La “gentileza” de McDonald’s parece no tener fin, al tener la acción “noble” con el personal de salud haciendo el “Menu McGracias” que se brindó gratuitamente desde el 14 hasta el 20 de mayo, queriendo alcanzar como objetivo la entrega de 40.000 menúes en ese período.
La iniciativa es ¡fantástica!, pero, a costa de que dan este humilde obsequio gratis a la población de ese sector, seguramente sea porque en estos tiempos de cuarentena a sus empleados les pagan 2000 pesos la quincena, los mandan de licencia, o solo trabajan 4 horas a la semana.
Otra gran estafa verificada es que tienen un programa para cuidar a sus empleados llamado “McProtegidos”. En cuanto a esto, tenemos testimonios contundentes que nos confirman la falta de higiene y de cuidados a sus trabajadores antes y durante la pandemia COVID-19, donde no hay suministros básicos como una crema para las quemaduras, o gasas para los cortes, entre otras fallas que observan los compañeros y compañeras a la hora de una emergencia sanitaria dentro de cualquier local.
El director general de McDonald’s destaca a sus “colaboradores” - ya que evitan por todos los medios llamados “trabajadores” - como “el corazón del negocio”. ¡Vaya si lo serán! Cuando no tienen salarios dignos, un ambiente laboral con todas las precauciones sanitarias, entre otras cosas, incluso amenazas con el despido inminente si llegan a decir algo que perjudique o revele secretos de la empresa.
McDonald’s, una multinacional que precariza a la juventud
Tal como venimos denunciando, esta empresa multinacional se abusa de las y los más jóvenes. Con el verso del “primer trabajo” y de tener horarios flexibles, marca la jornada laboral a su antojo, otorga las licencias cuando a esta le conviene, impone ritmos de trabajo realmente insólitos, causando una serie de problemas físicos y psicológicos a quienes allí trabajan. No permite la organización sindical, y para no mandar a su plantilla al seguro de paro, les entrega una miseria de $ 2.000 por la quincena.
Es necesario rodear de solidaridad a la juventud precarizada, y colaborar con su organización para la defensa de sus derechos. Muy cerca de aquí tenemos el ejemplo de Argentina, donde se ha montado una Red Nacional de Precadizadxs, la que, preservando la identidad de sus integrantes - por miedo a los despidos y las represalias - vienen organizándose y desarrollando una serie de campañas de denuncia en las redes sociales.
¡Basta de atropellos! Porque la vida de las y los trabajadores vale más que las ganancias es esta empresa multimillonaria. |