Los datos confirman que en la actualidad, un 70 % de las y los jóvenes que trabajan lo hacen bajo condiciones de elevados niveles de precarización. Detrás de este porcentaje, hay trabajadores de las ya conocidas plataformas como Rappi, Glovo, Pedidos YA, Uber Eats, entre otras.
En su gran mayoría son empleados jóvenes que rondan la franja etaria entre 18 y 29 años, que van de un punto al otro de la ciudad para realizar mensajería y delivery de una franja amplia de productos y servicios, desde comida, productos de higiene personal y farmacia, bebidas, y hasta compras de supermercado.
Esta situación de precariedad se expresa en que estos trabajadoras/es no cuentan con ART que los cubra en caso de accidentes, mucho menos obra social, ni aportes jubilatorios, con contratos a término, como monotributistas, donde se encubre la relación de dependencia, o con magros ingresos inferiores al salario mínimo. En medio de la pandemia de Covid / 19, se ven expuestos al contagio del virus, por no contar con los mínimos elementos de salubridad en un trabajo que hoy cuenta como “esencial”.
Mientras se preparan para una nueva jornada de paro y movilización convocada en todo el país, junto a trabajadoras domésticas, docentes, trabajadores de call centers, entre otros, los trabajadores de aplicaciones serán en breve tema de debate en el poder legislativo.
El Gobierno retomo su proyecto y apura el envío al Congreso del borrador presentado en marzo pasado para “regularizar” la actividad. Con la idea de imprimirle velocidad a su tratamiento, la cartera laboral confirmo la salida del proyecto de la Secretaría Legal y Técnica a cargo de Vilma Ibarra para que someta a debate virtual al Congreso.
¿Derechos laborales de segunda?
Según sus fundamentos, “el Proyecto de Ley tiene por objeto la incorporación de pautas para el desarrollo de trabajos a través de plataformas tecnológicas en el marco de la Ley de Contrato de Trabajo”
Ya durante 2019, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) insto a Argentina a establecer un marco legal claro que garantizara la registración y los derechos laborales de estos jóvenes trabajadores de Apss, que desde su inicio ha registrado algo más de 150 mil puestos de trabajo en el país, además de advertir que las tareas en este ámbito podrían recrear "prácticas laborales que se remontan al siglo XIX y futuras generaciones de "jornaleros digitales".
Al mismo tiempo, publicó junto al BID y CIPPEC, un informe sobre la situación de estos jóvenes, de donde se extrae que el 60 % obtiene su principal ingreso realizando esta actividad de “delibery”.
La ley laboral, es sabido, establece un piso mínimo de derechos para el trabajador y regula garantías de protección social. La normativa existente se diferencia entonces, de cualquier tipo de encuadramiento que intente una representación por fuera de ella.
En este marco, esta nueva legislación se ubicará un escalón por debajo de ese piso de derechos que garantiza la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), y que contará con un régimen distintivo de remuneraciones, duración de jornada laboral, licencias y vacaciones, accidentes e indemnizaciones, entre otros tópicos.
Hay dos ejes claves que gravitan alrededor del proyecto y que están relacionados con la forma de contratación y la carga horaria laboral. Respecto al primer punto, los trabajadores deberán estar inscriptos en el régimen de monotributo o autónomo de la AFIP, evitando así, que sean nominados bajo relación de dependencia.
Esta es una de las principales peleas que da el sector de los precarizados que brindan servicios para las plataformas, una vez que los empresarios engañosamente lo presentan como la oportunidad de “ser tu propio jefe”, valiéndose de la necesidad de cientos y cientos de jóvenes que pareciera tener la negativa por parte de la legislación para encuadrarlos en aquella modalidad, manteniendo así la precariedad y evitando en tal caso, juicios por fraude laboral.
Por otro lado, al parecer, las aplicaciones tendrán una mayor potestad, en el manejo de la disponibilidad de tiempos de los trabajadores, y que de allí surgirá el salario básico de la actividad.
En definitiva, según lo que deja en claro el proyecto es que no busca erradicar las penosas condiciones de los repartidores, sino darle un marco legal a viejas formas de explotación: Apps del siglo XXI que imponen condiciones laborales del siglo XIX.
Una Juventud que se rebela
Sin dudas, este proyecto generara expectativas en los jóvenes que pasan horas arriba de sus bicicletas en jornadas kilométricas por una comisión miserable al final del día, pero que buscan un destino mejor para sus vidas. Estas relaciones laborales que establece esta economía de plataformas, sólo precariza la vida en todos sus aspectos.
Por lo pronto, este viernes 29 de mayo a partir de las 10 de la mañana, se realizará una nueva protesta en el centro porteño, cuando se congreguen en la Jornada Nacional de la Red para desde allí, movilizarse hacia la concentración desde el Obelisco de la Asamblea Nacional de Repartidores.
La movilización también se replicará en las principales ciudades del país en las que las y los trabajadores de las APPS tiene representatividad, como Neuquén, Rosario, Córdoba, Jujuy, La Plata y Tucumán.
Si lo que hoy es un borrador, que pronto tenga fuerza de ley, es un paso para regular la precarización laboral, a pedir de los grandes empresarios.
Pero hay un enorme sector de la juventud que hoy se organiza y que tiene un gran potencial que emerge como nueva clase trabajadora que se rebela en la pelea por sus derechos y por una vida que merezca ser vivida.
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