El sindicato es S.U.P.E.H. (Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos) y la empresa atendida por sus propios sindicalistas es H.A.S.A. (Hidrocarburos Argentinos S.A.), ambos “acordaron” el brutal recorte muy superior a cualquier acuerdo paritario, en el marco de las negociaciones nacionales realizadas entre la cámara empresaria C.E.P.E.R.A. (de la cual HASA es parte) y S.U.P.E.H. Federación. Todo en consonancia con la “crisis” financiera que YPF viene planteando como argumento para avanzar contra las condiciones laborales.
Pero el martes pasado los trabajadores de la planta ubicada en la localidad de San Lorenzo (Santa Fe), realizaron una medida de fuerza en reclamo por sus haberes y desnudaron esta “curiosa” situación de un sindicato que a la vez es dueño de la empresa contratista. Como si esto no fuera lo suficiente enmarañado, hasta el lunes 11 de mayo Gerardo Canseco – Secretario General del SUPEH San Lorenzo- era parte del Directorio de YPF, esto sucedía desde abril de 2016 cuando en pleno festejo macrista asumió el cargo de Director Suplente de la petrolera estatal.
La rebaja salarial tiene ejemplos extremos como el de un trabajador que por el mes de abril sólo cobró $100. “A algunos compañeros le descontaron más de 20.000 pesos, no tuvieron contemplación alguna” afirmó Rubén, un trabajador de la planta santafesina en diálogo con la F.M. 93.5 de Puerto San Martín y denunció que tampoco fueron pagadas las guardias ni las horas extras. Refiriéndose a la relación sindicato-patronal sostuvo al mismo medio que “Es como hablar de un lado del escritorio y contestarte del otro por la misma persona”.
El mecanismo se replica en 4 plantas con más de mil trabajadores donde HASA presta servicios de mantenimiento y funcionamiento para YPF en todo el país.
Pese al argumento de la crisis económica que atraviesa el sector petrolero producto de la pandemia, argumento que hemos desmentido desde estas páginas demostrando las siderales ganancias de YPF, las actividades de HASA en las plantas se mantuvieron con normalidad, con guardias activas y pasivas, y horas extras.
Desde la década del 90, todos los gobiernos mantuvieron y profundizaron la precarización laboral desde las privatizaciones menemistas hasta hoy. En YPF en particular se pasó de una planta de 51.000 trabajadores a 5.690 en el año 1995, y algunos volvieron como contratados en forma mucho más precaria por las empresas contratistas que se fundaban por entonces como es el caso de HASA en 1994.
Frente al covid-19 todos los actores (gobierno, YPF y sindicatos) anuncian que son los trabajadores esenciales los que ponen el cuerpo para esta producción vital en la economía, pero a la hora de hacer valer esos esfuerzos firman decretos como el 223, que deja la puerta abierta a descuentos salariales. Así, la empresa con facturaciones récord, pone a trabajadores en condiciones de no poder subsistir, mientras los sindicatos acuerdan y sellan todos los atropellos.
Sin la acción decidida de los obreros de San Lorenzo que consiguieron visibilizar la situación, este seguiría siendo como hasta ahora, un secreto a voces. Cabría preguntarse a cuánto asciende el sueldo mensual de tipos como Gerardo Canseco, o el de los directivos de la contratista. Es para apostar, ninguno de ellos debe estar sufriendo la situación de quienes han visto su salario reducido a la mitad.
Desde estas páginas llamamos a seguir organizándonos contra los ajustes, los descuentos y la prepotencia de los patrones. Para esto los sindicatos deben volver a ser herramientas de unidad y lucha de los trabajadores por sus derechos propios, no los de los empresarios. | 
