Con la excusa de “disipar una manifestación”, este lunes la policía de Louisville, Kentucky, abrió fuego contra cientos que se manifestaban contra el asesinato de George Floyd. Además de la víctima fatal, la represión también dejó como resultado la detención de 40 manifestantes.
Esto pasa después de que Trump alentara al ejército y la Guardia Nacional a disparar ante las protestas y los saqueos, sumado a que declaró toque de queda en diversas ciudades. Han circulado fotos y videos en las redes sociales, en las que se observa cómo las fuerzas represivas abren fuego y arrollan a manifestantes.
Los policías de Louisville, se justificaron diciendo que quienes abrieron fuego fueron los manifestantes, pero testigos afirman que solo se trataba de una concentración para hacer frente al toque de queda.
Como resultado de la exigencia del esclarecimiento del tiroteo, fue suspendido el Jefe de la Policía Metropolitana de Louisville. Pero queda claro que no se trata de la suspensión o detención de tal o cual elemento de la policía o la Guardia Nacional, sino que se trata de instituciones que están al servicio de resguardar el orden existente.
Durante el desarrollo de las protestas en EE. UU., se muestra nuevamente que en los momentos de ascenso de la lucha, los gobiernos sacan a las calles sus Fuerzas Armadas para frenar el cuestionamiento a un régimen que se dice democrático pero es profundamente racista y autoritario. Sin embargo, lejos de lo que buscan, la represión ha generado una respuesta aún más dura por parte de quienes componen las protestas.
La rabia incontenible contra la violencia racial, se ha extendido en diversas ciudades de EEUU, llegando a una protesta masiva a las afueras de la Casa Blanca el domingo, que acorraló a Trump, obligándolo a apagar las luces y refugiarse en su bunker de seguridad.
Más allá de los gobiernos locales y las diferencias entre republicanos y demócratas, ambos partidos han demostrado que no piensan dejar que las protestas escalen en sus cuestionamientos, y han desplegado operativos represivos brutales.
Ante el ascenso en las formas represivas, es vital la solidaridad internacional con las protestas en Estados Unidos.
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