Como si no fuera tortuoso sobrevivir a la pandemia, ya sea respetando la cuarentena, en el caso de quienes no tienen empleos o realizan Home Office, o laborando en condiciones de riesgo y exposición para quienes tienen que hacerlo, el gobierno de México suspendió la producción cervecera afectando a millones de consumidores y a los trabajadores del gremio.
Marco Mascaura, presidente de Cerveceros de México, explicó que tras mes y medio de suspensión de actividades de las plantas de Heineken y Grupo Modelo, están muy interesados en reactivar la producción y distribución de cerveza para consumo nacional y exportación a partir del 1 de junio, respetando las normas y exigencias sanitarias de la Secretaría de Salud.
Con preocupación, el presidente de los grupos cerveceros mexicanos expresó que en el plan de vuelta a la “nueva normalidad”, el gobierno federal no mencionó a la industria cervecera, por lo que cuestionó que no se contemple como un sector esencial, siendo que genera 650 mil empleos directos e indirectos y depende de 5 mil trabajadores agrícolas que cultivan la cebada. Es evidente que entre la industria cervecera y el gobierno no hay un acuerdo claro.
Si bien es cierto que la industria cervecera no es esencial para la subsistencia social, para muchos consumidores asiduos sí lo es. La costumbre de beber cerveza tras un agotador día de trabajo, como actividad relajante individual o con convivencia, está ciertamente muy arraigada en la sociedad mexicana.
Sin embargo, no puede primar una visión individualista del problema, pues en primer lugar tendríamos que preocuparnos por las vidas de miles de obreros y trabajadores agrícolas vinculados a la producción y distribución de la industria cervecera, que enfrentarán el riesgo de contagio y la precarización.
La suspensión productiva generó una enorme especulación en los precios de la cerveza mantenida en stock por grandes cadenas de supermercados y tiendas de distribución, llegando a duplicarse o triplicarse. Latones en $40 o $50 pesos, caguamones en $80 y hasta $100 pesos golpearon los bolsillos de consumidores las últimas semanas, volviendo doblemente imposible la compra y consumo de la cerveza, que ya de por sí escaseaba por la suspensión productiva y la ley seca.
Además, a pesar de que las patronales presumen de haber salvaguardado la salud de los obreros cerveceros, la realidad es que en la mayor parte de los casos se les descansó sin respetar su sueldo íntegramente, depositando el costo de la pandemia en los bolsillos de los trabajadores y no en las ganancias de las patronales de una industria que genera millones de dólares anuales.
Por otro lado, la reanudación de actividades productivas tendría que ser definida por una comisión de seguridad e higiene conformada por los mismos trabajadores de las plantas y centros de distribución, de manera independiente a la patronal y la burocracia sindical, para garantizar que las condiciones para volver al trabajo son óptimas y asegurar la implementación de toda medida sanitaria necesaria para disminuir el riesgo de contagio.
Y es que la reactivación económica anunciada por el gobierno de AMLO se da en plena fase 3, cuando los contagios aún se mantienen al alza contrario al anuncio del gobierno de que se va “achatando la curva” y la saturación de hospitales llega a su máximo punto.
Queda claro que la prioridad para el gobierno y las empresas no son las vidas de las y los trabajadores, sino las ganancias millonarias que estos generan para sus fortunas. Por eso, la industria cervecera y refresquera están plagadas de escándalos por despojo de aguas y contaminación de mantos acuíferos, como el caso de Constellation Brands y la lucha en su contra encabezada por activistas de Mexicali Resiste, en Baja California, y los más de dos casos de covid-19 denunciados por obreros que laboran para la misma empresa en Coahuila.
Frente a la reanudación de actividades económicas de la industria no esencial, exigimos suspensión de actividades y licencias pagadas al el 100% de salarios que cubran el costo de la canasta básica. Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias, peleamos por el control obrero de toda fábrica e industria que exponga a sus trabajadores, cierre o despida. |