En el marco de la pandemia del Covid-19, todas las instituciones de salud y sus profesionales están atravesando situaciones adversas. En esta caso, Ciarec, una clínica de rehabilitación, prestadora de servicios para prepagas como OSDE Y Galeno, se dio a conocer por denuncia de sus trabajadoras, que ya hay 9 con resultado positivo, y decenas de pacientes aislados por ser posibles contagios.
Según testimonios de sus trabajadoras, pudimos saber que los elementos de protección personal llegaron de forma tardía, pese a los reiterados pedidos de parte de los profesionales, lo cual generó el contagio colectivo dentro de la institución.
Tal es así, que ya hay 9 trabajadores contagiados, los cuales compartieron jornada laboral con otros empleados que también podrían portar el virus. Sin embargo, frente al reclamo de testeos a todo el personal, para evitar que se sigan expandiendo los contagios, las y los trabajadores se encuentran con amenazas.
Para agravar la situación, día a día se suman más pacientes como sospechosos de un momento a otro, los cuales antes de ser aislados fueron atendidos como pacientes sanos, sin los elementos de protección adecuados. Esto pone en riesgo a todo el personal y a los demás internados.
Frente a esta grave situación las trabajadoras y trabajadores solo reciben amenazas, y desde la clínica les dicen que a causa de las denuncias públicas que están empezando a realizar, podrían cerrarse las puertas de la clínica.
Tiene que quedar claro: la única causa por la cual se ha llegado a esta situación es por la falta de cuidados elementales hacia los propios trabajadores, que son quienes están en primera línea y no pueden hacer más que exigir elementos de protección personal para resguardarse y hacerlo público si no son escuchados sus reclamos, porque se trata de sus vidas, las de sus familias y las de sus pacientes.
Además de la incertidumbre respecto a su salud y la continuidad laboral, los trabajadores y trabajadoras que están bajo convenio de sanidad cobran salarios, muchos por debajo de la canasta familiar, a la espera del bono prometido por el Gobierno Nacional, que nunca llega.
Nadie espera más nada de este sindicato traidor bajo la conducción de Daer, secretario general de la CGT, que pacta rebajas salariales con la UIA y el gobierno nacional, mientras los precios no paran de crecer. El personal de salud no come con aplausos y agradecimientos, necesitan insumos y salarios dignos.
Es necesario que todos los trabajadores y trabajadoras tengan un salario acorde a la canasta familiar, que no sufran descuentos quienes están de licencia por maternidad o sean sector de riesgo y que el estado garantice un salario de emergencia de $30.000 para quienes se encuentran desempleados o con rebajas salariales, en base a un impuesto a las grandes fortunas, como los millonarios dueños de laboratorios o empresarios de la salud.
Frente a todo esto, es más urgente que nunca el testeo masivo a todo el personal de salud, no puede ser que las clínicas esperen a que se presenten síntomas, ya que es de público conocimiento que muchos casos transcurren de forma asintomática.
Todos los recursos deben estar destinados a combatir la pandemia, por eso, es necesario que prepagas como OSDE y Galeno dejen de lucrar con la salud de la población y de sus trabajadores y estas clínicas se pongan bajo órbita del estado, equipadas con todos los insumos necesarios, a disposición de las necesidades que exige una pandemia y que dejen de ser los empresarios de la salud los grandes ganadores de esta situación. |