanía, que tiene un 100% de ocupación hospitalaria, la región de Iquique, con un 95% de ocupación, y las zonas norte y centro de la región Metropolitana que llegaron a un 93% y a un 94% de ocupación hospitalaria respectivamente.
A esto se le suma el hecho de que día a día se reducen la cantidad de ventiladores mecánicos disponibles. Esto también es preocupante porque si el lunes habían 582 disponibles, el día de hoy hay 515, marcando un descenso de 67 ventiladores disponibles en 3 días, y esto considerando que el propio subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, señaló que el día de ayer llegaron más de 30 nuevos ventiladores. Es decir, el aumento de la ocupación de ventilación mecánica fue mayor todavía.
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El Gobierno de Piñera, que había sido tomado como un ejemplo por sectores de la derecha continental por su manejo de la pandemia, demostró el desastre de una gestión que obligó a millones de personas a ir a trabajar en condiciones inseguras, para mantener abierta la economía, mientras que decretaba un toque de queda por las noches con el único objetivo de militarizar las calles y reprimir cualquier brote del malestar social. A esto se sumó una manipulación de las estadísticas y de la cantidad de test que se realizaban, que fue cuestionado por muchos especialistas.
El aumento exponencial de los casos en los últimos días, por los que Piñera cínicamente culpó a la población, lo obligaron a decretar una cuarentena total en el área metropolitana pero sobre todo dejaron al descubierto la negligencia de una política que privilegia las ganancias de los empresarios a toda costa.
Este "experimento" con las vidas de las personas de Piñera sigue el mismo camino del caos de países como Reino Unido, Estados Unidos o Brasil que mantuvieron en distintos niveles un discurso negacionista y apostaron todo el tiempo al desconfinamiento y la apertura de la actividad económica sin importar las vidas de los trabajadores. Sin embargo, también son una señal de alarma para los Gobiernos que, aceptando la presión de los empresarios, están empezando a relajar las condiciones de la cuarentena mostrando medios de transporte abarrotados que son una vía al contagio seguro, como es el caso de Francia.
En medio de esta situación, el Gobierno de Chile a través de su ministro de Salud Mañalich tiene el descaro de seguir responsabilizando a la población por este aumento de los contagios, cuando el principal responsable es el Gobierno, y en particular él mismo y Sebastián Piñera, con sus llamados a la "nueva normalidad" y retorno seguro.
Su política es la continuidad de 30 años de neoliberalismo que mantuvo intacta durante cada uno de los gobiernos la nefasta herencia de la dictadura de Pinochet y su modelo privatizador de la salud.