La CGT que conduce Hugo Moyano se sumó ayer al paro nacional convocado por los gremios del transporte. La medida está dispuesta para junio aunque los gremialistas todavía no han fijado fecha. El 8 de mayo los sindicatos del transporte terrestre, aéreo y marítimo reunidos en el plenario de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) habían lanzado un paro nacional del sector y solicitado a las cinco centrales obreras que ante la negativa del gobierno a modificar el impuesto a las ganancias y los techos salariales que busca imponer el gobierno en paritarias, se sumaran para “coordinar” la medida de fuerza. La CGT Moyano dio el visto bueno ayer por la tarde y la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo anunció que buscará consensuar con Hugo Moyano y Pablo Micheli para que el paro nacional se extienda por 36 horas. Los dirigentes de la CTA opositora ya estuvieron en tratativas con el dirigente camionero para acordar los términos de la participación de su Central en lo que, de concretarse, sería el quinto paro general contra el gobierno de Cristina.
Los obsecuentes de siempre ya hablaron. Hugo Yasky de la CTA oficialista, que actúa siempre como un ministro sin cartera del gobierno fue el primero en salir a respaldar a Cristina mientras en la CGT Balcarce una avanzada de paladines al servicio de la presidenta ya anunció que están dispuestos a firmar un 27% de aumento. Justamente en el día de ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, festejaba que gremios como la UOCRA o Comercio estén al borde de concretar acuerdos por esa pauta salarial, el nuevo tope que propone ahora el Ejecutivo.
El paro general, de concretarse, seguramente empalmará con el amplio malestar que recorre a la clase trabajadora. El telón de fondo de este llamado por parte de los dirigentes sindicales opositores hay que buscarlo en el aumento de la conflictividad obrera. No es para menos, la mitad de los trabajadores cobra un salario inferior a $ 5500 por mes y la bronca es extendida. El que mejor expresó esta realidad fue Antonio Caló, dirigente de la UOM y Secretario General de la CGT oficialista que debió re convocar a un paro de 36 horas ya que la paritaria de su gremio se encuentra en una encrucijada donde los patrones no ceden y ofrecen un 24% frente al 30% que reclama el gremio. Apretado por el gobierno y los patrones, protagonista de una negociación interminable que no está llevando a nada concreto, Caló había terminado por confesar: “las bases me van a colgar del obelisco”.
La tensión no sólo se vive en el gremio de los metalúrgicos. El principal puerto de exportación de oleaginosas de América Latina, que se encuentra en las localidades que van desde Granadero Baigorria hasta Puerto San Martín, al norte de Rosario, está paralizado por una huelga por tiempo indeterminado. Los aceiteros reclaman un aumento salarial del 42% mientras las cámaras empresarias ofrecieron un 24%. Los bancarios vienen de realizar un paro general del gremio muy contundente y siguen exigiendo que se les pague el 30% de aumento. La pelea por el salario que ya está llevando adelante un sector de la clase trabajadora es una muestra patente de la división de aguas que existe entre las cúpulas de las centrales opositoras que después del paro nacional del 31 de marzo le dieron una tregua al gobierno. Estos dirigentes fueron los que colaboraron para darle ánimos a los empresarios y al gobierno que en un frente común ha elegido como blanco el salario obrero.
El sindicalismo combativo y la izquierda se preparan para intervenir ante la nueva convocatoria que ha hecho la CGT opositora y los gremios de transporte. En el Día del Trabajador desde la tribuna en Plaza de Mayo ya habían exigido a los dirigentes de las centrales sindicales que rompan la tregua y la continuidad del plan de lucha comenzando por convocar a un paro nacional de 36 horas. Desde entonces los sindicatos, delegados de base y comisiones internas que no estuvieron en la tregua vienen desarrollando una intensa actividad.
La intervención de Javier "Poke" Hermosilla, de la Comisión Interna de Mondelez Pacheco (ex Kraft) en el gremio de la Alimentación es una muestra de la activa participación de la Agrupación Bordó, la oposición a Rodolfo Daer. El delegado planteó en ese evento el mandato de asamblea de su fábrica donde los trabajadores decidieron exigir un 43% de aumento y un básico igual a la canasta familiar, la actualización del convenio y el pedido de un adelanto de paritarias de $5000. Hermosilla exigió además la convocatoria a un Congreso paritario democrático, con delegados con mandatos votados en las fábricas, para que todos los trabajadores puedan decidir y votar democráticamente los reclamos y las medidas para armar un plan de lucha para conquistar el 43% de aumento y todos los reclamos que son sentidos en el gremio.
Lo relatado arriba es solo un ejemplo de la voluntad de pelea que viene promoviendo el sindicalismo de izquierda. Uno de los ataques más graves que han montado las patronales es el cierre para imponer despidos masivos en la gráfica Worldcollor. Los trabajadores que apoyados por la izquierda ya vienen realizando varias medidas de fuerza se plantan con firmeza en defensa de los puestos de trabajo. El sindicalismo combativo plantea que si la empresa quiere cerrar hay que expropiar la fábrica y estatizarla bajo gestión obrera.
Frente a la convocatoria a un nuevo paro general el sindicalismo combativo y la izquierda impulsará asambleas en los lugares de trabajo para votar que el paro sea activo y de 36 horas para lanzar la pelea contra los topes y por paritarias libres, por un salario mínimo equivalente al costo de la canasta familiar y el 82% móvil para los jubilados y por todas las demandas que las cúpulas sindicales dejan de lado, como la defensa de las condiciones de trabajo, contra la precarización laboral, el trabajo en negro y la "tercerización" que afecta a grandes sectores de la clase obrera, sobre todo de la juventud. Los trabajadores aeronáuticos mostraron en estos días, con los cortes de la autopista Ricchieri, el ejemplo de una lucha decidida contra el abuso de las patronales. El sindicalismo combativo y la izquierda levantará una alternativa independiente de los dirigentes burocráticos que acostumbran a recorrer los despachos de los candidatos del ajuste, Scioli, Randazzo, Massa y Macri. |