El último reporte diario sobre la pandemia de coronavirus emitido por el Ministerio de Salud de Chile marcó un total de 53.617 casos, con un pico de contagiados de 4.038 casos confirmados en 24 horas, subiendo un 44% de casos de contagio en tres días en relación a los 2.278 el pasado lunes 18 de mayo. También creció la cifra de fallecidos con 35 personas en un día, sumando un total de 544 desde el inicio de la pandemia.
En la mañana de este miércoles, el Ministerio de Salud señaló que desde el día viernes se integrará una nueva categoría de definición de casos probables, el cual define a una persona que tiene síntomas, que se hace el examen PCR y que no es negativo ni positivo. Esto, debido a las irregularidades que se han presentado en los exámenes.
Pero el problema de fondo aún no se soluciona. El mayor número de casos de contagio es en la Región Metropolitana de la capital, Santiago de Chile, con una cifra de 41.179 casos en total y el sistema de salud público ya cuenta con un colapso inminente en los hospitales con más del 90% de ocupación de camas de terapia intensiva. Este miércoles, el Gobierno sostuvo que sólo 80 camas críticas se encuentran disponibles para la Región Metropolitana y 390 ventiladores disponibles para la población nacional. El dato de la región de la capital implica que solo quedan esas 80 camas para 7 millones de habitantes.
Mientras, las protestas contra el hambre comienzan a estallar en las poblaciones del sector sur del Gran Santiago, por tercer día consecutivo pobladores de La Pintana exigen al Gobierno comida, trabajo y atención médica, mientras que Piñera responde con represión y criminalización. Por tercer día consecutivo se extienden a nuevos sectores. Ya el lunes se había visto la bronca de los pobladores de El Bosque en el sur de la Región Metropolitana luego de hacer filas durante horas esperando una caja con alimentos que habían sido prometidas por Piñera en la noche del domingo, pero que nunca llegaron.
Como se ve, las medidas del Gobierno de Piñera llevan a que la clase trabajadora y los sectores populares paguen la crisis sanitaria y social en curso. Hipócritamente dicen estar preparados desde principios de año, pero lo cierto es que han improvisado con la salud del pueblo chileno. Mediante la llamada "ley de protección de empleos" en realidad le permiten a los empresarios despedir y suspender personal, que tiene que pagarse el sueldo con su propio seguro de retiro. Ante este escenario Piñera ofreció un mísero bono familiar y las canastas de alimentos que, como se ve en El Bosque y La Pintana, no solo no logran apagar la bronca sino que la encienden más.
Las protestas también se ven entre los trabajadores, como los mineros de Guanaco y Franke en huelga, que han sido duramente reprimidos por las fuerzas especiales de Carabineros.
Estos trabajadores, como otros cientos de miles en todo el país, fueron obligados concurrir a sus empleos a pesar de no ser en absoluto tareas esenciales. Así, el Gobierno instauró de acuerdo con los empresarios una suerte de cuarentena "trucha", incluyendo toque de queda durante las noches, donde las personas estaban obligadas a movilizarse durante el día para luego volver a sus casas, donde podían contagiar a sus familias. Este esquema es el que permitió la escalada que hoy vemos en cantidad de contagios y el que puede terminar por hacer colapsar en breve al sistema de salud, sobre todo en las grandes ciudades.
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