Las manifestaciones comenzadas por jóvenes pobladores y trabajadores cesantes de la comuna del bosque han continuado en distintos puntos del país, demostrando así en los hechos que los motivos y causas de la lucha de la rebelión aún se mantienen más vigentes que nunca, ya que los 30 años de neoliberalismo y de herencia pinochetista no trajeron alegría sino solo miseria e injusticias profundas
En la comuna de Puente Alto vimos ayer una protesta masiva de los vecinos y vecinas de Bajos de mena que reclaman en contra de las condiciones de pobreza y marginalidad en las que viven, que fruto de la pandemia se han incrementado y hecho insoportables por miles de familias que viven en el sector.
Una pobladora entrevistada por los medios durante la manifestación exigía que “pararan los abusos contra la gente obrera” y tenía mucha razón ya que para millones cada vez es más evidente el rol criminal de gobierno al salvaguardar primero que todo los intereses de los ricos y poderosos del país, en otras palabras está a la vista el carácter patronal del gobierno y el estado, y cada vez queda más claro.
Las pobladoras y pobladores de Bajos de Mena piden salud, pan y trabajo, y además dado sus niveles de hacinamiento y problemas estructurales de las viviendas que ocupan también exigen techo, ya que saben que al acercarse a paso firme el invierno sus condiciones empeorarán, ya que no solo es hambre lo que tendrán que enfrentar sino también el frio.
Los vecinos y vecinas de Bajos de Mena hace rato que vienen diciendo basta a años de abuso y abandono, por eso salieron hoy con sus propios métodos de protesta como cacerolazos y barricadas a llamar la atención de la opinión pública y a denunciar las pésimas condiciones en las que se encuentran enfrentado la pandemia.
Ante esto la intendencia y el municipio responden con represión, llevando al sector carros lanza agua, bombas lacrimógenas y militares cuestión que no hace más que exacerbar la rabia que legítimamente miles de jóvenes y trabajadores tienen con el gobierno.
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