Orgullo. Carlos Jáuregui, una biografía política, escrito por la ensayista Mabel Bellucci, fue publicado originalmente por Emecé en 2010. Este año, la editorial Final Abierto lo relanzó en una reedición ampliada y corregida. En este libro, la autora reconstruye la memoria de este militante por los derechos de las personas LGTBI, fragmentos y distintas versiones, y conservada las más de las veces en el registro oral.
El libro "Orgullo, Carlos Jáuregui una biografía política" de Mabel Bellucci refleja la importancia de la militancia por los derechos de las personas LGTBI desde la caída de la última dictadura cívico-militar en Argentina hasta el 20 de agosto de 1996, cuando murió con apenas 38 años, como consecuencia del VIH-Sida.
Orgullo intenta describir los debates, intervenciones públicas, reuniones informales de discusión sobre objetivos y metodología de lucha, grupos de estudios, montajes de acciones callejeras, participación de encuentros, que se dieron a lo largo de la conformación del espacio lésbico-gay, en el período seleccionado. Ello provocó la voluntad de articular frentes contra todas formas de discriminación que constituyó el modo de intervención política privilegiado. Asimismo, se aborda la organización en conjunto de las diferentes agrupaciones sexo-género que intervinieron en las Marchas del Orgullo.
El 2 de julio de 1992 se realizó la primera marcha del orgullo de gays y lesbianas en la Argentina. El año anterior a esa fecha, el Padre José María Lombardero había declarado en un programa radial que los homosexuales merecían la pena de muerte. Dos años después de la primera toma de las calles, monseñor Quarracino dijo que había que hacer “una zona grande para que todos los gays y lesbianas vivan allí, que tengan sus leyes, su periodismo, su televisión, hasta su Constitución. Que vivan como en una especie de país aparte, con mucha libertad”. Carlos Jáuregui junto a un grupo de militantes, activistas y personas que elegían vivir su identidad y deseo por fuera de la heterosexualidad como régimen político, se opusieron a ello.
"En cuanto a la primera marcha del orgullo, una cuestión que nos atravesaba a algun*s era el temor al amarillismo de los medios de comunicación y salir en primera plana en el noticiero de la noche con las consiguientes consecuencias a nivel laboral y/o familiar. Recordemos el contexto: existía una ley antidiscriminatoria, pero que no incluía orientación sexual ni identidad de género como motivos de discriminación. Tampoco había una ley de unión civil y mucho menos de matrimonio igualitario. En 1991, la Inspección General de Justicia le había denegado la personería jurídica a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), confirmada por la Corte Suprema de Justicia del entonces presidente Carlos Menem con el voto en disidencia de sólo dos jueces: Fayt y Petracchi", recuerda Carlos Barzani de la revista Topía.
Mabel Bellucci eligió a Carlos Jáuregui porque para ella significó un referente sustancial que marcó la historia de la comunidad como así también la de ella. Consultada por La Izquierda Diario dijo " siempre señalo que mi libro no es una biografía personal de Jáuregui sino es una biografía política desde el momento que con su trayectoria militante atravieso contextos históricos, en los cuales se configuran alianzas y coaliciones entre diferentes frentes políticos", dijo para La Izquierda Diario. Además agregó que Orgullo aborda dos momentos históricos distintos y cruciales "Por un lado, la década del ’80, etapa de la postdictadura que encierra un clima cultural under y antisistémico. A ello se suma el rol protagónico de los organismos de derechos humanos junto con otros movimientos, tales como el feminismo y el de mujeres". Por aquella época la categoría "homosexual" representaba un universal que entendía a las minorías sexuales en su conjunto. Aún no estaba instalada la noción de lesbiana, travestis y transexuales. Como trasfondo se abría una etapa oscura , desconcertante y violenta con el inicio de la pandemia hiv/sida, conocida en sus orígenes bajo el mote de la peste rosa. Por el otro, en los 90, se va conformando un movimiento de gays y lesbianas con reclamos propios, entre ellos el tema de la identidad, la lucha contra la discriminación y la estigmatización, las propuestas de reclamo específicas, incluida la violencia, la represión de los códigos contravencionales ,las razzias y detenciones arbitrarias. Mientras desde los feminismos se denunciaban los abusos, violaciones que en esa época se llamaba violencia intrafamiliar", agregó Mabel Bellucci.
Al mismo tiempo que en Latinoamérica las dictaduras cívicos militares habían vencido los procesos revolucionarios a sangre y plomo, en los países centrales los movimientos sociales que en los años ’70 habían emergido cuestionando al sistema radicalmente, no fueron derrotados por la vía de la represión violenta, sino más bien integrados, cooptados y asimilados por la vía de concesiones e inclusiones en el mismo régimen social y político que otrora había sido cuestionado.
¿Vigencia?
Fue la pelea en las calles la que permitió conquistar las leyes que hoy tenemos como la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género, la organización junto a la clase trabajadora sigue siendo fundamental para combatir la discriminación y violencia.
Actualmente hay "6 países miembros de la ONU que imponen la pena de muerte a los actos sexuales consentidos entre personas del mismo sexo, y otros 5 Estados en los que tal castigo es técnicamente posible. En otros 26 países la pena máxima puede variar entre 10 años y cadena perpetua. Al menos 32 Estados Miembros de la ONU han establecido disposiciones que limitan la libertad de expresión de las personas, incluyendo leyes de propaganda que prohíben la promoción de la "homosexualidad" o de las relaciones sexuales "no tradicionales"; 41 Estados ponen barreras a las ONG que trabajan en temas de orientación sexual para que sean registradas o funcionen regularmente, poniendo en mayor peligro a les defensores de los derechos humanos", así lo informó el último informe del ILGA.
Como informamos en La Izquierda Diario " En la ciudad de Buenos Aires hay alrededor de 180 hoteles familiares declarados, pero hay muchos más sin declararse, incluidos los hoteles alojamientos que funcionan como vivienda. Unos y otros ofrecen condiciones de habitabilidad precaria: baños sin desagües aptos, goteras en las habitaciones, cocinas comunes sin salubridad ni seguridad; en esas condiciones viven muchas travestis en once y Cnstitución. Según el informe anual de 2020 presentado por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGTB, el 85% de la población trans durante el 2020 no pudo pagar el alquiler y el 52% directamente se quedó sin ingresos económicos, por lo que muchas fueron desalojadas de sus viviendas, a pesar de que un decreto nacional lo prohibía.".
Desde hace varios años se pelea por una nueva Ley de HIV/Sida, porque la que existe ya es obsoleta.
En medio de la pandemia por el coronavirus se demostró la situación de muchas personas LGTBI y como se lucra con nuestra salud. Mientras muchos pelean por sus medicamentos las farmaceuticas que los fabrican la levantan en pala. Recordar a Jauregui es recordar que él peleó por vivir, que luchó también contra una pandemia mientras los suyos morían como moscas, y que nunca se cansó de hacerlo aunque peleaba por leyes. Se hace necesario levantar nuestro orgullo por una vida que merezca ser vivida, y porque la crisis la tienen que pagar quienes la generaron, los Gobiernos y los empresarios.