Como si esto fuera poco, los profesores en Paraná sufrieron una de las mayores represiones de los dos últimos años, con balas de goma y heridos. En San Pablo, los profesores se ven afectados por el descuento de los días de huelga y la intransigencia del gobierno Alckmin. No es de extrañar que también se den hechos represivos, frecuentes en el gobierno del estado de San Pablo. Es el “modelo tucano” (PSDB) contra la educación, los profesores y los luchadores sociales.
Al momento la mayoría de las corrientes de la izquierda aparecen con una política de solidaridad hacia los profesores. Aún así es insuficiente y no va a fondo en la coordinación de los conflictos. En la práctica, la huelga de los profesores paulistas lleva dos meses sin haber sido encarada por la Central Sindical Popular (CSP-Conlutas-PSTU) y la Intersindical (PSOL) como parte de un plan de lucha en defensa de la educación pública y gratuita, y menos aún hemos visto a las organizaciones del movimiento estudiantil (ANEL, CDEs, Cas) dirigidas por esos partidos de izquierda, dispuestas a unificar las demandas estudiantiles contra los recortes presupuestarios. En este camino se podría fortalecer la huelga de los profesores, masificar la lucha por la educación e imponer una relación de fuerzas que obligase a Alckmin a ceder o pagar un alto costo político.
Pero todos los que se reivindican de izquierda necesitarían prestar atención a lo que ocurre en Macapá y preguntarse: ¿cuál es la política del intendente Clécio Luis, del PSOL, en la intendencia de Macapá frente a la huelga de los profesores de esa ciudad? ¿Cuál es la diferencia entre un gobierno del PSOL y un gobierno tucano o petista cuando se trata de las luchas de los trabajadores y de la educación pública?
Por un lado, llama la atención el silencio de casi todas las corrientes del PSOL, en especial de las corrientes de su ala izquierda, que simplemente no mencionan el asunto. ¿Por qué se da esta situación? ¿Por qué estos partidos hacen tanta campaña electoral, si llegado el momento de hacer la diferencia -utilizando sus parlamentarios y cargos ejecutivos- para desarrollar la lucha extraparlamentaria de los trabajadores, no lo hacen? Estas preguntas están estrechamente vinculadas al futuro de la huelga a nivel nacional y la construcción efectiva de una tercera fuerza independiente del gobierno del PT y de la oposición de derecha. Si la “salida es por izquierda”, como dice la izquierda del PSOL, ¿por qué dejar a los profesores de Macapá aislados? ¿Por qué no concentrar todas las fuerzas para obligar al intendente del PSOL a responder las reivindicaciones de los huelguistas o, en caso contrario, romper con ese gobierno que reproduce lo que el PT ha hecho durante décadas en intendencias y gobiernos estatales como ensayo antes de gobernar el país a favor de los capitalistas?
Una “salida por izquierda” exige, antes que nada, independencia política frente a los gobiernos que preservan los intereses capitalistas y descargan los costos de la crisis en las espaldas de los trabajadores, aunque sea un gobierno del PSOL. De lo contrario, ¿cuál es la diferencia con los petistas que continúan -aún con críticas- defendiendo “a su” gobierno? Es decir, una “salida por izquierda” no combina con “conciliar” los intereses de los trabajadores y el pueblo con los intereses de los capitalistas. Con esta política ya sabemos quién pagará los costos de la crisis.
Si Clécio Luis tomara en cuenta la reivindicación salarial de los profesores de Macapá, algo que debería ser considerado elemental para un partido de izquierda, podría ser un punto de apoyo para el conjunto de los profesores de todo el país, pues podría cambiar la correlación de fuerzas de las huelgas que se desarrollan en varias ciudades y estados, apareciendo como un contrapunto a todo el plan de ajuste que el PT y la oposición burguesa aplican y aplicarán en todo el país.
Sería una forma concreta de mostrar una “salida por izquierda” y hacer agitación de masas en un conflicto de la lucha de clases, utilizando las posiciones conquistadas por la izquierda a nivel nacional para fortalecer un “programa de los trabajadores”. Una medida simple: la “intendencia del PSOL” debería responder a las reivindicaciones de los profesores buscando los millones de reales apropiados por la casta política y del gobierno, enviando un decreto instituyendo que “el intendente, los secretarios, los concejales y los funcionarios políticos deben ganar igual que un profesor”. Los profesores en lucha y el conjunto de los trabajadores y el pueblo, con seguridad, apoyarían ese programa y sería un ejemplo para todo el país de una “salida por izquierda”, justo cuando el PT para obtener apoyo al gobierno de Dilma distribuye cargos, fondos y privilegios a la casta política.
¿Por qué eso no ocurre? Porque Clécio Luis reproduce el mismo discurso de los gobiernos petistas, afirmando que no cuenta con fondos, no hay presupuesto. Mientras continúa pagando elevados intereses de las deudas municipales y de los contratos – por cierto súper facturados - a las empresas. La página on line de la intendencia de Macapá publica notas explicando que no es posible responder a las reivindicaciones de los profesores. Y dicen que quien se opone a la intendencia de Clécio le hace el juego a la derecha. Para los negocios capitalistas no faltan recursos y beneficios; para los trabajadores nunca hay “presupuesto”. Ninguna diferencia con cualquier gobierno capitalista del PT y de los demás partidos patronales.
El silencio de la mayoría de las corrientes de izquierda del PSOL (con excepción de la CST, que apenas publicó una nota crítica) demuestra que la falta de preocupación con la situación de la huelga de los profesores de Macapá y como podrían dar un ejemplo marcando el tono del escenario nacional; demostrando para qué sirven las posiciones conquistadas -parlamentarios, cargos ejecutivos, sindicatos, organizaciones estudiantiles, etc.- en manos de la izquierda. El MES de Luciana Genro publicó una nota diciendo que el centro de la coyuntura política es Paraná y “se olvida” de la huelga de Macapá.
Cuando Clécio Luis ganó las elecciones para intendente no faltaron notas de felicitaciones. Ahora que el gobierno “socialista” del PSOL muestra su verdadera cara capitalista, antiobrera, todo el partido permanece en silencio, mirando para otro lado (hacia el estado de Paraná bajo gobierno de los tucanos). Los intereses de los trabajadores y la lucha de clases deberían ser principios innegociables de quienes predican una “salida por izquierda”.
Como planteamos en otro artículo, la izquierda tiene una gran tarea por delante frente a la huelga de profesores y de los planes de ajuste que Dilma, el PT y todos los partidos de la base aliada al gobierno y de la oposición burguesa intentan aplicar en defensa de las grandes corporaciones, los banqueros, los detentores de títulos de la deuda pública y de la casta política.
Romper con todo tipo de electoralismo y conciliación de clases con los enemigos de los trabajadores y del pueblo pobre -el PT incluido-, y preocuparse seriamente por la lucha de clases, para construir una tercera fuerza que no sea el PT ni la oposición de derecha tucana, y que surja ligada a la lucha de los trabajadores, independiente de todas las variantes patronales o petistas.
Frente a los hechos en Paraná, la izquierda debería poner todas sus fuerzas en desarrollar una gran campaña para coordinar las huelgas educativas. En este sentido, los militantes del PSOL podrían colocarse al frente de la solidaridad y el apoyo efectivo a la huelga de los profesores de Macapá para que denunciemos el papel que viene cumpliendo la intendencia de Clécio, exigiendo la respuesta inmediata a todas sus reivindicaciones. So pena de ser cómplice en la derrota de la lucha de los profesores de Macapá, la izquierda del PSOL no puede continuar en silencio para “preservar” al partido y no afectar su imagen entre el electorado que apoya y apoyará una verdadera “salida por izquierda”. |