Aunque el gobernador Kicillof diga orgulloso que triplicó el presupuesto para bolsones lo cierto es que son insuficientes en cantidad, no solo porque se dan cada 15 días sino que ya hay familias que se quedan con las manos vacías, ni hablar del escaso nivel nutricional. En consonancia, el intendente Héctor Gay admite “no manejar” cuántos despidos y cierres hay en Bahía Blanca, mientras flexibiliza la cuarentena sin controles y habiendo dejado a miles de familias enfrentar el aislamiento sin comida, en viviendas precarias, viendo sus ingresos disminuídos o sin ingresos directamente.
Cada día se agudiza más la pobreza y en estos días empieza a golpear el frío, sobre todo en estos sectores donde los problemas habitacionales junto a la escasez de servicios básicos se profundiza.
La mayoría de estas familias no cuentan con ingresos o son muy escasos. En el medio siguen los despidos, suspensiones y rebajas salariales donde gobierno, empresas y la burocracia de la CGT son responsables.
Hace un mes desde el gobierno anunciaron con bombos y platillos la presentación de un proyecto de ley para cobrar un impuesto extraordinario a las grandes fortunas. Eso no solo no ocurrió sino que se rechazó debatir el único proyecto que se presentó que es el del FIT Unidad sobre un impuesto extraordinario del 3% a los ricos. Con ello podría cubrirse un salario de emergencia en cuarentena de $30.000 para quienes lo necesitan y comprar insumos y recursos necesarios para el sistema de salud. | 
