La pandemia paralizó la economía y el aislamiento social obligó a la gente a quedarse en sus casas. Pero para los antiderechos el COVID-19 no es un límite y están dispuestos a movilizarse una vez más en contra del derecho elemental de decidir sobre el propio cuerpo.
Luego de su recordado “volvimos y vamos a ser mujeres”, interpretado como un fallido por algunos y un guiño para gran parte de sus votantes mujeres, Alberto Fernández volvía el 1 de marzo, en la apertura de las sesiones legislativas, a hablar sobre aborto y a confirmar que enviaría al Congreso su propio proyecto para legalizar la interrupción del embarazo.
La pandemia provocada por el COVID-19, dejó en suspenso el mencionado proyecto. Sin embargo a pocos días de que se cumplan 13 años de la primera presentación del proyecto que hizo la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, las redes se hicieron eco de una nueva avanzada de los antiderechos que, aunque muchas veces silenciosos, nunca dejaron de hacer lobby para que este derecho elemental siguiera ocupando lugares en los cajones parlamentarios.
La presión que ejercen las iglesias evangélicas y católicas para que esta práctica permanezca en la clandestinidad mostró su alcance político sin dudas durante el debate del año 2018. Y aunque la aprobación de la ley se frustró con la vergonzosa votación en la cámara Alta, esto sectores se muestran hasta el día de hoy muy activos.
El pasado 13 de mayo ACIERA, la federación de iglesias evangélicas más importante de nuestro país, publicó una declaración dirigida al presidente Alberto Fernández, en donde entre otras consideraciones afirmaban: “La defensa de la vida que usted ha liderado ha sido y es el punto de encuentro de todos los argentinos. En la difícil etapa que vendrá, lo queremos animar a mantener esta opción preferencial por la vida de todos los argentinos: los argentinos nacidos, y los argentinos por nacer”.
No es la primera vez que esta organización de iglesias evangélicas irrumpe en la vida política. De hecho cuando la provincia de Buenos Aires era gobernada por María Eugenia Vidal, fue Jorge Sennewald, integrante de esta federación, quien personalmente intercedió para que la ex gobernadora alineara a sus legisladoras para impedir la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral en todos los colegios de la provincia.
En San Juan, la agrupación Ola Celeste, está preparando una manifestación contra el derecho al aborto. Uno de los referentes de esta organización es Leonardo Pantano quien se refirió a la postura del presidente Alberto Fernández: “Expresamos nuestro profundo rechazo a las políticas actuales del Gobierno Nacional donde se prioriza el aborto ante toda la urgencia que hay, nos parece totalmente deshonesto la actitud del Presidente de intentar meter el proyecto de ley del aborto en una época de emergencia donde además se coarta la libertad individual de las personas. Si avanzan con el aborto, saldremos a las calles”.
De todas formas, no le resulta difícil a “Ola Celeste” preparar esta manifestación ya que el actual gobernador Sergio Uñac, del Frente de Todos, señaló en varias oportunidades que no solo él, sino toda la provincia de San Juan era próvida.
No es solo una cuestión de fe
Leonardo Pantano no es solamente un militante provida. El año pasado, durante la campaña electoral, fue uno de los responsables del armado político del partido Valores por mi país, cuya fórmula presidencial fue Juan José Gómez Centurión y Cynthia Hotton. Lo importante acá no es su alcance en las elecciones sino el apoyo con el que contaron para instalarse como una opción electoral.
ACIERA, particularmente, tiene un gran entrenamiento para armar estructuras y llegar al poder político. Luciano Bongarrá un pastor del ala evangélica más radicalizada del bolsonarismo y los grupos religiosos aliados de Trump y fundador de Parlamento y Fe, recorrió sin descanso y sin restricciones los despachos de legisladores de todos los espacios políticos durante el año 2018. Su tarea era concreta: sumar consensos en contra de la legalización del aborto, intentar que deje de aplicarse el protocole ILE y que la ley de Educación Sexual Integral continuara sin ser aplicada de forma masiva en todo el país.
Las organizaciones evangélicas están dispuestas a ocupar lugares de poder, más allá del gobierno de turno. Sin prisa pero sin pausa, van tejiendo alianzas. Sin dudas el alcance que tienen a nivel territorial es algo que ninguno de los políticos de los partidos mayoritarios deja de lado. Justamente porque ese rol de contención que pueden jugar es clave de cara a la agudización de la crisis económica en curso. |