"Es un error. Pareciera que se construyen guetos de pobres y se confina a la gente pensando que con la policía y un cerco represivo se puede evitar una situación que tiene que ver con un esquema comunitario." Estas declaraciones pertenecen a Daniel Menéndez, referente de Somos Barrios de Pie y subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social y expresan que la política represiva y la militarización de las villas en este caso la Villa Azul en Quilmes, empieza a generar grietas en la coalición gobernante.
El dirigente y funcionario, habló en la mañana de este martes con Futurock y agregó algo que los habitantes de los barrios saben bien: "El barrio cuida al barrio. La gente entiende, pero hay que contenerla y acompañarla. Con un patrullero afuera no se va a resolver."
Menéndez es parte del mismo espacio político que la titular del Inadi, Victoria Donda, y sus planteos chocan con la línea dura que encabezan la intendenta quilmeña Mayra Mendoza y su colega de Avellaneda Jorge Ferraresi (ambos del Frente de Todos) que supo posar de progresista, el carapintada Sergio Berni y el gobernador bonaerense Axel Kicillof que a falta de soluciones a la gravísima situación sanitaria, decidieron cercar la Villa Azul para que nadie pueda entrar ni salir y saturar el barrio con la Policía Bonaerense y la Gendarmería, además de ingresar al barrio móviles, logística y militares del Ejército que, con la tarea de repartir comida
En este momento se contabilizan 92 casos confirmados entre las villas Itatí y Azul que se encuentran en territorio de los partidos de Quilmes y Avellaneda,
La homologación que hace Menéndez del cerco en Villa Azul con un gueto para pobres no podría ser más gráfica.
Mientras, los altos funcionarios parecen tirarse la pelota, y nadie parece querer atribuirse la responsabilidad de una decisión que atenta indudablemente contra las más elementales libertades, como puede salir y entrar del barrio con los recaudos necesarios para no contraer el Covid-19.
Agustín Rossi, ministro de Defensa, aclaró que fue Mayra Mendoza la que hizo el pedido para que desembarquen las Fuerzas Armadas: "El domingo, cuando se tomó la decisión del aislamiento, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, me pidió si ese operativo que ya había en otros lugares se podía empezar a diseñar para Villa Azul", precisó Rossi, durante una entrevista en radio Delta. Como era de esperar no se privó de insistir con su muletilla: "Tenemos 80 mil hombres en todo el país y ya desplegamos 40 mil desde que empezó la pandemia: el despliegue militar más importante desde el advenimiento de la democracia o de la historia argentina moderna", insistió jactándose de tener militarizado gran parte del país, especialmente, como venimos denunciando, las villas y barrios populares.
El cuestionamiento por parte del subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social a la decisión que tiene como principal responsable al gobernador Kicillof, lo puso en una incómoda situación y se vio obligado a plantear, en diálogo con María O’Donnell en Radio Metro , no sea cosa que alguien crea que ese trato humillante es solo para los pobres, que también aislaría "un barrio cerrado o un edificio", y sería la "misma modalidad." Difícil creer que vayan a tener el mismo trato los niños bien de los barrios privados, al margen de que en esos lugares donde viven los ricos que explotan a las personas que viven en las villas (empleadas domésticas, jardineros, albañiles) tienen espacio de sobra y absolutamente todas las comodidades para una cuarentena apacible.
A medida que corrió la mañana de este lunes, los cruces escalaron. Como consignó La Nación, Carolina Brandariz, dirigente del Movimiento Evita y directora del programa El barrio cuida al barrio, tomó distancia de las medidas represivas: "Es una decisión delicada que se tomó en acuerdo con los intendentes y el secretario de Seguridad (Sergio Berni). No es aplicable a todos los barrios, y puede generar focos de mayor conflicto", señaló.
Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires también se desmarcaron, aunque con una cuota de cinismo importante, ya que tanto la Villa 31 de Retiro (Padre Mugica) y la 1-11-14 del Bajo Flores (Padre Ricciardelli) fueron escenario del desembarco de las Fuerzas Armadas con el pretexto de ayuda a los habitantes en el marco de la pandemia. "Cada barrio tiene su fisonomía y son muy diferentes las realidades en cada uno. Nuestro objetivo en los barrios es el testeo fuerte, y acompañar a la comunidad, que no les falte nada”, dijo al mismo medio la ministra de Desarrollo Social porteña, María Migliore. Parece que no se dio por enterada de que a los vecinos de los barrios vulnerables les falta todo.
Otro que se sumó a las críticas, desde los sectores fieles a los gobiernos nacionales y provinciales, fue el diputado nacional por la Corriente Clasista y Combativa en el Frente de Todos, Carlos Alderete, quien en diálogo con el periodista Ezequiel Glaz delprograma Al Dorso de FM La Tribu, indicó que los vecinos "tienen que ser las propias organizaciones del lugar las que tienen que combinar el aislamiento, que tiene que ser voluntario y no forzoso."
El recurso de la represión, la militarización, generando temor y amedrentamiento entre los vecinos que se encuentran de golpe dentro un gueto es la respuesta del Gobierno luego de haber abandonado a su suerte a miles de personas que viven en las villas del conurbano bonaerense y de la Ciudad de Buenos Aires. “Hoy los vecinos de Itatí y Azul necesitan todas las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus, no necesitan que los repriman. Fuera la policía, la prefectura y la gendarmería de los barrios del pueblo trabajador”, exigió Carla Lacorte, víctima de gatillo fácil y referente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, y del PTS en el Frente de Izquierda de Quilmes. |