Esta semana inició intempestivamente con las protestas de los vecinos de la comuna de El Bosque, a las que se sumaron luego sectores como La Pintana, Cerrillos, Villa Francia, entre otros. Todas movilizadas por la falta de alimentos, producto de la cesantía, las suspensiones, y la ayuda que no llega a quienes trabajan en la informalidad. A estas además se suman otras luchas que llevan más días, como es el caso de las huelgas de los trabajadores de minería Guanaco o minera Franke; o como la organización que iniciaron los trabajadores de LATAM contra los despidos.
Conversamos con Dauno Tótoro sobre este nuevo escenario de movilizaciones, que ha tensando tanto al gobierno como a la oposición en el parlamento; también discutimos las perspectivas que se abren en este momento para las grandes mayorías, y una salida que no considere cargar esta crisis sobre las espaldas de trabajadores y sectores populares.
La Izquierda Diario: Al gobierno le explotan en la cara estas protestas un día después de una cadena nacional presidencial donde supuestamente era para “calmar” los ánimos y llegar con ciertas claridades para la población, pero el efecto es el contrario. ¿Qué piensas que pasó ahí?
Es una combinación de factores, partiendo porque el gobierno es totalmente repudiado, profundamente cuestionado, especialmente por las y los trabajadores, por los sectores populares, por ser un gobierno empresarial, por haber reprimido duramente, asesinando, mutilando y torturando a la rebelión desde el 18 de octubre, y esto evidentemente hace que cada vez que Piñera hable genera un problema.
Y esto se profundiza por el hecho de que realiza un anuncio “sin bajada”, no hay claridad respecto a cuándo ni quiénes recibirán la canasta, es una inoperancia que termina jugando con el hambre de la población.
Y por otro lado, por lo que están ofreciendo es realmente impactante, luego de que comunas como El Bosque que llevan un mes en cuarentena con despidos y suspensiones, ofrecen una canasta familiar que realmente no alcanza a cubrir las necesidades del conjunto de la población, incluso diversos expertos han dicho claramente que no es la solución frente al problema del hambre y la situación que están viviendo hoy las y los pobladores, considerando que lo que denuncian no es solamente la cuarentena sino la política de despidos y suspensiones que golpean duramente los ingresos familiares.
LID: Los últimos datos nos indican que entre despedidos y suspendidos ya estamos en el millón de trabajadores afectados, el gobierno y el empresariado tienen una línea clara de cargar la crisis sobre las y los trabajadores. ¿Cómo ves eso?
Dauno: Esto no es una coincidencia, es parte de una política consciente de parte del gobierno y los empresarios, de querer que esta crisis la paguen las y los trabajadores, porque los dos paquetes económicos consistieron, centralmente, en entregar enormes regalías a las empresas, y a las grandes empresas, además de darles facilidades para que puedan suspender, dejando de pagar el salario y así las y los trabajadores estar obligados a financiarse su propio salario con sus fondos de cesantía, cuando de hecho el 31% de las suspensiones han sido de las grandes empresas, como ha salido en la prensa.
En última instancia lo que hacen es que unos paguen los costos de la crisis, con los hospitales públicos en ruina, con suspensiones que te quitan el salario, que te reducen el salario, que liberan a la empresa de la responsabilidad de pagarte un salario y la facilidad además de hacer despidos como hemos visto hasta el día de hoy en LATAM, donde los trabajadores despedidos han decidido resistir a este hecho. Se trata de una política consciente de que las y los trabajadores paguen la crisis.
LID: La oposición en el parlamento está planteando un impuesto a las grandes fortunas de 2,5% para llegar con un ingreso de cerca de 500.000 a las personas que hoy están sin trabajo, que no pueden ir a trabajar porque son informales, y aquellos que suspendidos vieron sus ingresos afectados. ¿Consideras que esto es suficiente?
D: La oposición claramente acá se reubicó, porque llama la atención que es la misma que le aprobó la ley de suspensiones, y ahora están buscando esta política de impuestos a las grande fortunas para la renta básica de emergencia, y es llamativo cuando hace poco tiempo atrás estaban votando una ley suspensiones. Por ahí es por donde había que partir.
Y el otro problema del planteamiento de la oposición, que está firmada por la DC hasta el PC, es que en ultima instancia se transforme en un saludo a la bandera, porque se le pide a Piñera que legisle favorablemente para que saque una iniciativa así, pero el gobierno no nos va a dar nada de eso, y ahí entra en escena la necesidad de la movilización, y los pobladores de El Bosque lo han demostrado, donde instalaron a través de la lucha el problema, y lo mismo trabajadores como en las minera Guanaco y Franke, que están en huelga y enfrentan a empresarios totalmente intransigentes, o en LATAM que resisten a los despidos.
Ahora bien, en estos momentos de crisis sanitaria y social, es fundamental garantizar un salario de emergencia para informales y cesantes, para los sectores que más lo necesitan. Pero aquello debe ser parte de un planteamiento integral. Con la ley de suspensiones y los despidos, los empresarios pueden perfectamente “abaratar costos” despidiendo en caso de que se les establezca un impuesto.
Es decir, lo que hoy se necesita y la única manera de poder conquistar una salida que no se descargue sobre los hombros de las y los trabajadores, es un impuesto extraordinario a las grandes fortunas integrando la prohibición de los despidos, un salario de emergencia igual a la canasta básica familiar de $500.000 para todos los informales y cesantes, y esto va a ser a través de la movilización, porque no va a ser ni Piñera, ni una carta a este mismo, sino que lo va a entregar la fuerza de las y los trabajadores en alianza con los sectores populares. Por eso acompañamos la experiencia del Comité de Salud y Seguridad levantada por trabajadores del Hospital Barros Luco, donde se han reunido también estudiantes, pobladores, para levantar una coordinación efectiva y una fuerza movilizada que enfrente las medidas del gobierno.
El Bosque, las luchas de pobladores y las peleas de sectores obreros, muestran que este es el momento de retomar la acción para enfrentar los ataques de Piñera.
Además, esta propuesta al problema, que presenta la oposición parlamentaria, es que no aborda ningún aspecto sanitario, donde estamos al borde del colapso, estamos al peak de la ocupación de la cantidad de ventiladores mecánicos, hay hospitales que ya han dicho que están colapsados como el Hospital El Pino. ¿Entonces que política se va a plantear? Hay que pensar políticas estructurales, partiendo por la unificación del sistema sanitario publico y privado, bajo gestión de sus trabajadores, y nacionalizar las clínicas y los laboratorios, esos mismos que privatizaron los concertacionistas que firmaron esa carta. ¿Por qué no se plantea ese problema sanitario? Acabar con el negocio de la salud, esa es una medida estructural que se necesita hoy también.
LID: La situación es claramente compleja, pero existen salidas. ¿Qué perspectivas o salidas ves para esta crisis, donde no tengamos los trabajadores y los sectores populares que entregarnos sin más a lo que quiera hacer el gobierno y los empresarios?
Esto tiene relación con lo que decía anteriormente. En última instancia lo que hoy se necesita es avanzar en la movilización, de ahí es que es totalmente criminal el rol de la CUT, la cual es dirigida por el Partido Comunista, totalmente inmóvil en este escenario, permitiendo que pasen estos ataques, prácticamente solo pronunciándose a través de las redes sociales, cuando lo que hoy se necesita es un paro nacional, es un plan de lucha, un paro de los sectores no esenciales, para imponerle al gobierno un plan de emergencia que impida que esta crisis se descargue sobre las y los trabajadores.
En Chile hay un montón de riquezas que están en un puñado de multimillonarios, que ahora vemos se reparten ganancias millonarias, como en LATAM, que se repartieron 57 millones de dólares, y después sin arrugarse siquiera despiden a 290 trabajadores, dejando a 290 familias en la calle en mitad de una pandemia. Ese programa de emergencia tiene que partir por la prohibición de los despidos, el fin de las suspensiones, el cese de los sectores no esenciales, con el pago íntegro del salario, y un salario de emergencia para los informales y cesantes, financiado por un impuesto extraordinario a las grandes fortunas.
Y para conquistar ese programa es necesaria conquistar esa alianza obrera y popular, la alianza de los mineros que por ejemplo en Franke y Guanaco han sido reprimidos, y en el mismo día que lo eran los pobladores de El Bosque, esa alianza de los sectores estratégicos de la clase trabajadora con los sectores populares, esa alianza va a ser la fuerza social capaz de exigirle a la CUT un verdadero paro nacional, esa fuerza de trabajadores y pobladores es capaz de derrotar los ataques del gobierno, donde la crisis la paguen los empresarios y no las grandes mayorías. |