Un nuevo análisis crediticio para la economía mexicana fue realizado por Banxico a partir de las recientes proyecciones de contracción publicadas por calificadoras internacionales. Como han anunciado ya las calificadoras Goldman and Sachs y Moodys, las medidas fiscales tomadas por el gobierno mexicano -que no contemplan aumentar la deuda pública a través de nuevos préstamos adquiridos con el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial- no dan el ancho frente a una economía que está por ver las consecuencias de la recesión.
Banxico establece que en menos de 15 meses, la solidez de la economía mexicana se derrumbará, imposibilitando el pago de sus compromisos monetarios, lo que genera desconfianza en los inversores; de por sí ya minada por la caída de precios del petróleo, el derrumbe de la calificación de PEMEX y por las políticas económicas del nuevo gobierno.
Según declaró Banxico, es precisamente la dependencia de las commodities (matrias primas) lo que ha reducido el universo de medidas fiscales disponibles en las economías emergentes de Latinoamérica para uso en situaciones de emergencia económica como ésta.
Sin embargo, la realidad en México es que los gobiernos que han mantenido y profundizado la subordinación al imperialismo, como el de López Obrador, han pagado en tiempo y forma el servicio de la deuda externa, pagando sólo de intereses anuales y comisiones del manejo de la deuda una cantidad mayor de la que se destina al presupuesto a la salud pública a nivel nacional.
Incluso en el caso de la crisis de PEMEX, es claro que el gobierno no dejará de invertir para rescatar la paraestatal, fundamental en los planes económicos y de desarrollo que contempla la 4T, por ejemplo como parte de la construcción de refinerías.
Lo que expresa la valoración de Banxico y las calificadoras financieras, son los temores que identifican a los grandes capitalistas y quienes administran sus negocios en una situación de recesión y estancamiento económico: que el gobierno tome medidas más drásticas para garantizar una redistribución económica de la riqueza y frene, aunque sea temporalmente, la expoliación que representa el pago de la deuda externa ilegítima.
Nada más alejado de lo que ha expresado AMLO con su disposición a demostrar que su gobierno tiene pleno acuerdo con continuar con estos mecanismos de robo al pueblo en provecho del capital imperialista, más allá de lo que declare su retórica. |